El
escudo de Colombia y la política.
Siempre
me ha llamado la atención la leyendo que lleva el escudo de Colombia: “Libertad
y Orden”, como una síntesis del ideal de cualquier país, pero que prácticamente
ninguno cumple.
Hace años, se me ocurrió que
quizá ante esos ideales se interponía una especie de pantalla que los impedía
realizarse, salvo una pequeña ventana que permitía alguna parte de uno de ellos
o pequeñas porciones de ambos. Como esa que he dibujado sobre el escudo.
Así, si corremos un poco la
pantalla hacia la izquierda, vamos teniendo más libertad y si lo llevamos al
extremo, tendremos toda la libertad pero nada de orden, o sea, la anarquía. La
Ley de la selva. Alguna muy buena amiga colombiana, me decía que esa es la actualidad
en su país…
Si por el contrario corremos la
pantalla hacia la derecha, iremos teniendo más orden, a cambio de perder
libertad, que es lo que hacen todos los países cuando promulgan leyes
restrictivas. Y llegando al extremo de la derecha, tendremos todo el orden y
habremos perdido toda la libertad, que es lo que ocurre con los países
dictatoriales o totalitarios. Comunistas, Socialistas, Nazis, Fascistas o de
cualquier otro pelaje con que quieran distinguirse.
Por supuesto que, lo ideal sería
que no hubiera ventana de ningún género y los países pudieran tener toda la
libertad pero manteniendo el orden, que es lo que quería significar el escudo
en su origen, pero la historia nos dice que esto es un ideal casi imposible de
conseguir, a menos que tengamos un país con una gran educación y sentido
cívico. O sea, lo que todos los políticos prometen antes de las elecciones pero
que olvidan al día siguiente de tomar posesión de sus respectivos cargos.
En el mundo moderno, los países
que más se han acercado a ese ideal, han sido los nórdicos o escandinavos
europeos, donde sus dirigentes iban al trabajo a pié o en transporte público…
hasta que empezaron a asesinarlos, quizá por fanáticos venidos de otras partes,
pero en todo caso, se rompió el orden acostumbrado, aunque mantienen toda su
libertad.
En los otros países, se inventan
subterfugios o denominaciones para combatir a cualquiera que pretenda perturbar
el orden que desea el equipo dirigente de turno, acusando a los personajes
molestos de contrarrevolucionarios, antipatriotas, traidores, fachas, enemigos
del socialismo o cualquier otra etiqueta moderna, que equivale a las antiguas
de hereje, infiel o miles más que la imaginación humana no deja de fabricar. En
países muy avanzados y supuestos campeones de la libertad individual, como USA,
basta mencionar la frase mágica de “Seguridad Nacional”, para que todo el mundo
enmudezca y olvide lo que haya visto…
Pero otro problema añadido es,
que la ventanilla que nos deja ver una parte de los ideales, no es del mismo
tamaño en todos los países. En algunos, como muchos de África e Iberoamérica,
la ventanilla se ha ido estrechando en diversos grados, hasta casi desaparecer,
sin dejar rastros de libertad ni de orden, sumiendo a sus poblaciones en una
angustia permanente, sin prácticamente la libertad de respirar, y mucho menos
la de salir a la calle con cierta seguridad de volver, ya que el desorden es
absoluto.
El caso de Cuba, con un orden
impuesto a sangre y fuego y cuyos ciudadanos no tienen la libertad, no ya de hablar
o expresar cualquier pensamiento opositor, sino la de compartir un hotel o un
teléfono celular que ven usar ostentosamente a cualquier extranjero, es típico
de las dictaduras comunistas, que nos vendían como un ideal de: ¿Para qué
quiere el pueblo libertad si tiene hambre? Y se consiguió el milagro de
suprimir la libertad y que además tengan hambre permanente. Se decía que por lo
menos tenían una buena medicina, pero si a Fidel Castro no le hubiera enviado
la Comunidad de Madrid un médico especialista, quizá estaría ya muerto… Es algo
que tendremos que tener muy en cuenta los madrileños, porque quizá algún día
nos reclamen por este hecho…
El otro gran país comunista que
queda: China, parece que está teniendo un desarrollo espectacular y mediante un
sistema de producción de nueva esclavitud, con sus más de 1.300 millones de
habitantes que llevan casi un siglo bajo el yugo comunista, trabajan como un
gigantesco hormiguero y quizá, hasta se sientan aliviados con pequeñas
conquistas de libertad, si tienen en cuenta su pasado reciente. Para nosotros,
desde la distancia, vemos un progreso material espectacular en sus obras
públicas y en los artistas de todo tipo que nos llegan de allí. Además de las
compras de grandes empresas occidentales y el crecimiento de sus reservas de
oro y divisas. Ese inmenso país ha sido siempre un misterio para los
occidentales, y no sabemos a ciencia cierta qué está pasando en la China
profunda. Esperemos que esa prosperidad material de que hace gala, se vaya
imponiendo también para toda su población y llegue un día en que puedan
adquirir libertades tan simples para nosotros, como la de tener o no tener
hijos. Es una falacia decir que si se permite tener hijos la población crecerá
desordenadamente. En España, hasta se protege a las familias numerosas y hay muchos
expedientes de adopción de niños de otros países, incluyendo China, Pero la
población no crece suficiente y hasta nos amenazan con la ruina en unas décadas
por ello. La razón es simplemente que cuando los humanos tenemos comodidades
materiales, la alternativa de tener o no tener hijos, se piensa más. En fin,
por lo menos los chinos, ya han conseguido al parecer la libertad de vestirse
de forma individual, y no con el uniforme de Mao. Esperemos que no tarden mucho
en conseguir la de comunicarse con el mundo y la de recibir y difundir
información libremente, que ahora está severamente restringida, incluso con la
sumisión de Google…
Es curioso ese sistema comunista
que existió siempre en la Unión Soviética y ahora en China, Corea del Norte,
Vietnam y otros, de que sus dirigentes aparecen de pronto sin que se sepa de
dónde han salido o siempre son los hijos del anterior, el hermano de Fidel,
etc. Y como el papel aguanta todo, a eso lo llaman “democracia”…
En los países de Oriente y del
norte de África, van de una dictadura férrea al estilo tradicional con un líder
supuestamente popular, como Fidel en Cuba, que derivan en enloquecidos asesinos
maniáticos, a unos sistemas paternalistas, basados en las tradiciones tribales,
donde hay uno o varios grandes señores, que hacen gala de una insultante
riqueza petrolífera, con unos pueblos que en algunos casos gozan de unas
concesiones aparentemente generosas de sus amos, como el no tener que pagar
impuestos, y gozar de transportes públicos, sanidad y una pseudo educación
totalmente gratuitas y otras generosas concesiones, a cambio de que trabajen en
silencio y sin pensar mucho.
Afortunadamente para la
Humanidad, las nuevas tecnologías de comunicación avanzan de forma imparable y
los rebeldes están rompiendo barreras y tumbando mitos, reclamando para todos,
no sólo la libertad de informar y ser informado, sino la limpieza y
transparencia total en las acciones públicas, por lo que muchos pueblos se
rebelan contra ese orden establecido desde siglos, que parecía normal, pero que
al comparar se ve que no lo era tanto. Claro que en esto como en todo, también
se pueden cometer excesos
Esperemos que seamos capaces de
difundir mundialmente la idea de libertad, sin que por ello nos llevemos por
delante el vacilante orden que hemos ido consiguiendo y que seamos capaces de
digerir toda la información, separando el grano de la abundante paja que la
cubre…
Enrique Gutiérrez y
Simón
Madrid, 2012