La
crítica
A mi parecer, el problema que tenemos muchas personas, y muy
especialmente en España, es que, por pereza de mirar el diccionario, aplicamos
muchas palabras en un sentido general, sin atenernos a su significado exacto.
Así: La palabra “crítica”, la solemos entender como “ataque”, insulto, ofensa,
que es el sentido que suele darle el vulgo, pero que no es, ni mucho menos, lo
que significa.
Así, si vamos al diccionario, nos dirá que: es el arte de
evaluar, analizar, discernir. O en otras entradas: Conjunto de opiniones y
juicios que se hacen sobre cualquier asunto… Pero, lo normal es, que cuando
emitimos un juicio sobre, por ejemplo, una disposición gubernamental, nuestro
interlocutor, saliéndose por la tangente, nos diga: Es que tú eres facha… o
rojo, o lo que a él le parezca lo peor de lo peor, pero sin que tenga nada que
ver con lo que estábamos hablando…
La crítica, bien entendida, no es ni positiva ni negativa. Sería
una ayuda para su autor; ya que, al hacerle notar defectos o características de
su obra, desde otro punto de vista, le ayuda a comprender lo que podría ser la
mirada general del público. Luego, él pude discernir si esa crítica es
razonable, y cambia algo para conseguir mejor aceptación, o simplemente hace
caso omiso, y deja las cosas como están. Bien porque cree que el crítico se
equivoca. Porque la opinión de ese supuesto público, no le importa o, porque
simplemente, le da la gana de hacer las cosas como las hace… Pero esto, no
tiene por qué convertirse en una disputa entre las personas, sino que, lo
lógico es, que se circunscriba a la obra en cuestión y a sus características
concretas.
Recuerdo una anécdota famosa de Valle Inclán, que era un
crítico feroz, pero agresivo hasta la pelea física, y que asistía a todos los
estrenos de sus contemporáneos, con el único fin de patear violentamente el
suelo del teatro, para boicotear la obra. En un momento dado, de una escena de
uno de sus competidores, por otra parte, geniales y valiosísimos como él. El
actor decía una frase: Es una mujer, con nervios de acero y guante de seda. A
lo que Valle gritó: “Eso no es una mujer. Es un paraguas”… (Hay que reconocer
la genialidad de la frase, y quizá la conveniencia de modificarla…)
En Arte, el problema es grave, porque es un tema difuso que,
en principio, no se puede ni definir: El Arte es subjetivo y cambiante. Tiene
tendencias, modas y escuelas que, cambian con el tiempo, los meridianos
geográficos, y a lo largo de la historia. Daría para muchas obras cómicas, si
no fuera trágico que, Van Gogh no haya podido vender un solo cuadro en su vida,
fuera del que le vendió a su hermano, y años después se paguen muchos millones
por sus girasoles, o que Schubert haya sido enterrado de caridad, y hoy se enriquezcan
tantos con sus obras, por ejemplo… Y tantos, y tantos otros…
Así pues, por muchos conocimientos que tenga una persona, o
muchos años de experiencia en determinada actividad, mi opinión es que, no es
ni un milímetro más que cualquier otro. La creatividad. La genialidad incluso,
surgen en cualquier sitio y tiempo. Como las plantas que buscan la luz,
rompiendo la roca. Lo lógico, creo yo, es que se intercambien opiniones y
observaciones sobre cualquier cosa, sin que nadie tenga por qué sentirse
ofendido. Ya que, por mucho que queramos entender nuestras obras, como nuestros
hijos, tenemos que entender que, se está hablando de cosas, y no de nosotros
mismos. Luego, no hay que responder airadamente a cualquier cosa, como si se
estuvieran acordando de nuestra madre. (Se puede aducir que, hay veces que
quien nos hace una observación, lo está haciendo verdaderamente como una
puñalada a traición con una daga florentina, pero es que, esos casos, no tienen
nada que ver con la crítica, ni me parece un tema adecuado aquí)
Personalmente, he gastado ya la mayor parte de mi vida, y
emulando a Neruda: Confieso que he vivido. Así que, las opiniones contrarias,
las ignoro, y las laudatorias, las agradezco, con una especie de sonrisa, medio
indiferente. Pero, comprendo que haya muchas personas en edades juveniles, que
estén esperando la aprobación ajena, como agua de mayo. Así que, simplemente
les diría que se tomen todo con un poco de humor, porque, antes de que se den
cuenta, estarán rememorando tiempos pasados, y es mejor que esas remembranzas,
sean lo más alegres posible… Al final, el rey y el peón, vuelven a la misma
caja.
En las páginas de fotografía, en que estoy colaborando últimamente,
he pretendido algunas veces, hacer unas observaciones, un tanto ingenuas, y he
obtenido respuestas comedidas y agradecidas, pero otras, asombrosamente, se han
salido del tiesto, o por los cerros de Úbeda. Así que, miro todo con interés,
pero sin intervenir en nada. Me llegan, como supongo que les pasa a todos, un
montón de notas, en que tales o cuales personas, les gusta mi foto. Pero yo
paso de largo de esas notas, porque en realidad, no me dicen nada. Cuando
alguna persona, hace una observación, generalmente elogiosa. Le contesto con un
escueto “Gracias”, y ahí queda todo. Porque en realidad es como un juego
infantil, sin ninguna transcendencia. En alguna ocasión, se ha destacado alguna
fotografía mía, en tal o cual página. Lo que contesto con una nota de
agradecimiento, pero… inmediatamente, busco información de lo que esa persona
hace en fotografía, que, generalmente me deja con la boca abierta de
admiración, porque la verdad es que, este mundo está lleno de belleza, y una
habilidad técnica impresionante… Esto es muy importante, porque siempre
recuerdo la fábula del oso que quería aprender a bailar en dos pies, y que
termina: Si el sabio no aprueba, malo. Si el necio aplaude, peor…
Hay una página que me interesa mucho: “Fotografía comentada
en español”, cuyo artículo 4 de sus normas dice: 4. Salvo que quien publique
una foto lo prohíba expresamente, los miembros de
grupo pueden EDITAR O MODIFICAR LA FOTOGRAFIA y mostrarla en los comentarios de
la foto principal a fin de debatir sobre ella. Quien no quiera que se modifique
lo tiene que indicar expresamente cada vez que publique indicando en mayúsculas
¨NO MODIFICAR¨.
Esto, sí me parece
constructivo y una verdadera ayuda, para que todos podamos aprender un poco
más. Ya que, se admiten no sólo las críticas, sino la modificación física de la
foto en cuestión. Luego, el autor puede tomar nota de esas modificaciones y,
aceptarlas o rechazarlas a su arbitrio, pero siempre tendrá la oportunidad de
aprender cosas nuevas. Y. lógicamente, quien no quiera que sus sacrosantas
obras, sean tocadas por manos infieles, con expresarlo claramente, queda
excluido del peligro…
Supongo que, en las otras páginas, se podría aplicar algo
parecido, diciéndoles a los participantes que, en cada foto añadan una frase
que sea: “Editar”, o, “No editar”, que, junto con las explicaciones que daría
cada uno de los que se metieran a opinar o editar las fotos ajenas, todos
aprenderíamos algo todos los días…
Y para terminar, una pequeña reflexión de Perogrullo: Hoy,
todas las ciencias, artes y actividades humanas, avanzan a tal velocidad que,
el que crea que sabe algo sobre algo, ya está obsoleto… (Claro que, eso ya lo
decía Sócrates, sin hablar de ciencias). En todo caso, si nos mantenemos alerta
y escuchando con atención a los otros, nuestras neuronas se mantendrán en mejor
estado y… lo más importante, nos divertiremos como enanos.
Enrique Gutiérrez y Simón
28 de marzo de 2016