domingo, 22 de mayo de 2016

¡OJO! Con los objetivos fotográficos intercambiables



¡OJO! Con los objetivos fotográficos intercambiables

¿Qué opinaríais, si un cirujano pretendiera haceros una operación, en cualquier sitio, sin que el quirófano estuviera debidamente aislado, limpio y aséptico?
Pues, igual que no os gustaría que abrieran vuestro cuerpo, en un lugar que no estuviera libre de gérmenes, a vuestra cámara no le sienta nada bien, que la abráis en cualquier sitio y durante más tiempo, del estrictamente necesario.
Todo el tiempo, que mantengáis la cámara abierta, estaréis contaminando, es decir, ensuciando su interior, y a la larga, sufriréis las consecuencias, en forma dolorosamente costosa.
Si habéis observado, en cualquier habitación en que entra un rayo de sol, por el simple hecho de moveros, veréis unas minúsculas partículas brillantes, que sobrevuelan, por el movimiento del aire que se desplaza con vosotros. Esas partículas, están ahí siempre, en menor o mayor medida, según el lugar y la menor o mayor contaminación atmosférica, que muchas veces nos advierten en los informes del tiempo, y que incluso, llegan a producir el cierre de la circulación en determinadas ciudades. Así que, cuando separáis el objetivo de la cámara, toda esa contaminación se introduce en el espacio interior de ella, y llegará a producir problemas graves, de suciedad en el objetivo o en la placa sensora de la cámara, y en algún momento, se verá esa suciedad en vuestras fotos.
Seguramente, habréis visto imágenes de fotógrafos de prensa, llevando varias cámaras. Antiguamente, lo hacíamos para poder llevar una con película de color o más sensible y otra con película normal. Quizá una con un gran teleobjetivo, aparte de la normal, antes de que estuviera disponible el Pan Cinor, que fue el primer “zoom”, inventado en Francia. Pero ahora, con los objetivos intercambiables, las cámaras digitales con ISO variable y posibilidad de disparar en color o blanco y negro, etc. ya no es necesario todo eso, ¿Verdad? Pues no es tan sencillo, desafortunadamente. Si por nuestro trabajo o simplemente por nuestra pasión por la fotografía, queremos hacer mucha variedad de fotos, y tenemos el dinero como para comprar una gran variedad de objetivos, quizá sería prudente pensar, si no sería mejor, elegir comprar varias cámaras, y llevar siempre cada una con un objetivo diferente, sin cambiarlos.
El hecho de poner y quitar el objetivo, SIEMPRE va a producir que entre en el cuerpo de la cámara suciedad, que será mayor o menor, dependiendo del lugar en que estemos, y del tiempo que tardemos en hacer el cambio.
Por otra parte, el objetivo que quitemos, se ensuciará en la superficie que normalmente está en el interior de la cámara, por lo que sería prudente que, inmediatamente lo tapemos con la tapa especial que trae de fábrica.
He visto un aditamento que venden, para llevar dos objetivos adicionales pendientes de la cintura, y que en el vídeo, no se ve que lleven tapa de ninguna clase, lo que me parece un verdadero atentado, a nuestras fotos y a nuestro bolsillo, porque, indefectiblemente, esos objetivos se irán contaminando, hasta que se vuelvan inútiles. Hay que tener en cuenta que, las lentes de los objetivos, van recubiertas de una capa anti reflectante, que es mucho más blanda que el cristal que cubren, por lo que se adhiere la suciedad fácilmente y se ralla también muy fácilmente, así que eso de quitar el polvo de un objetivo con una gamucita, papel tisú, o, con la punta de la corbata, como hacen muchos, es un verdadero crimen. Es como pasarle un papel de lija. Porque, lo que hacemos es, restregar contra esa capa anti reflectante, el polvo y suciedad que hay en su superficie, creando minúsculas rayas que, a la larga harán que perdamos definición.
La lente delantera del objetivo, no debería estar nunca en contacto con el aire. Cuando compramos una cámara, en la misma tienda, deberíamos ponerle un filtro ultravioleta, después de que allí mismo nos ayuden a limpiar la superficie del objetivo con un pincel o aspirador especial, y no volver a quitar ese filtro nunca. La superficie del filtro, si con el tiempo se ensucia, se humedece o se ralla, podemos cambiarlo por uno nuevo sin gran costo que, en todo caso, será siempre barato, cueste lo que cueste, en comparación con el objetivo que está protegiendo.
Y la superficie trasera, la que está en el interior de la cámara, debemos cuidarla como si fuera una joya valiosa, no poniéndola en contacto con el aire nunca, o el menos tiempo posible, si insistimos en cambiar de objetivos, pero en todo caso, que la operación sea lo más rápida posible y tapando inmediatamente, el objetivo que no esté en uso.
Seguramente habréis visto preciosas fotos, de paisajes en que el sol se filtra entre árboles o edificios, trazando unos impactantes rayos hacia el suelo… Eso que veis y que hace tan bonito, no es la luz, como pensamos al verlo, es toda la suciedad, polvo agua y partículas de todo tipo, que están flotando en el aire. Y esas partículas, las respiramos a lo largo de nuestra vida, pero los cuerpos, humanos y de los animales, tienen filtros en las vías respiratorias para defendernos, en parte, mientras que nuestras cámaras, ¡NO! Así que, nos toca a nosotros defenderlas.
Lo mismo ocurre con hacer macro fotografías, con el objetivo invertido o con anillos de alargamiento. Es abrir la cámara, quien sabe en qué circunstancias, y con el objetivo invertido es, exponer la parte interior de ese objetivo, quizá en contacto directo con plantas o insectos… Hay otras formas, de adaptar los objetivos para macro, con aditamentos delanteros, pero… eso es algo ya muy personal. Que cada uno asuma los riesgos que quiera…
Equipo fotográfico tradicional, "foto químico" que también llaman "analógico" con todos los objetivos tapados
Cualquiera que haya comprado equipo del tipo de objetivos cambiables, se habrá dado cuenta de que, muchos objetivos cuestan más dinero que el cuerpo de la cámara, así que, la conclusión lógica sería: ¡Cuidémoslos en consecuencia!
Y por fin, un consejo de Perogrullo: Igual que se dice que la mejor manera de mantener limpias las ciudades, nuestras casas, coches y nuestro propio cuerpo, no es tanto limpiarlos con regularidad, sino intentar que no se manchen; con nuestra cámara, y especialmente con el objetivo, es más cierto esto… Es mucho más barato rápido y funcional, mantenerlos limpios, protegiéndolos del ambiente, que limpiándolos, por muchos aparatitos o soluciones especiales que tengamos para ello.
Enrique Gutiérrez y Simón
Madrid, mayo de 2016  

sábado, 21 de mayo de 2016

La copa eterna



La copa eterna.

Es una copa con forma de trébol de cuatro hojas, de un finísimo cristal, con tonos irisados azules, que lleva en mi casa más de 70 años. Con ella, brindaba mi padre en las grandes ocasiones y, cuando volví de mi largo exilio voluntario allende los mares, mi hermana pequeña me la trajo de San Sebastián, donde la tenía guardada, en la caja en que siempre estuvo, entre una especie de espuma de algodón.
Ahora la uso en las fiestas señaladas, para brindar por los familiares y amigos. Una vez terminados los brindis, se lava cuidadosamente y se guarda en su caja… hasta la próxima…
¿Qué pasaría, si todos cuidáramos nuestras relaciones de pareja, de familia y sociales, con el mismo cuidado, y miedo a que se rompan? En estos 70 años, ¿Cuántos cacharros de aluminio y otros materiales habremos tirado a la basura, destrozados por el mal trato… porque ¡Como esos no se rompen!...

En fin, la foto es el trabajo de una tarde, probando con diferentes fondos, con cristal y sin cristal. Se hicieron unas cien pruebas y se seleccionó esta, con un resultado más o menos aceptable, pero que no me ha dejado totalmente satisfecho… Es posible que lo repita otro día, con alguna rosa más fresca y energías renovadas…
(Espero que apreciéis la composición en diagonal, desde abajo a la izquierda subiendo hacia la derecha…)

El montaje para realizar la foto, con las luces de bajo consumo y frías, entubadas en cartulina negra, para que no iluminen el fondo y los laterales.

jueves, 19 de mayo de 2016

Que toda la vida es sueño.



…que toda la vida es sueño. Y los sueños…

Compartí estos días una viñeta que decía que, los fotógrafos no sólo hacemos las fotos con la cámara, sino también con todo lo que hemos visto, leído, amado, viajado, películas, teatro… y añadí: Y con lo imaginado.
A lo que mi amiga María José Silva, muy inteligentemente respondió: Y con lo soñado.
Eso me hizo recordar un episodio de un sueño, un poco raro.
Me desperté sobresaltado hace ya tiempo, con un sueño tan vívido, que no lo he olvidado, a pesar del tiempo transcurrido: De alguna manera, estaba muy alto en el cielo, (Ya sabemos que, en los sueños nada es imposible), y al lado mío, volaba un enorme águila, desplegando majestuosamente sus grandes alas. El cielo estaba lleno de nubarrones negros, amenazando tormenta, y abajo, a mucha distancia, se alcanzaba a vislumbrar un pequeño cementerio de aldea, en lo alto de una colina.
Monteje de dos fotos de diferene origen, en papel y pegadas sin más.
Quise fijarlo gráficamente, pero como no puedo volar, y mucho menos al lado de un águila, en un día tormentoso y demás, busqué entre mis archivos fotográficos y en Internet, para hacer una especie de montaje fotográfico, en plan colage, y así tener un modelo para intentar plasmarlo en pintura a la acuarela.
Una vez obtenido el modelo, me puse a la tarea de plasmarlo en acuarela, pero el resultado no me satisfizo en absoluto, así que dejé pasar un tiempo, y cuando me armé de valor, empecé un nuevo cuadro, con el mismo modelo, pero empezando desde cero… Con el resultado de que al terminarlo, me gustó menos que el anterior.
Dejé pasar otro tiempo, y empecé el proyecto por tercera vez, pero con un resultado, aún menos satisfactorio que los dos primeros. Así que tuve que admitir mi absoluta incapacidad para la pintura, y dejarlo aparcado sine die.

Ahora, me pongo a pensar, si no será que los sueños son tan inalcanzables como el arco iris, que cuanto más nos queremos acercar a él, más lejos parece estar.
Supongo que, un buen pintor, podrá expresar bellamente esta idea o cualquier otra que él sueñe. Pero sigo con la duda: Su pintura final, reflejará fielmente su sueño, o, aunque su pintura sea muy buena, quedará tan insatisfecho como yo, en cuanto a la fidelidad de lo pintado…
Enrique Gutiérrez y Simón
Madrid, mayo de 2016

lunes, 16 de mayo de 2016

Ser periodista



SER PERIODISTA
(Imágenes tomadas de Internet)
Si miramos el diccionario, ser periodista es simplemente trabajar en un periódico, editarlo, dirigirlo o escribir en él, pero si pensamos un poco, hay algo más, o mejor: DEBÍA HABER ALGO MÁS.
Lo primero que debiera pensar un periodista es, que con su trabajo contribuye a “formar opinión”, por eso se le ha llamado el cuarto poder, y esta facultad de formar opinión, se puede, como todas las cosas de la vida, emplear para bien o para mal, pero en todo caso es una responsabilidad muy seria.
Empecemos por decir que, en muchos países hay una larga tradición de excelentes periodistas, que son reconocidos internacionalmente, y que hay otra larga lista que ha dado su vida simplemente por hacer su trabajo. Muchos de ellos son premiados, copiados e imitados por muchos otros, no tan brillantes, pero... en España y en cualquier rincón del planeta hay miles de individuos que, habiendo conseguido el “estatus” de periodista por cualquier circunstancia, usan esta posición con fines espurios.

Una gran parte, trabaja en esto como podría haberlo hecho de albañil, de dentista, o de ingeniero: Por dinero. Y, lógicamente, cada uno es muy libre de ganarse la vida como pueda, pero esta profesión sin vocación es, como se ha dicho muchas veces, peor que ser prostituta. Hay “periodistas” que aprovechan cualquier oportunidad de comer o beber por cuenta del entrevistado, como los hay que reciben “sobres”. Otros están simplemente en “nomina” de empresas de diverso tipo, y llenan su artículo de ditirambos hacia el personaje de turno, esperando quien sabe qué inconfesables compensaciones.
Luego los hay, que trabajan en esto por el poder que conlleva y la sensación de superioridad que se siente al verse invitado a actos, saludado, halagado y felicitado, aunque todas estas manifestaciones sean más falsas que una moneda de plomo.
Pero en fin, dando por sentado que la mayoría de los periodistas son personas honradas, trabajadoras y bien intencionadas, empezaremos por distinguir, entre el autor de artículos de opinión firmados y el reportero de sucesos. El primero es dueño y absoluto responsable de lo que dice y el segundo, debe intentar contestar las típicas preguntas de: ¿Qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué?, pero huyendo de poner en su escrito adjetivos.
La técnica ha magnificado en forma increíble la facultad de difusión de lo que se hace en los medios de comunicación: Se pueden leer los periódicos de cualquier país en Internet, puede verse la televisión de miles de emisoras de todo el mundo y oír la radio de cualquier rincón del planeta, por lo que, la responsabilidad de lo que se diga hoy en un medio, se ha ampliado en proporción geométrica.
Parece que los famosos tres poderes de Montesquieu: Legislativo, ejecutivo y judicial, se han reducido a uno, que llamamos “Gobierno”, especialmente en España. Pero han surgido otros dos, tan o más poderosos que los gobiernos: El económico y el mediático. Con un poder impensable hace unos años.

Esto nos lleva a hacer una serie de reflexiones, que sería interesante analizar como tema de discusión para romper con una serie de mitos y palabras mágicas que se usan todos los días, sin que les prestemos atención. Por lo que son, si cabe, más peligrosas:
1º.- EN TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO HAY CENSURA. En España, en la época de Franco había una censura PREVIA. Cualquier cosa que se quisiera publicar por cualquier medio, había de pasar por las manos de un CENSOR oficial, que tachaba, quitaba o añadía cosas. Ya la historia del periodismo español está llena de anécdotas hilarantes sobre esa época y la habilidad de los escritores para hacerle fintas de esgrima a la censura.
Como yo no aguantaba esto, me fui de España a trabajar en un periódico liberal, en democracia, pero... un día fui a poner una carta a Avianca y encontré una cola de usuarios en una sola ventanilla y seis ventanillas cerradas, hice una foto que hablaba por sí sola de la poca atención que Avianca ponía a sus clientes y el director me la rechazó diciendo: Si publicamos esto, Avianca nos retira la publicidad...
Es famosa, para todos los que hemos tenido algo que ver con el cine, la férrea censura que existe aún hoy en el cine norteamericano, la mayor y más antigua democracia del mundo. Hay películas europeas que no se puede ni soñar con proyectar en U.S.A. y películas americanas que se hacen en dos versiones, la americana, mas modosita y la europea donde los escotes y otras partes de las actrices (y de los actores) son más generosamente mostradas, y luego, hay películas que una vez hechas, se modifican de acuerdo con el parecer del público. Resumiendo: En las dictaduras hay censura previa. En las democracias o similares, hay autocensura y en algunos casos, censura posterior, pero en resumidas cuentas, eso de la libertad de expresión y demás zarandajas, es un cuento chino.
Hay todavía muchos periódicos que modifican los artículos de sus colaboradores para que sean “políticamente correctos” y en otros casos “cuelgan”, archivan, artículos que “no son convenientes en este momento”. Muy pocos periódicos tienen claro que la política del periódico es su editorial y que sus colaboradores son responsables de sus escritos, sin que dicho periódico comparta necesariamente esas opiniones, pero lo que viene firmado es sagrado. En Madrid, seguía esa política el periódico “ABC”, donde se publicaban colaboraciones libres y algunas opuestas a la línea editorial, pero muchos otros periódicos lo consideran casi un sacrilegio, y hay rumores de que ABC también ha cambiado.
2º.- NINGÚN PERIODISTA PUEDE SER OBJETIVO. Todos los seres humanos, lo queramos o no, cuando transmitimos un concepto, idea, escrito o imagen,  está indefectiblemente “teñida” de nuestra personalidad, de nuestra cultura o falta de ella, de nuestros prejuicios y forma de pensar y por fin, de nuestra buena o mala intención. Cuando hago una fotografía o filmo una secuencia, “encuadro” la imagen, es decir la “encajono”, la selecciono y por tanto, la muestro como yo pienso que debe ser, pero si muevo la cámara aunque sea un poco en cualquier sentido, arriba o abajo, a la derecha o la izquierda, la imagen será absolutamente otra, luego, esa imagen será “mi forma” de ver la realidad y, obviamente, otra persona la verá de forma diferente. Cuando yo escribo, selecciono, del ingente acerbo de palabras que tiene mi idioma, las que yo creo adecuadas o las que conozco, pues hay una inmensa cantidad que no forman parte de mi léxico y obviamente, otra persona, expresará esa idea con otras palabras o en otro orden y por tanto, su escrito será sustancialmente diferente.
3º.- SER VERAZ, NO SIEMPRE SIGNIFICA DECIR LA VERDAD. Se pueden decir palabras ciertas y transmitir una idea falsa, como cuando se cita textualmente algo que dijo otro, pero fuera de contexto, dándole un significado totalmente opuesto a lo que quiso decir el autor, por el simple procedimiento de “guiar” al lector con un comentario anterior o posterior a la frase citada. Se puede citar una parte de una frase, que sea exactamente lo contrario a la frase entera. Y lo que es una variante y el mal nuestro de cada día, poner un título a un artículo, que no tenga nada que ver con el contenido o incluso, que sea lo opuesto al contenido. Muchísima gente lee sólo los titulares y puede formarse una opinión errónea por este sistema y el periodista aducir que publicó la verdad.
4º.- CONTRASTAR LA INFORMACIÓN NO ES GARANTÍA ABSOLUTA. Si un periodista, o un científico, quieren llegar a una conclusión y las pruebas demuestran que está equivocado, hay que tener una gran dosis de honestidad para desechar nuestros prejuicios y: o publicar el resultado real a que hemos llegado, o no publicar nada. Lo que casi todos los humanos tendemos a hacer es retorcer los resultados de las pruebas para, publicándolos, llegar a conclusiones que se acerquen lo más posible a lo que queríamos decir desde el principio. Esto se ve muy claro en los políticos, cuando después de unas elecciones y ante las tercas cifras de los resultados... ¡Todos han ganado!
5º.- DECIR QUE NO OPINAMOS, QUE SOLO INFORMAMOS, ES UNA FALSEDAD. Lo correcto en un periodista honesto es expresar claramente nuestro sentir en cuanto a posiciones políticas, sociales, económicas o de cualquier género, y luego informar lo mas ecuánimemente que seamos capaces, pero sin querer engañar al lector con un falsa neutralidad que es absolutamente imposible. Procurando que sus preferencias no le nublen el juicio. El periodista no debiera estar nunca a favor del Gobierno, pero tampoco contra el Gobierno sino ENFRENTE del Gobierno. Expectante y escéptico.
6º.- La práctica más generalizada en prensa y televisión, que dice “informar imparcialmente” es intercalar adjetivos en la información, con lo que ya se está opinando en lo que debiera ser una relación escueta de HECHOS. Al lector o espectador, se le marea mezclando las dos clasificaciones anteriores, intercalando la información con opiniones. O en el caso de artículos firmados, citando hechos pasados con nuestra visión personal y actual. Y todas estas cosas, pasan desapercibidas para el menos atento, pero forman opinión.
Veamos un ejemplo, con países inventados: Norteño y Sureño, juegan un campeonato y gana Sureño. En el país perdedor, Norteño, publican: Norteño subcampeón… Sureño penúltimo… Leedlo despacio otra vez y veréis cómo diciendo verdad, se falseó el resultado…
En este momento, del primer cuarto de siglo XXI, parece que el poder económico, se está adueñando de todos los medios de comunicación, haciendo desaparecer a aquellos románticos periodistas que fundaban un periódico y mantenían su prestigio de veracidad contra viento y marea, por lo que los periodistas, parece que están acabando en simples asalariados que, obviamente han de trabajar según los dictados de quien paga…

Afortunadamente, aún sobreviven en muchos países, periodistas que se han forjado un prestigio a base de informar pensar, y expresar esos pensamientos con honestidad e independencia, que esperemos duren todavía muchos años, y aguanten la presión de las grandes multinacionales, que engullen todo a su paso buscando sólo la audiencia a cualquier costo, que traducen en beneficio económico a base de publicidad, sin importar para nada la verdad, la justicia o la verdadera información. “Que la realidad no nos estropee una bonita historia…
En fin, podríamos seguir hasta el aburrimiento, pero será en otro momento que retomemos el tema sobre lo que el periodista quiere y... lo que puede hacer. Lo que es y lo que debiera ser.
Enrique Gutiérrez y Simón
Revisado en Madrid, mayo 2016