jueves, 23 de enero de 2014



Las ONG ante la crisis
Javier Barranco Socio-Director en ABALON Consultores de Marketing Social S.L.
RSE, ONG y Marketing (1) tendencias21.net
Estamos acostumbrándonos a que los expertos nos anuncien que, cuando salgamos de la presente situación crítica en la que estamos sumidos, estaremos ante un cambio de ciclo en lugar de lo que muchos creían era, simplemente, una etapa más de cambio.
Autor de: Marina y Floro. Coautor de: Lo que la hermana de la Princesa... Jubilado en Grupo cultural ACOA
Contribuidor principal
¡Interesantísimo tema! Ya se están dando tímidos pasos hacie la transparencia, en la Casa Real, en algunos políticos, etc.
Esperemos que ese cambio de ciclo, sea también un cambio en cuanto a la transparencia de todas las instituciones sin distinción.
Ya hemos visto que las cajas de ahorro eran un nido de corrupción y clientelismo de los políticos que se han robado el dinero a espuertas y lo hemos tenido que reponer nosotros. Quizá en su principio eran obras sociales que cumplieron un papel fundamental en la vida española, pero derivaron a verdaderas cuevas de ladrones.
Los sindicatos... Dicen los que saben que son imprescindibles para la democracia, pero si se han de gastar el dinero destinado a los parados y las ayudas de la Comunidad Europea, a lo mejor la democracia era más demócrata sin ellos...
En en cuanto a las ONG, es indudable que hay algunas que son verdaderos sostenes de las clases menos favorecidas y realizan labores fundamentales. También se han descubierto algunas, cuyos fines eran el lucro personal de sus directivos, o incluso el tráfico internacional de drogas, y otras cosas, incluyendo personas...
Creo que uno de los cambios fundamentales que estamos padeciendo es, la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones. Así que, sería de desear que ese cambio que esperamos sea para mejor, signifique transparencia y control de las autoridades, para que se fomenten las organizaciones, gubernamentales o no gubernamentales que cumplan una función últil y honesta, y la desaparición de todas las que no las cumplan, con las consecuencias penales para sus culpables y la restitución de todo lo robado... AMÉN.
Socio-Director en ABALON Consultores de Marketing Social S.L.
Muchas gracias por tu comentario, Enrique. No puedo estar más de acuerdo con lo que indicas. Quiero ser positivo en el sentido de que esta catarsis general y obligada dejará en el camino a muchas organizaciones fraudulentas y las que queden, se verán obligadas a modificar sus sistemas de gestión, empezando por la total transparencia. Los ciudadanos están, cada vez, más informados, más formados y, en consecuencia, son más exigentes. Saludos
Javier

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domingo, 19 de enero de 2014



Autores y mecenas
Silvio Girón Gaviria, era un hombre con gran sensibilidad social, a quien “le dolía la vida”, de su Colombia nativa.
Había heredado de su padre la profesión de joyero-relojero, y tenía una tiendita de ese ramo, en uno de los barrios más modestos de la ciudad de Cali, pero se mantenía cerrada la mayoría del tiempo, mientras él vegetaba en algún bar cercano, mugroso y servido por prostitutas de ínfima categoría, porque él en realidad lo que tenía era vocación de escritor y periodista, muy inclinado al tema social y de ese inframundo que tan bien conocía.
Los vecinos y amigos, lo buscaban por esos bares para encargarle la reparación de alguna joya o reloj y él, los atendía con cierta pereza, y hacía los trabajos imprescindibles para ganar algún dinero para sobrevivir, pero mientras tanto, escribía y escribía…
No recuerdo ahora por qué circunstancias nos conocimos, ya que nuestras vidas, viviendas y círculos sociales, estaban en las antípodas del uno y del otro, pero lo que sí recuerdo es, que era un hombre interesante, con una conversación enriquecedora, aunque reflejaba su visión amarga de la vida. El hecho es, que me habló de unos manuscritos que tenía y le pedí que me los prestara para leerlos.
Eran unas hojas un tanto amarillentas, escritas a máquina torpemente, con muchos tachones y apuntes manuscritos en el margen, pero con contenido impactante, de cuentos de vidas lacerantes, pero narrados con una fluidez y poder de síntesis asombrosas, hasta el extremo de narrar un cuento completo en una sola página.
El libro se tituló “Las Órbitas vacías”, porque su cuento central era de un ciego. Quedé tan impresionado que le dije que había que publicar ese libro de cualquier manera. Pero aunque la empresa que yo dirigía se titulaba “Editorial ABC”, la realidad es que era una simple imprenta, sin ningún poder de distribución ni promoción, normales en una verdadera editorial.
Como en esa empresa, y en la mayoría, siempre hay tiempos muertos, en que los encargos de los clientes flojean, le hice un presupuesto de lo que le costaría una edición muy modesta de 100 ejemplares, y le propuse que le iríamos componiendo, (En esa época se componía con tipos móviles de plomo, letra a letra), su libro, en los tiempos libres que les quedaran a los cajistas, sin fecha fija para la impresión.
A su vez, él iría retrayendo pequeñas cantidades del dinero de que pudiera disponer y depositándolo en una cuenta que le abriríamos en la imprenta, hasta completar el valor total del presupuesto.
La consecuencia de este plan fue, que Silvio se olvidó completamente de los bares y sus “meseras” y se dedicó febrilmente a atender su tienda y a completar con rapidez cuanto trabajo le encargaban o a vender relojes y renovar las existencias con nuevos modelos, por lo que empezó a traer a la imprenta cantidades de dinero, mucho mayores de lo que se había pensado.
Empezamos a componer su libro, no ya en tiempos muertos, sino como un cliente normal, que quiere recibir su trabajo a la mayor brevedad. Se imprimió y encuadernó su libro y se le entregaron sus ejemplares al autor y propietario de la edición.
Este, se dedicó a vender su libro directamente, en su tienda y a cuanto conocido se encontraba, por la calle o en cualquier sitio. Viajó a su ciudad natal, Pereira y siguió con la venta de su libro, que terminó en poco tiempo, recuperando el costo invertido y con una buena ganancia.
De ahí se sigue toda una carrera literaria, con otro libro realizado en mi misma empresa: “Que griten las paredes” y muchos otros, entre cuentos y novelas, ya realizados en editoriales de verdad y alguno de ellos cuya edición está dedicada a mí.
Le nombraron Director de la Biblioteca Departamental de Pereira, director de una emisora de radio y columnista en varios periódicos de Cali, Pereira y otras ciudades.
Y ahora viene la pregunta de respuesta imposible: ¿Qué habría pasado si Silvio no me hubiera dado esos originales, o si yo no les hubiera hecho caso? ¿Los habría visto otra persona que se interesara por ellos? ¿Habría seguido Silvio su oscura y aburrida vida de ínfima bohemia?...
Muchos decimos que no creemos en la suerte, pero es indudable que todos hemos tenido momentos o hechos, aparentemente fortuitos que han cambiado o redirigido nuestras vidas… Y lo más curioso es, que a veces esos hechos u ocasiones que buscamos, no ocurren. Y de pronto, nos tropezamos con otros que no esperábamos…
Los lectores que quieran más información sobre este caso, podéis teclear en Google: Silvio Girón Gaviria y tendréis unas cuantas entradas sobre este hombre excepcional.


Cantan los niños de Siria

Un buen amigo mío, pero que creo peca de “buenista” en general, me ha enviado este vídeo que, en mi opinión está totalmente manipulado y organizado como una obra de teatro, con sus decorados, montajes y superposiciones con mensajes subliminales y todo…
Las personas normales, creo que debemos pensar un poco y no tragarnos ni repetir todo lo que nos llega, sin más.
En Siria, hay una guerra civil, con un gobernante sátrapa, dictador e inhumano, con su ejército moderno, armado por nosotros, por un lado. Y una serie de facciones rebeldes, que luchan contra ese ejército y entre sí, entre las que destacan unos islamistas radicales, todos armados por nosotros, por otro lado. Y que también matan niños. ¿Cuál de estos es “el bueno”?
Tenemos unos precedentes lejanos, como Vietnam, Iraq, Afganistán y un largo etc. donde los “occidentales” hemos metido verdaderas fortunas y enviado a morir miles y miles de soldados, que a su vez han matado a miles y miles de nativos de cada país, Y más recientemente lo que los papanatas occidentales hemos llamado con un entusiasmo infantil “La primavera árabe”, con todo el norte de África revuelto, y donde hemos enviado ingentes cantidades de dinero y armas, cuando no intervenido directamente como en Libia. Creyendo ingenuamente que lo que buscaban sus habitantes era lo que nosotros llamamos “Libertad y Democracia”… ¿Para qué? Para que todos esos países hayan caído en el radicalismo islámico, con dictaduras iguales o peores que las que tenían. Una corrupción galopante y una inestabilidad y miseria social, iguales o peores que antes.
El Líbano, era llamada “La Suiza de Oriente”, porque vivía en una prosperidad y paz inigualable en la región y no tenía ejército. Lo que a todos los papanatas nos parecía algo magnífico y digno de imitarse. La consecuencia fue, que la invadió Siria, Israel y todo el que pasaba por allí, cada uno aduciendo intereses nacionales de defensa propia, pero para los libaneses, la consecuencia es que han convertido su país en el “Coño de la Bernarda”, donde entra y sale cualquiera.
En Haití, la población civil está todavía esperando que le llegue algo, de los miles de millones de ayuda internacional que hemos enviado los buenistas, pero hay una clase privilegiada que vive allí en una insultante demostración de riqueza y que, sospechosamente ha aumentado esa riqueza desde el último terremoto…
Y volvemos a la peliculita. Los niños de Siria lloran porque el ejército los mata. Y nosotros ¿Qué debemos hacer? ¿Enviamos dinero para que los ricos de allí sean más ricos y los niños sigan muriendo, de hambre o asesinados? ¿Enviamos más armas, para que los niños y los adultos mueran más rápidamente, o enviamos también soldados para que mueran allí, mientras matan más habitantes locales, incluidos niños y al final gobierne un sátrapa diferente, pero igual de asesino que el actual?