miércoles, 25 de diciembre de 2013



Contra el aburrimiento
Algunos, hemos llegado a una etapa de la vida en que no tenemos tiempo de aburrirnos, ni tiempo en sentido literal, porque vemos que la vida se nos va como si quisiéramos llenar un vaso de agua, que tiene agujeros... Dicen que el tiempo es relativo y que cuantos más años tiene uno, más de prisa corre... Así que espero que a los jóvenes os dure mucho vuestro tiempo de aburrimiento. ¿Disfrutadlo!
Cierto es, que si uno hace lo que tiene que hacer, no tiene tiempo de aburrirse... Pero yo cambiaría lo de "tiene" por "lo que le gusta"... Creo que una de las cosas más difíciles y fundamentales en la vida es, encontrar la actividad para la que uno está mejor dotado. Lo que producirá el curioso resultado de que, estará el resto de su vida disfrutando, y lo que normalmente se llama "trabajo", para esa persona será un placer o un juego... He tenido la suerte de haber encontrado esa actividad. En mi caso, en las Artes Gráficas: Fotografía, Cine, Imprenta, lo que me ha permitido pasar la vida divirtiéndome, y además, me pagaban por ello... Así, los lunes eran un placer, al pensar en levantarse corriendo para hacer lo que me gustaba tanto, y los fines de semana, generalmente seguía haciendo lo mismo, porque lo que la mayoría considera un descanso de week end, me resultaba aburridísimo. Ahora, ya retirado de la actividad comercial, lo sigo haciendo, pero gratis, impartiendo clases o dirigiendo grupos, en un Grupo Cultural.
Es triste, ver tanto médico, abogado, funcionario y demás, pasar una vida de sufrimiento, por estar dedicado a una actividad que, generalmente eligieron los padres, pensando que eso daba dinero y prestigio social, pero que quizá nacieron para bailarines de ballet, por ejemplo. Y se mantienen diciendo: "Gracias a Dios, es viernes"...
Se dice que, a escribir se aprende escribiendo. Por eso, lo hago todos los días, a ver si algún día aprendo a hacerlo medianamente. Aunque sea con comentarios como este, con los e-mails que envío diariamente a mis contactos o con los artículos de prensa que pergeño. Recordando siempre la frase del poema de Campoamor "La Carta", en que la chica exclama repetidamente: ¡Quién supiera escribir!.

martes, 24 de diciembre de 2013



Está circulando estos días un anuncio comercial con ese título. Os envío el link abajo para que podáis verlo…

Con ese motivo, se me han ocurrido unas reflexiones, sobre una manía que tienen las autoridades colombianas, para incordiarles le vida, a los ciudadanos que tienen el derecho a la nacionalidad colombiana y a otra, que os he incluido a continuación del link, con el documento auténtico de la renuncia a que se ven casi obligados, esos ciudadanos…

Mirad el anuncio en el link, y luego, si os apetece, leed el escrito… y si no, tirad todo a la papelera…

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Hacerse extranjero

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Hacerse extranjero
Una empresa de embutidos española, está difundiendo un anuncio de gran éxito, aprovechando la mala situación por que pasa el País, para incidir en las buenas cosas que hay en España, como sus productos, por ejemplo.
El anuncio, empieza por decir que ante la mala situación, hay que “hacerse extranjero”… rememorando sin saberlo, a un escritor antioqueño que conocí hace años, que vivía en un finquita a la que había rotulado “Otraparte”… Pero en este anuncio, se termina con la frase de una de las actrices que dice: Uno puede irse, pero no hacerse…
Pero eso somos los españoles, que somos muy atrasados. Los colombianos ya hace años que han descubierto la forma de que sus nacionales se hagan extranjeros y han promulgado las leyes correspondientes y adoctrinado a sus policías, para que insistan en el tema, en forma terminante.
Pero, primero hagamos una pequeña recapitulación: La Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice en uno de sus apartes que: Toda persona tiene derecho a una nacionalidad… Lo que no dice es, que alguna persona tenga la OBLIGACIÓN de tener determinada nacionalidad.
A cualquier ser humano, le gusta tener la nacionalidad del lugar donde nació, o se crio, o se enamoró, o se… Y lo natural sería, que todos tuviéramos todas las nacionalidades, ya que formamos parte de la familia humana…
No obstante, a lo largo de la historia, se han ido poniendo fronteras, pasaportes y todo tipo de trabas que los humanos nos inventamos, con gran fruición de los funcionarios, cuyo único fin en la vida, parece que fuera molestar a sus congéneres… Así se han establecido cuatro formas básicas de tener una nacionalidad: Por el lugar de nacimiento, (ius soli), que es la forma que suele usarse en toda América. Por la nacionalidad de sus padres, (ius sanguini), que es la en general se usa en Europa. Por el lugar de residencia habitual (ius domicilii), y por la nacionalidad del cónyuge, (ius connubii), que con algunas diferencias, se aplica en casi todos los países.
En estas circunstancias y para no alargarnos, vamos a concretarnos sólo a los españoles que emigraron a Colombia y tuvieron hijos allí: Según la ley española, esos hijos son españoles de origen. Y según la ley colombiana, son colombianos de nacimiento. Ellos, normalmente estarían felices de tener derecho a las dos nacionalidades… y a cuatro, o seis u ocho, si tuvieran la oportunidad, pero la ley internacional, no admite tener dos nacionalidades, aunque se haya vuelto costumbre y se hable de ello todos los días… (No se puede ser fiel a dos banderas). Lo racional y lo que está realmente establecido es, que cualquier persona que tenga DERECHO  a dos nacionalidades, use aquella del lugar en que reside habitualmente, y que si cambia su domicilio al otro país al que tiene derecho, se le permita cambiar automáticamente, sin grandes trámites… Lo de andar con dos o más pasaportes al mismo tiempo, es normal entre mafiosos o espías, como vemos en las películas, pero no debería ser normal entre ciudadanos comunes. Y si se hace, por comodidad o por sentirse parte del país al que se llega, y se tolera por parte de la policía de fronteras, debía ser como una muestra de cortesía, no como un derecho.
Pero los políticos colombianos, han dado un paso más allá, y han establecido que el tener dos nacionalidades simultáneas, en activo, es no solamente un derecho, sino una obligación.
Entre las muchas anécdotas que contamos entre los españoles que hemos vivido en Colombia, se va la conversación hacia episodios a cual más rocambolesco, con los “tombos” de los aeropuertos colombianos: Una chica, hija de un español, pero nacida en Cali, que pretendía tomar un avión a USA, para un máster en que estaba matriculada, y fue impedida de hacerlo con malos modos, porque no llevaba un pasaporte colombiano, a pesar de tener en perfecta regla su pasaporte español. Dos hermanos en la misma situación, ya graduados como abogados en Colombia, abroncados por el jefecillo del antiguo DAS, en que el pobre hombre, les decía lleno de ira, que sus pasaportes españoles eran ilegales y que él podía romperlos allí mismo…
Los seres humanos, tendemos a recordar nuestra infancia con nostalgia y cariño. Y si al cabo de los años, por las circunstancias que sean, cambiamos de residencia, nos gusta volver al lugar de nacimiento. Encontrarnos con los antiguos amigos y sentirnos parte de ese lugar, donde generalmente hemos dejado personas a las que queremos y lugares que sentimos “nuestros”… Pero determinados funcionarios, están empeñados en amargarnos esas remembranzas… Otros, además de amigos y recuerdos, han dejado propiedades o negocios, a los que deben atender con cierta frecuencia, pero se encuentran siempre con los funcionarios que, con mala cara y peores modos, les reclaman unos documentos, que a nadie en su sano juicio se le ocurre que sean necesarios…
Alguno que conozco muy cercanamente, ha de viajar a Colombia varias veces al año. Y se ha encontrado con las trabas de rigor al intentar salir, ya que al entrar no le ponen inconvenientes a nadie… Ante la exigencia de documentos colombianos, ha empezado a hacer los trámites en el Consulado de Colombia en Madrid, y se ha encontrado con la burocracia de siempre. Ahora añadida con que para todo hay que pedir cita previa y que al final, la consecución de un pasaporte o la cédula de ciudadanía, son trámites engorrosos y para todo piden cantidades de dinero estrambóticas.
Si como es el caso que estamos tratando, el ciudadano es español, está acostumbrado a que su cédula que aquí se llama Documento Nacional de Identidad, y su pasaporte, se le tramiten el día que ha sido citado, en el momento y delante de él, y que “se los lleve puestos”, que dicen los clásicos, con un costo que entre los dos documentos, no pasa de 50 euros. Pero esas mismas gestiones en el Consulado, representan meses, o incluso años. El último caso que supe de una cédula, al cabo de muchos meses de espera, le dijeron al interesado, que había habido un “daño informático” en Bogotá y el trámite se había perdido. Que tenía que solicitarla de nuevo… ¡Y pagar otra vez!. O sea que, los funcionarios producen el problema y el ciudadano paga… con su tiempo y su dinero. Aparte de que todos estos trámites, acaban por costar verdaderas fortunas, representadas en cientos de euros…
Visto este panorama. ¿Qué hace una personas que, por las circunstancias que sea, ha de viajar a Colombia frecuentemente?... Renunciar a su nacionalidad colombiana, según le indican los policías del aeropuerto…
Anexo un documento auténtico de este caso, en el que se han cambiado todos los datos personales, para preservar la identidad de la “víctima”…
Con una reflexión final: ¿Qué daño sufre Colombia, si una persona que ha nacido allí, viaja con pasaporte de otro país? ¿Qué bien jurídico, humano o social, están protegiendo los policías, exigiendo documentación colombiana, a personas que tienen otra documentación, legal y en perfecto orden?
Supongo que, a algunos de los sesudos juristas que hay en Colombia, esto les resultará clarísimo… ¡El suscrito, confiesa humildemente que no lo entiende!
Pero los hechos son tozudos. Las personas tenemos unos sentimientos que nadie nos puede arrebatar ni cambiar… Hay muchas que se sienten colombianas de sentimiento y les gustaría poder decir que lo son, pero las autoridades de ese país, les ponen todo tipo de trabas para que lo hagan, y sin decirlo expresamente… Con hechos, les obligan a “hacerse extranjeros”…
Renuncia nacionalidad-1

sábado, 2 de marzo de 2013



SAWABONA
Sobre estar solo
Flávio Gikovate - Médico psicoterapeuta
No es solo el avance tecnológico lo que marcó el inicio de este milenio.
Las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto de amor. Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la que exista individualidad, respeto, alegría y placer por estar juntos y no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro de su bienestar.
La idea de que una persona sea el remedio para nuestra felicidad, que nació con el romanticismo, está llamada a desaparecer en este inicio de siglo. El amor romántico parte de la premisa de que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos.
Muchas veces ocurre hasta un proceso de despersonalización que, históricamente, ha alcanzado más a la mujer. Ella abandona sus características, para amalgamarse al proyecto masculino. La teoría de la unión entre opuestos también viene de esta raíz: El otro tiene que saber hacer lo que yo no sé. Si soy manso, ella debe ser agresiva, y así todo lo demás.
Una idea práctica de supervivencia, y poco romántica, por más señas.
La palabra de orden de este siglo es asociación. Estamos cambiando el amor de necesidad, por el amor de deseo. Me gusta y deseo la compañía, pero no la necesito, lo que es muy diferente. Con el avance tecnológico, que exige más tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo a estar solas, y aprendiendo a vivir mejor consigo mismas. Ellas están comenzando a darse cuenta que se sienten parte, pero son enteras. El otro, con el cual se establece un vínculo, también se siente una parte.
No es el príncipe o salvador de ninguna cosa, es solamente un compañero de viaje. El hombre es un animal que va cambiando el mundo, y después tiene que irse reciclando para adaptarse al mundo que fabricó. Estamos entrando en la era de la individualidad, que no tiene nada que ver con el egoísmo. El egoísta no tiene energía propia; él se alimenta de la energía de los demás, sea financiera o moral.
La nueva forma de amor,  o más amor, tiene nuevo aspecto y significado. Apunta a la aproximación de dos enteros, y no a la unión de dos mitades.
Y ella solo es posible para aquellos que consiguieron trabajar su individualidad. Cuanto más fuera el individuo capaz de vivir solo, más preparado estará para una buena relación afectiva.
La soledad es buena, estar solo no es vergonzoso. Al contrario, da dignidad a la persona. Las buenas relaciones afectivas son óptimas, son muy parecidas con estar solo. Nadie exige nada de nadie y ambos crecen. Relaciones de dominación y de concesiones exageradas son cosas del siglo pasado.
Cada cerebro es único.
 Nuestro modo de pensar y actuar no sirve de referencia para evaluar a nadie. Muchas veces, pensamos que el otro es nuestra alma gemela y en verdad, lo que hacemos es inventarlo a nuestro gusto. Todas las personas deberían estar solas de vez en cuando, para establecer un diálogo interno y descubrir su fuerza personal.
En la soledad, el individuo entiende que la armonía y la paz de espíritu solo se pueden encontrar dentro de uno mismo, y no a partir de los demás. Al percibir esto, el se vuelve menos crítico y más comprensivo con las diferencias, respetando la forma de ser de cada uno. El amor de dos personas enteras es el bien más saludable. En este tipo de unión, está el abrigo, el placer de la compañía y el respeto por el ser amado.
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien. Algunas veces hay que aprender a perdonarse a si mismo...
P.D. Si tienes curiosidad por saber el significado de SAWABONA, es un saludo usado en el sur de Africa y quiere decir: ”YO TE RESPETO, YO TE VALORO, Y TU ERES IMPORTANTE PARA MI“.
Como respuesta las personas dicen: SHIKOBA, que es: "ENTONCES. YO EXISTO PARA TI"