lunes, 27 de abril de 2009

Sería maravilloso, poder decir que España está en la senda del progreso y que va a salir de la crisis actual, rápidamente, pero... Infortunadamente, todos los datos que tenemos son lo contrario...

Dos artículos aparecidos ayer, sin más comentarios..

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El mal gobierno

IGNACIO CAMACHO - ABC.es - Opinión (domingo 26 de abril de 2009)

 ESTE Gobierno no sabe gobernar. Es experto en trucos de prestidigitación política, tácticas de desviación, pirotecnia ideológica, pero carece de respuestas para los problemas reales mientras se da una maña especial para crear otros ficticios. Su gestión responde con precisión a una doctrina marxista, pero de Groucho: domina el arte de buscar dificultades, encontrarlas, formular un diagnóstico falso y aplicar remedios equivocados. Es un desastre sin paliativos, un fracaso absoluto frente a la crisis social más grave de la democracia.

España está a merced de la recesión, que la golpea con una violencia salvaje en su estructura productiva y laboral sin que el Gobierno haga otra cosa que agazaparse. Frente a una tormenta económica de proporciones catastróficas, Zapatero sólo tiene un paraguas averiado: el de los subsidios, que carga al déficit con una frivolidad irresponsable. A la velocidad que está creciendo el desempleo por falta de medidas que le hagan frente, el Estado puede quedar bien pronto comprometido en su propia capacidad financiera. Pero al presidente sólo le preocupan las consecuencias políticas de la crisis, el impacto que pueda tener en su respaldo electoral, y ha descartado cualquier decisión que comprometa a corto plazo esas expectativas de poder. Considera que el problema responde a factores externos que quedan fuera de su alcance y se ha empeñado en resistir a base de asistencias paliativas, temeroso del coste político de una agenda de reformas por la que claman todos los sectores sociales. Simplemente, ha dimitido de su responsabilidad esencial, que es la de hacer frente a la destructiva espiral de empobrecimiento del país. Rechaza pactos, consejos y manos tendidas. Y su único empeño consiste en repartir dinero a los virreinatos autonómicos para asegurarse costaleros parlamentarios que le ayuden a mantener el equilibrio de una precaria mayoría.

Estamos ante una emergencia nacional. La magnitud de las cifras del paro exige una determinación política firme y clara, un liderazgo capaz de echarse el país a la espalda para encabezar el combate contra una epidemia social. La situación es de tal gravedad que ya no importan tanto los aciertos como la voluntad de sobreponerse a las adversidades. La nación está al borde del colapso y necesita una inyección de audacia. Pero el Gobierno está catatónico, bloqueado, exánime. No tiene ideas ni fuerza ni coraje. Proclama un optimismo patético en medio de la calamidad, y busca en la propaganda el modo de diluir responsabilidades. Carece de credibilidad y se halla ensimismado en una burbuja de indolencia. Paralizado, inerte, desbordado como un náufrago sacudido por el oleaje, Zapatero no tiene ya más que dos salidas: olvidar sus recelos y convocar un pacto nacional para emprender reformas de consenso o admitir su fracaso y disolver la legislatura. Solo no puede con esto, y lo que es peor, no sabe.

 

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Fin de era

JOSÉ MARÍA CARRASCAL - ABC.es - Opinión (domingo 26 de abril de 2009)

QUE los socialistas españoles tomen como eslogan para las elecciones europeas las imágenes de la victoria de Obama indica hasta qué punto se han quedado sin ideas, sin aliento y sin vergüenza. Ellos, tan progres, tan imaginativos, tan antinorteamericanos, copiando a los yanquis, esperemos que pagando derechos de autor. Estamos ante el capítulo final de una era de improvisación, frivolidad y resentimiento, con olvido de la política de Estado y de la economía real. Todo ello se ha venido abajo ante el avance de una crisis que siguen sin reconocer, a tenor del «Hay margen fiscal. No puede no haberlo», de la nueva ministra de Hacienda. Esto es, que puede seguir gastándose indefinidamente. Doña Elena Salgado hablaba no como ingeniera, esto es, ateniéndose a los hechos, sino como política, negando puerilmente la realidad, como su jefe. «Los datos manifiestan ya una clara inflexión a partir del mes de abril», añadió. Cuando los datos muestran un deterioro galopante de la economía española. Y si se refería a la inyección prevista de dinero público a través de ayuntamientos y autonomías, peor, ya que en vez de ayudar a las ramas más dinámicas de nuestra economía, ayuda a las menos productivas. Puede que ralenticen el paro un mes o dos, pero volverá enseguida la destrucción de empleo. Como las transfusiones de sangre sólo alivian la leucemia si no van apoyadas por quimioterapia y trasplantes de médula, las medidas del Ejecutivo español ignoran los orígenes de nuestra crisis -la falta de productividad, la escasa flexibilidad, la baja calidad laboral, el despilfarro a todos los niveles- para orientar unos recursos públicos cada vez más escasos hacia las instituciones más derrochadoras del Estado: los ayuntamientos y las autonomías. Algo así como querer curar la drogadicción con metadona.

Pero está visto que la principal preocupación del Gobierno no es la crisis económica. Si le preocupara, se hubiera encarado con ella desde el principio, en vez de negarla, y hubiese aplicado las medidas que le indicaban los expertos, en vez de ignorarlos. Lo que le preocupa es la crisis política, la posibilidad de perder el poder. De ahí que cuanto hace esté orientado a evitarlo, con medidas electoralistas, clientelistas, de corto alcance y poca profundidad. Más que de ministra de Hacienda, doña Elena Salgado ejerce de ministra del Reparto de Dádivas, con Chaves como mensajero. Todo el mundo va a pasar por caja y nadie va a quedar descontento. Bueno, los parados. Pero también habrá «margen fiscal» para ellos. «No puede no haberlo» es la divisa irracional del nuevo gobierno. Basta ver la cara desencajada del presidente para comprobar lo desesperados que están. No es una huida hacia delante. Es una huida hacia el vacío, en el que siempre estuvo.

 

sábado, 11 de abril de 2009

Remodelación del "Gobierno"

Nuestro ex simio presidente, ha "remodelado" su gobierno, y aunque entre la pléyade de inútiles ignorantes que suelen componerlo, había algunos que trabajaban con cierto conocimiento y buena fe, como el anterior de Cultura, que arregló la manía que tienen todos de nombrar a sus amigos para los cargos más variados, e implantó que lo directores de los museos fueran nombrados entre profesionales y por concurso, por ejemplo, al presidente le estorbaba, porque probablemente no le entendía cuando hablaba, ya que su nivel cultural es "manifiestamente mejorable", así que, como él ha oído que los cómicos que hacen cine se llaman a sí mismos: "nosotros, los de la cultura", el presidente cree que la cultura es el cine, o sea que, eso de la pintura, la literatura, etc. debe ser cosa de "fachas", así que, ha despedido al ministros y ha nombrado a una señora que hace guiones de cine, y que se llama González Sinde, aunque Alfonso Ussía, con su coña de siempre, la llama "González Cine"...

 

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González-Cine

COSAS QUE PASAN

Creo que la señora ministra se ha metido en un lío. Está comprometida con los suyos a seguirles pagando las bazofias

El alborozo que exteriorizan los progres millonarios con su nombramiento autoriza la sospecha

Alfonso USSÍA - LA RAZÓN Viernes. 10 de abril de 2009

 

 


Haber sido un aceptable ministro de Cultura es mérito al alcance de pocos. César Antonio Molina puede presumir de ello. Su gran pecado, la causa de su cese, hay que buscarla en su escasa sintonía con el mundillo de los pegatineros millonarios, los chulos del pesebre, eso que llaman el Cine español. No soy internauta. Todavía me resisto a entregar mi vida a Internet, y por ello no puedo sentirme amenazado por el nombramiento de Ángeles González-Cine como nueva minis­tra de Cultura. De sentirme amena­zado lo haría como contribuyente de más del cuarenta por ciento de mis ingresos a las arcas del Estado. En España, los impuestos desnu­dan a los que trabajan, no a los que tienen. No se busca la justicia, sino la facilidad depredadora, y como presa fácil de la Agencia Tributaria tengo sobrado derecho a exponer mis desconfianzas.

La ministra González-Cine es la presidenta de esa «academia» que reúne a mucha gente decente y trabajadora y dominan los privile­giados de las subvenciones con di­nero público. La relación de progres «Visa Oro» en su toma de posesión es indicio preocupante. En el fondo, la ministra González-Cine, que es una notable guionista, sabe que Zapate­ro le ha encomendado la cartera de Cultura para agradar a sus pancarteros favoritos. Las cifras que presenta el llamado Cine español-español lo es, pero lo de Cine entra en la duda-, son escalofriantes. Sumando todos • los ingresos voluntarios en taquilla no se alcanza, ni de lejos, la totali­dad de los millones de euros que el Gobierno ha puesto en los bolsillos agradecidos de los subvencionados. El Cine no es una industria. Es un pozo sin fondo del dinero público. Y mucho me temo que la ministra González-Cine va a aumentar los regalos pesebristas a productores, directores y actores para que persis­tan en producir, dirigir e interpretar auténticas porquerías que a nadie interesan. Almenes, el alborozo que exteriorizan los progres millonarios con su nombramiento autoriza la sospecha.

Una sociedad que camina irremi­siblemente hacia los cuatro millones de parados -con el silencio cómplice y manso de la UGT y CCOO, puede perder la paciencia cuando advierta que millones de euros que cubrirían primeras necesidades entre los des­protegidos, van a parar a los bolsillos de unos pocos elegidos que, además, hacen las cosas mal. El Cine español es malo porque se producen pelícu­las malas, los guiones son malos y deleznablemente antiguos -siguen con la Guerra Civil y los maquis-, los directores son deficientes y los actores sobreactuantes, torpes y siempre los mismos. El público ya ha demostrado su hartura con su ci­vilizada huelga de taquilla. Pero esos dispendios no molestan en épocas de bonanza. En situaciones como la que atravesamos, el dinero de las subvenciones a los del cine malo, pueden herir. Y van a herir, porque no parece que vayan a ser cancela­das o reducidas con la señora Gon­zález-Cine al frente del ministerio que no debe existir.

Creo que la señora ministra se ha metido en un lío. Está comprometi­da con los suyos a seguirles pagando las bazofias. De no hacerlo, irán a por ella. De hacerlo, será la ciudadanía la encargada de hablar.

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900 euros al mes

por: Arturo Pérez-Reverte . XL SEMANAL   5 DE ABRIL DE 2009

Esa joven cuyo futuro planean con tanto esmero la ministra de Educación, el de Economía y el resto de la peña

E1 otro día escuché a la ministra de Educación. Me parece que era ella. Y si no, da igual. Sería otra pava que hablaba como la ministra de Educación. Títulos, por cierto, el de ministra y el de Educación, que en España parecen sarcasmos. O que lo son. La oí satisfecha de esto y aquello, goteando agua de limón, encantada de que, gracias a ella y sus colegas, el nivel cultural y educativo de los españoles de España vaya a estar a la cabeza de Europa de aquí a nada, e incluso antes, merced a su buen pulso y a sus previsiones astutas, que tienen rima. Con rutas y con virutas. Después, en el mismo telediario, creo, escuché a un ministro de Economía —por llamarlo de alguna forma— que anda camuflado y con gafas de sol, pese a lo arrogante que era en otro tiempo, después de pasar una larga temporada justificando lo injustificable. Y me dije: hay que ver, Arturete, qué poco trecho va, en esta perra vida, de fulano respetable a ministro, y de ahí a marioneta o sicario. Pero lo que me tocó el trigémino fue que ambos, ministra y ministro, men­cionaran a los jóvenes y el futuro, en sus respectivos largues, sin despeinarse. Esos jóvenes llenos de futuro por los que tanto curran. Y se desvelan.

Así que voy a proporcionarles hoy, para facilitar un poquito el desvelo, el retrato robot de uno de esos jóvenes por los que cada día, en los ministerios correspondientes, se rompen abnega­damente los cuernos. Puede valer como ejemplo una de las cartas que me llega­ron esta semana: la de una chica de 28 años que trabaja en una tienda de Reus cobrando 900 euros al mes. Con novio desde hace dos años. Un chaval noblote y atento, pero con quien no puede irse a vivir, como quisiera, entre otras razones porque él lleva ya seis meses en el paro; y ella, por su parte, carga en su casa con todo el peso de la economía familiar.

Porque esa es otra. Con la chica viven su padre y su madre. Ésta, enferma de epilepsia, después de trabajar quince años sin que la dieran de alta en la Seguridad Social, no tiene trabajo, ni ayuda, ni pen­sión; y los setenta euros que se gasta cada mes en medicinas —un hachazo para la mermada economía familiar— tiene que dárselos su hija. Había en casa una cuarta persona, segunda hija, estudiante, que tra­bajaba cuando podía hasta que también se quedó sin empleo, y tuvo que irse a vivir a casa de su novio, con la familia de éste, porque en su casa una estudiante era una boca más y no había modo de mantenerla.

En cuanto al padre, nos vale también para retrato robot del español medio. Echado a la calle de la empresa donde estuvo veinticinco años trabajando, per­dió el juicio, como cada vez, o casi, que un trabajador se enfrenta en solitario a una multinacional. Después tuvo que pagar las costas procesales y la minuta del abogado, y ni siquiera pudo cobrar el finiquito. Ruina total. Tuvo que dejar el piso que ya estaba casi pagado, mal­vender el camión con el que trabajaba, liquidar letras e irse a vivir a un sitio más modesto, pagando 900 euros mensuales de hipoteca más gastos de comunidad. Al cabo de un tiempo de estar en el paro consiguió, temporalmente, un trabajo de seis días a la semana llevando un tráiler al extranjero, por 1.600 euros mensua­les que, descontados seguros, hipoteca, comida, teléfono e impuestos, no alcanzaban a pagar la luz, el agua y el gas. Pero ese dinero lo dejó de cobrar al quedarse de nuevo en paro por la crisis —ésa que no iba a existir, y que ahora sólo durará, afirman, un par de telediarios—. Y resul­ta, para resumir, que un hombre que ha trabajado toda su vida, desde los catorce años, se encuentra a los cincuenta y tres con que el mes que viene no puede pagar la hipoteca de la humilde vivienda donde se refugió tras perder el primer trabajo y la otra. Porque no tiene los cochinos 900 euros cada mes. Porque resulta que el único dinero que entra en casa, justo esa cantidad, es el que gana su hija: la joven cuyo futuro maravilloso planean con tanto esmero y eficacia la ministra de Educación, el de Economía y el resto de la peña. Y esa chica, con el sueldo mise­rable que percibe por trabajar ocho horas diarias seis días a la semana, con la casa familiar puesta a su nombre —el padre, comido de embargos, no pudo ponerla al suyo—, tiene ahora la angustia añadida de que, con los tiempos que vienen, o están aquí, en la tienda entra menos gente, y cualquier día pueden cerrarla y ponerla a ella en la calle. Y mientras, mantiene a su padre y a su madre, paga la luz, el agua, el gas y el teléfono, compra comida y lleva un año sin permitirse un libro o un revista, ni ir a un museo —los cobran— ni al cine, ni salir con su novio un sábado por la noche. Porque no puede. Porque no tiene con qué pagarse, a los veintiocho años y con una carrera hecha, trabajando desde hace cuatro, una puta cerveza. Así que ya ven. Barrunto que la ministra de Educación, y el de Econo­mía, y la ilustre madre que los parió, no hablan de los mismos jóvenes. Ni de la misma España. •

 

viernes, 10 de abril de 2009

Sin respeto

Tenía este artículo de Hermann Tertsch, guardado para mi archivo, pero ahora que lo he vuelto a leer, quiero compartirlo con vosotros.

Nuestro ex simio presidente, que Tertsch llama "el gran timonel", como se hacía llamar Mao, había nombrado un ministro de Cultura que es un hombre ordenado, que considera que la cultura significa el idioma, los museos, la proyección internacional de España, etc. y había puesto un poco de orden en un ministerio que había estado mangoneado por una sectaria, que sólo nombraba a sus amigos... Pero, lógicamente, como el presidente vió que era un hombre superior a él, lo ha destituído a los meses de haberle nombrado, y lo ha cambiado por una guionista de cine, ya que, los actorzuelos de cine, se llaman a sí mismos, "nosotros, los de la cultura", y viven alabando al presidente, para que éste a su vez, los compense con generosas subvenciones que pagamos todos los estúpidos españoles. (El año pasado, se han realizado en España, 50 películas que nunca se han estrenado).

De lo que se trata es, de que nadie brille más que el presidente, y como éste no brilla nada, hay que nombrar ministros grises, opacos, y si alguno destaca, se le despide y en paz...

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Sin respeto

HERMANN TERTSCH - Miércoles, 08-04-09 - ABC.es - Opinión - Firmas

 

«Con Pedro Solbes España ha vivido los momentos más brillantes de su economía». Con frases así quiere infundir confianza el Gran Timonel. Ésta es sólo una pequeña joya de la palabrería incontenible de nuestro presidente del Gobierno, en una especie de incontinencia verbal terrorífica y tan absolutamente fea por mentirosa que causa casi dolor físico.

No se trata ya del Gran Timonel tratando a los españoles como pequeños gilipollas cuando nos dice que él tenía marcado los tiempos de una crisis de Gobierno que le pilló literalmente en bragas al jefe. Sucede siempre que se impone la lógica de la selección negativa. Cuando un jefe se sabe un impostor mediocre y tiene que elegir gente peor en su entorno para no temer que alguien cuestione su posición y sabotee su impostura. Porque ha tenido gracia la ministra de defensa, doña Carmen, la señora de Barroso, el jefe de tantas cosas, desmintiendo al Pentágono y a la Casa Blanca, a la OTAN y a sus mandos, a todos los ministros de defensa supuestamente aliados y a los propios militares. Aquí uno aparece en el Congreso y puede contar cualquier milonga en abierta contradicción no ya con las manifestaciones de todos los demás implicados sino con la realidad flagrante y se va a casa andando, con una oficial del ejército llevándote el bolso y la gabardina. La ministra socialista, pacifista, feminista, nacionalista, catalanista y cacique, de las nuevas ricas que maltrata al servicio que no paga ella. Como decía su amigo Rubianes, con quien tanto se solidarizó, «que se metan su España por el culo». Cuando falta el respeto, todo es posible. Nos pueden contar cualquier cosa, cualquiera de ellos, sin rubor, mentiras grotescas, porque no hay respeto ninguno.

 

 

miércoles, 1 de abril de 2009

El mundo está loco, loco, loco.

Tres artículos de ABC de ayer, que son como para echarse a llorar... Parece que al ídolo todopoderoso, emperador del mundo, en quien se tenían todas las esperanzas de salvación de la humanidad, económica y espiritualmente, el esperado Obama, ya empieza a mostrar sus pies de barro... Parece que lee muy bien, pero no sabe hablar, ni comprende lo que lee...

En cuanto al gobierno de España, nada nuevo bajo el sol, seguimos gogernados por inútiles ilusos, pero al menos, eso no es nuevo...

 

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Estamos condenados

CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS - ABC.es - Opinión (lunes 30 de marzo de 2009)

 

Paro, miseria, inestabilidad, violencia... Este es el futuro que nos anuncian los «populares» y que tratarán de utilizar los partidos regionales. Unos y otros han comenzado a pasar la cuenta al partido en el poder porque, aunque hayan sido traspasadas todas las competencias a las CC.AA., la responsabilidad global sigue correspondiéndole al titular del Gobierno central. Así que, hoy por hoy, Zapatero sigue siendo el encargado de resolver la crisis económica «nacional».

Este es el Estado que hemos montado y que han defendido con más pasión que nadie Zapatero y su partido. Para ellos los nuevos estatutos no han venido a «romper» nada sino a convertir las comunidades en futuros estados/nación dentro de un proyecto que siempre han calificado en términos positivos como plurinacional. Más eficaz, más democrático y más respetuoso con la Historia de los diversos «pueblos» ibéricos que cualquier de los que han existido desde los Reyes Católicos a Franco a excepción de algún periodo excepcional como la Segunda República.

Gracias a Zapatero y a los socialistas hemos llegado a este Estado único en el mundo, con diecisiete parlamentos, con sus respectivos tribunales superiores de justicia, con decenas y decenas de consejeros que son realmente ministros, incluso con tantos defensores del pueblo como pueblos cabe imaginar, con sistemas fiscales tan variados como los pre-existentes en el País Vasco y en Navarra más el nuevo catalán cuya constitucionalidad está aún por ver, con una línea abierta de nuevas embajadas, con unas Fuerzas Armadas realmente virtuales... Esta construcción del Estado es tan disparatada que trasciende a la crisis económica. Zapatero deberá salir de Moncloa no ya por su incapacidad para resolver esta sino por habernos condenado a un Estado del que sólo podrá librarnos una revolución.

 

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Aló Obama

EDURNE URIARTE - ABC.es - Opinión (lunes 30 de marzo de 2009)

 

COSAS MÍAS

Una cosa es fortalecer la comunicación entre los políticos y los ciudadanos. Y otra, el espectáculo-propaganda vendido como comunicación. Como el último golpe publicitario de Obama. Sus respuestas a las preguntas de los ciudadanos por internet. Toda una bofetada a los idealistas de la democracia participativa. Varias respuestas -preparadas por asesores- a una selección -hecha por asesores- de casi 100.000 preguntas. Hagámonos una idea de la comunicación real que hay en el montaje. Menos aún que en el espectáculo-propaganda original que ha inspirado esto, el «Aló Presidente» de Hugo Chávez.

Con una diferencia a favor de Chávez: que es capaz de hablar por sí solo, sin papeles y sin teleprompter. Y es que la suprema ironía del gran comunicador y orador Obama es que Obama se siente perdido sin el teleprompter. Por lo que el aparatito comienza a ser objeto de vivo debate en Estados Unidos. Como ha escrito un bloguero americano, «el emperador es incapaz de pronunciar una palabra sin el teleprompter».

El asunto alcanzó niveles grotescos cuando, en comparecencia con el primer ministro irlandés, el día de San Patricio, el teleprompter le jugó una mala pasada y Obama leyó la parte del mandatario irlandés y agradeció al señor Obama la invitación. La Casa Blanca ha hecho desaparecer el vídeo de tan delirante espectáculo. Siempre que el teleprompter funciona, no obstante, la comunicación de Obama con los ciudadanos es perfecta. Porque lo que es leer, él lee fantásticamente bien. Incluso en español.

 

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Las Azores de Zapatero

JOSÉ MARÍA CARRASCAL . ABC.es - Opinión (lunes 30 de marzo de 2009)

 

¿A quién intentan engañar con el cuento de que «lo de Kosovo está cerrado»? ¿A los españoles? A estas alturas, los españoles ya no creemos en nada. ¿A los norteamericanos? Los norteamericanos siguen diciendo que «en Kosovo hubo desacuerdo», pero que si el Gobierno español promete, como ha prometido su presidente, «hacer todo lo que esté a su alcance para que Obama tenga éxito», pues adelante.

Para esto, recorrió Zapatero 22.000 kilómetros, sonrió como nunca y estrechó cuantas manos tenía a su alcance, hasta llegar a la del vicepresidente norteamericano. Patético. Como sus loas al presidente USA: «gran esperanza de la humanidad», «su éxito será el éxito de los grandes objetivos del mundo». A tales floripondios no llegó nunca Aznar con Bush y estoy deseando oír la reacción, si hay alguna, de nuestra progresía, siempre tan antiyanqui. Pues Viña del Mar ha venido a ser las Azores de Zapatero: su inclinación de cabeza ante el «Imperio». Sin conseguir, ni de lejos, lo que Aznar consiguió: el estatuto de aliado de primera de los norteamericanos, mientras Zapatero sigue siendo un aliado en tiempo de prueba. Por no conseguir, ni siquiera consiguió que Obama asista al próximo foro de su querida Alianza de Civilizaciones, aunque se verá con él durante la cumbre Europa-Estados Unidos en Praga. Tantos kilómetros, tantas sonrisas y tantas reverencias para esto. ¿O es que pensaba que el numerito suyo y de su ministra de Defensa en Kosovo iba a saldarse como los que escenifica en España, con un par de mentiras, para olvidarse inmediatamente? Fuera, las cosas no se olvidan más que rectificando. De Kosovo nos marcharemos «en consulta con los mandos militares de la OTAN, que serán los que decidan esa retirada», como ha puntualizado Moratinos, contradiciendo a Chacón, que ha quedado como unos zorros.

Y ya veremos cómo queda Zapatero cuando, en Praga, Obama le diga que «obras son amores», y le pida soldados para Afganistán. Bastantes más de los que él tenía previsto enviar. Soldados, además, para una guerra, no para «misiones de paz», como viene presumiendo nuestro Gobierno. No. Van a ir a combatir a Al Qaeda, como ya ha anunciado Obama, en la frontera entre Afganistán y Pakistán, que es donde se concentra el grueso de los terroristas de Bin Laden, hasta aniquilarlos. Lo que significarán bajas, puede que muchas bajas. ¿Seguirá sonriendo Zapatero de oreja a oreja cuando escuche esta petición? ¿Nos seguirá diciendo que nuestros soldados van en «misión humanitaria»? ¿O renunciará a su sueño de ser amigo de Obama y ser invitado a la Casa Blanca?

No lo sé. Sé únicamente que es una lástima que, por una razón u otra, nuestros presidentes siempre tienen que aparecer como comparsas de los mandatarios norteamericanos. Todos, incluidos los que no se levantaban al paso de su bandera.