miércoles, 18 de octubre de 2017

Máximo Calvo, director de "María"

Máximo Calvo, director de "María"



Máximo Calvo Olmedo, cinematografista español, nacido en 1886 en la provincia de León, que realizó toda su labor en América, a donde se trasladó a sus 17 años. Primero en Panamá como fotógrafo y camarógrafo de cine, y desde 1922 en que realizó la primera película de largo metraje, en blanco y negro e insonora, “María”, basada en la novela de Jorge Isaac, y realizada principalmente en la hacienda El Paraíso, en Buga, Colombia. A partir de ahí, se trasladó definitivamente a Cali, donde falleció en 1976, a los 89 años. 

Tuve el privilegio de conocer a este hombre excepcional, cuando llegué a Cali en 1964, y como miembro del Ateneo de Santiago de Cali, organizaba foros cinematográficos, con películas conseguidas principalmente en las embajadas de diversos países, entre las que presentamos “El Acorazado Potemkin” de Sergei Eisenstein, o “Lo que los ojos no ven”, un documental inglés, realizado con cámaras de alta velocidad, y muchas otras.

En esas sesiones, invitaba siempre a Máximo, y lo presentaba como el invitado de honor, sugiriéndole que participara en los diálogos y nos diera su opinión, sobre las películas. Aunque nunca lo vi entusiasmado ni proclive a hablar mucho, como si estuviera desilusionado del cine, o quizá de todo en la vida. Lo cierto es que, hablé con él en muchas ocasiones, fuera ya de la reunión pública, y la sensación que me dio es que, sus conocimientos técnicos habían quedado muy atrás, y no comprendía muy bien que, una cámara de cine pudiera filmar cientos o miles de imágenes por segundo, cuando la cámara que él usaba, se movía con manivela, a 16 ips. Como tampoco apreciaba muy bien, las innovaciones al lenguaje cinematográfico que aportó Eisenstein, con sus primerísimos planos y la agilidad del montaje, que es lo que verdaderamente tiene de interesante y valioso “El Acorazado”, fuera del mensaje político que la mayoría quiere darle.

Pero de esas conversaciones, saqué una gran admiración por el personaje, por su visión del cine como mensaje y por su iniciativa e inventiva para resolver los problemas técnicos de la época en que realizo “María”, en un país que, si bien había hecho ya muy buenos documentales en Bogotá, no contaba con los medios técnicos que, se irían implantando muy progresivamente, pero inexistentes en 1922 en Cali.

Me contó cómo llegó a revelar la película a mano, sin siquiera unos bastidores para extenderla, y cómo llegó a lavarla en acequias, como las que corren a los lados de la casa del El Paraíso, pero quizá lo más importante y admirable, era cómo se le ocurrió explotar la película, en una país en que la distribución de cine y locales adecuados era escasa, y donde siempre ha estado monopolizada por las distribuidoras de USA.

Desafortunadamente, ni yo, ni nadie que conozca, ha visto la película completa, ya que se ha perdido y sólo existen unos fragmentos de unos pocos segundos, pero es de suponer que, se desarrollaba toda en planos generales, como era lo normal en la época, y toda la imagen, se basaba en la actuación y movimiento de los actores, que en esos tiempos solían ser exageradamente teatrales, y en el atractivo de los paisajes naturales del Valle y de Colombia en general.  

Una vez terminada la película, se le planteaba el dilema de explotarla y difundirla, cosa que al final le desencantó y le amargó sus últimos años, cuando creía que, dado el éxito económico que había conseguido con María, podría crear una productora con permanencia, pero se encontró con la indiferencia de las empresas colombianas y la oposición feroz de las norteamericanas.
Haciendo "El Paraíso", casa de la familia del autor Joge Isaac, donde se desarrolla la novela y se filmó la película de Máximo Calvo.

Para la difusión de María, consiguió un proyector portátil, y empezó a viajar por muchos pueblos, donde ni siquiera había cine, ni sus habitantes habían visto lo que era aquello. Buscaba un local grande, bar, sala de baile o similar y lo alquilaba por una tarde, haciendo publicidad por el pueblo. Me contó que los espectadores veían la película de pie, o les advertían de que llevaran sus sillas. Y con ese sistema, recaudó dinero como para construir una casa doble, en un lugar que era extraño en aquellos tiempos en Cali, de manera que, los otros españoles del lugar, comentaban entre ellos: Ese loco de Máximo, está enterrando un mundo de plata “al otro lado del río”, que era como si en la edad media, hubieran dicho “fuera de las murallas”. Porque el Río Cali, era la frontera natural de la ciudad, que sólo tenía el Puente Ortiz para cruzarlo, y al otro lado, eran tierras de labranza.

Después, esos mismos españoles, con Máximo incluido, aportaron el dinero para construir el Puente España que, curiosamente, cuando hoy se cruza, lo primero que se encuentra es, el monumento a Jorge Isaac, autor de la novela “María”, y en su tiempo, hijo del dueño de la hacienda El Paraíso, donde se desarrolla la novela, que dicen ser autobiográfica, y donde se filmó la película. Y también curiosamente, esa zona que él “colonizó” se convirtió en la zona residencial más exclusiva de la ciudad de Cali, en aquellos años 60-70.

Un dato curioso, que quizá algún estadístico pueda confirmar algún día, es que la película María, filmada en mudo y con algunos letreros, recaudó proporcionalmente a su costo, la mayor cantidad de dinero de toda las historia del cine colombiano, a pesar de las muchísimas películas que se han hecho a lo largo de todos estos años, de magnífica calidad, de color y sonido.

Con un dato a tener en cuenta, muy interesante: Esa película se presentó ante miles de personas, entre las que había un porcentaje importante de analfabetos, que al serlo, no habían podido leer la novela, ni los pocos subtítulos explicativos que tenía la película. De donde podemos deducir que, las imágenes por sí solas, eran tan atractivas que justificaban el que se corriera la voz, de pueblo en pueblo, para la asistencia masiva que se consiguió, gracias a esa especie de don divino, imaginación, constancia y trabajo del que parecía estar revestido ese personaje excepcional, que fue Máximo Calvo Olmedo.

Enrique Gutiérrez y Simón

Madrid, septiembre de 2017