domingo, 22 de marzo de 2009

El tonto intonso y sus ocurrencias

 

Tenemos gobernando España a un tonto intonso que, se enemistó con Bush, retirando nuestras tropas de Iraq, en contra de las resolucionhes de la ONU y de los acuerdos de la OTAN, y en contra de lo que él mismo había prometido, pero cuando Obama ganó, nos dijo que le iba a ayudar a resolver la crisis mundial, (Lo cual, no me negaréis que es un buen chiste).

Ahora, se le ha ocurrido, sin más ni más, retirar nuestras tropas de Kosovo, sin previo aviso a los aliados ni a la OTAN, con gran cabreo de todos ellos, que, dicen que esas cosas se hacen por consenso, pero, qué va a saber el tonto intonso de consensos... Así que, su anhelado y próximo encuentro con Obama, es posible que no sea muy cordial precisamente...

Para más INRI, la juez que instruye el caso del petrolero Prestige, al cabo de seis años, ha declarado que el gobierno de Aznar hizo lo correcto al retirar el barco de las costas españolas, y cierra el caso acusando al capitán del barco y exculpando al gobierno de Aznar y a todos sus componentes...

Y para terminar, en USA, se reconoce a la fundación FAES, que preside Aznar, como una gran fábrica de ideas mundial.

Como diría un clásico: "Algo va de Pedro a Pedro"...

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La juez avala toda la actuación del Gobierno de Aznar en el «Prestige»

ABC.es - Noticias de Actualidad - España - Sucesos - Sábado 21, marzo 2009

El auto de conclusión del sumario exculpa al ex director de Marina Mercante y acusa al capitán y a otros dos tripulantes

Lo que dijeron

RODRÍGUEZ ZAPATERO

«Hubo dejación de funciones, falta de diligencia y comunicación. Es insólito que no haya dimitido ningún ministro»

JOSÉ BLANCO

El Gobierno de Aznar actuó con «incompetencia, incapacidad, desidia y descoordinación». Pudo haber «negligencia dolosa»

NUNCA MÁIS

«José Luis López-Sors con su decisión, que tomó de una forma negligente, determinó el resultado»

ANA MARTÍNEZ | SANTIAGO

José Luis López-Sors González, ex director general de Marina Mercante, se enfrentaba en solitario al peso de la imputación por el accidente del «Prestige» después de que se sobreseyeran los cargos contra el ex capitán marítimo de La Coruña, Ángel del Real, y el entonces delegado del Gobierno, Arsenio Fernández de Mesa, y de que él mismo, en su primera declaración judicial, desvinculase al ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, de la decisión de alejar el monocasco.

Más de seis años después de aquella tragedia ecológica del 13 de noviembre de 2002, el Juzgado número 1 de Corcubión ha dado por concluida la instrucción del complejo sumario y retira provisionalmente la acusación contra el cargo público que ejerció la dirección de los dispositivos de salvamento y seguridad marítima al entender que los indicios criminales respecto de la determinación adoptada para el alejamiento del buque griego han sido «desvirtuados». Se exculpa así también al Gobierno del PP, cuya gestión fue duramente criticada, también por el PSOE.

La magistrada Carmen Veiras Suárez concluye que se recabó información sobre el estado de aquella bomba de relojería con 77.000 toneladas de fuel en sus tanques y que se evaluaron las opciones posibles. Por tanto, concreta que la resolución final de distanciarlo no sólo fue «prudente y razonable a la vista de las circunstancias» sino que no supuso un «factor de agravación». El auto (que recoge el dictamen de peritos que dicen que no «había una alternativa mejor» y elogian los pasos dados) recuerda que para valorar la posibilidad de dar refugio es preciso «excluir la presencia de daños estructurales y confirmar la parada del vertido». Y añade que las autoridades no están obligadas a autorizar necesariamente el acceso a un puerto -así resulta del examen de la normativa nacional e internacional- y que hacerlo sin que la empresa salvadora presente un plan adecuado sería «una temeridad».

Si la información de los estropicios que se manejaba era la correcta, «y parece deducirse que sí», refleja el documento, «no cabía otra opción que denegar» la entrada, subraya.Del destino y rumbo del barco de 26 años, que navegó durante seis días hasta que se hundió, destaca que el inicialmente acordado por la administración española parece acertado ya que sólo podía tomarse el remolque por proa. En este punto, el expediente apunta que cuando la compañía elegida por la armadora tomó el mando, en la madrugada del 14 al 15, se exigió únicamente el compromiso de mantenerse a 120 millas de la costa.

Un único juicio

El caso más importante abierto en España por un delito medioambiental entra en la fase final. Se mantiene la acusación contra el capitán, Apostolos Mangouras; el jefe de máquinas, Argyropoulos Nikolaos; y el primer oficial, Irineo Maloto, por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente y desobediencia. Incoado el procedimiento abreviado, se inicia una nueva fase procesal para la preparación del juicio (los 109 perjudicados franceses serán representados por la Fiscalía española). Se podrá presentar recurso de reforma en el plazo de tres días, y de apelación en cinco. La resucitada «Nunca Máis» ha anunciado que recurrirá. Hay más de mil personados en esta causa que suma 192.311 páginas.

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La espantá y el espanto

TOMÁS CUESTA - Sábado, 21-03-09 - ABC.es - Opinión - Firmas

LO de salir zumbando de Kosovo por la puerta de atrás, con mañas de furtivo y a cencerros tapados es algo bochornoso, desleal, zafio e irresponsable. Es una estupidez supina y un ejemplo notorio de mezquindad usuraria. Es, en definitiva, un nuevo ítem en nuestro ya prolijo memorial de agravios. El asunto, no obstante, aunque sulfure a muchos, no debería sorprender a nadie. El señor Zapatero (¡cráneo privilegiado!) ha hecho del esperpento el espejito mágico en el que se condensa la imagen de un país que cuando no es grotesco se abisma en lo dramático. Luego de cinco años paladeando embustes y digiriendo trágalas, España es incapaz de hacerse respetar porque nadie respeta a quien no sabe respetarse. O sea, que si la OTAN con Chacón se ha llevado un buen chasco, no menos chasqueados estarán los militares que tienen que retirarse a escondidillas, con el orgullo profesional a media asta y protegiéndose el trasero de las burlas después de partirse el pecho y dar la cara. Chasqueados en bloque, por supuesto. Algunos, quizá, asqueados.

El caso es que no hay día en el que al esperpento nacional no se le sume un personaje inédito o una situación descacharrante. Estamos ya en el punto en el que la indignación comienza a sustanciarse a carcajadas. ¿Acaso nos vamos a rasgar las vestiduras cada vez que el Gobierno perpetra un disparate? No hay fondo de armario que resista un desafío semejante. Más vale interpretar que, en resumidas cuentas, la estampida balcánica ha sido una manifestación de casticismo en lugar de un ejemplo de desvergüenza descastada. De hecho, la estampida no es una metáfora que cuadre con la naturaleza lanar que ramonea en esta áspera tierra de garbanzos. Hay que hablar de espantá para bordar la estampa. El Ruedo Ibérico no es, al fin y al cabo, sino la síntesis de la temeridad suicida y de las espantás de espanto.

Es absurdo, no obstante, malgastar la retórica para intentar hacer faena a lo que no tiene ni un pase. Rodríguez Zapatero es un especialista en espantás -igual que lo era El Gallo- pero, por mucho que gallee, terminará sin plumas y cacareando. Don Rafael, cual es fama, o abandonaba los cosos en volandas arrebatado por un torrente de entusiasmo o era conducido a la comisaría por los guardias después de un estruendoso petardazo. A Zapatero, en cambio, las espantás le salen gratis. El con pegarlas cumple y los contribuyentes, hasta que no espabilen, cumplen la penitencia que supone pagarlas. Y ahí sigue, mientras tanto. Nunca supo mandar, pero aún manda. Templar jamás templó, mas con la crispación se apaña. Sólo a la hora de parar es un maestro inigualable. El Pasmo del INEM habría que apodarle a riesgo de ofender a Juan Belmonte, el legendario Pasmo de Triana.

La espantá de Kosovo, siendo grave, es un timo menor en el contexto de una retahíla interminable de despropósitos mayúsculos y estafas descarnadas. Zapatero ha dado la espantá frente a la tolerancia, frente al chantaje terrorista, frente a la gula de las taifas. Ha transformado la justicia en un corral de cuernos, la educación en una charlotada. Ha institucionalizado el esperpento, ha hecho del presente una broma macabra y ha encerrado el futuro en el callejón del Gato. Lo sorprendente es que tal dosis de espantás no nos haya vacunado contra los espantajos.

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Faes, fábrica de pensamiento

Sábado, 21-03-09 - ABC.es - Opinión -Editorial

Un estudio elaborado por la Universidad de Pensilvania coloca a la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside el ex presidente del Gobierno José María Aznar, entre las más importantes «fábricas de pensamiento» del mundo y como el primer «think thanks» de España, de manera que su influencia, dentro y fuera de nuestras fronteras, ha crecido hasta el punto de encabezar el ranking de las factorías de ideas. Cuestión nada baladí si se tiene en cuenta que la reflexión y el análisis parecen sucumbir ante la retórica evanescente y el marketing político justo ahora que la crisis económica obliga a ir mucho más allá de lo obvio. Porque no hay mejor instrumento para afrontar el futuro que el pensamiento libre.

 

 

sábado, 21 de marzo de 2009

Barak Obaja, pluralismo religioso

DISCURSO DE Barack Obama
Desayuno Nacional de la Oración
5.02.09 - Washington, DC

 

 

Buenos días…  Michelle y yo nos sentimos honrados al compartir con ustedes nuestra plegaria de esta mañana. Sé que este desayuno tiene una larga historia en Washington, y como la fe ha sido siempre una fuerza orientadora en nuestra vida familiar, nos sentimos como en casa, y esperamos mantener esta tradición activa durante el tiempo en que estemos aquí.

 

Es una tradición que según me han contado, comenzó en la ciudad de Seattle. Transcurría el momento culminante de la Gran Depresión, y la mayoría de la gente se encontraba sin trabajo. Muchos cayeron en la pobreza. Algunos lo perdieron todo.

 

Los líderes de cierta comunidad hicieron todo lo posible por aquellos que estaban sufriendo en aquel lugar. Y luego decidieron hacer algo más: comenzaron a rezar. Independientemente de cuál fuera la parcialidad o afiliación religiosa a la que perteneciera cada uno. Simplemente se reunieron una mañana como hermanos y hermanas para compartir una comida y para hablar con Dios.

 

Esos desayunos rápidamente se diseminaron por todo Seattle, y luego por distintas ciudades y pueblos a través de América, hasta llegar a Washington. Y poco tiempo después que el Presidente Eisenhower pidiera a un grupo de Senadores si podían acompañarlo en su desayuno de oración, se convirtieron en un evento nacional.

 

En el momento actual, al ver aquí presidentes y dignatarios de todas partes del mundo, se me hace evidente que ésta es una de las raras ocasiones que aún es capaz de reunir a gran parte del mundo en un momento de paz y buena voluntad.

 

Cuento esta historia porque con demasiada frecuencia hemos visto que se utiliza la fe como herramienta para dividir a unos de otros; como una excusa para el prejuicio y la intolerancia. Se han emprendido guerras. Se han ejecutado inocentes. A lo largo de los siglos, religiones enteras han sido perseguidas, siempre en el nombre de lo que se cree correcto.

 

Sin duda la misma naturaleza de la fe muestra que nuestras creencias nunca serán iguales. Leemos diferentes libros. Seguimos diferentes mandatos. Estamos suscritos a diferentes relatos acerca de cómo fue que llegamos aquí, y adonde iremos luego. Y algunos no profesan absolutamente fe alguna.

 

Pero independientemente de aquello en que elijamos creer, recordemos que no existe ninguna religión cuyo credo central sea el odio. No existe Dios que consienta la eliminación de seres humanos inocentes. Esto lo sabemos muy bien.

 

Sabemos también que a pesar de nuestras diferencias, hay una ley que vincula a las grandes religiones. Jesús nos dijo "ama a tu prójimo como a ti mismo". La Torah ordena: "aquello que sea malo para ti, no lo hagas a tus semejantes". En el Islam, hay una enseñanza que afirma: "ninguno cree realmente hasta que desea para su hermano lo mismo que desea para si". Y lo mismo vale para los Budistas, los Hinduistas, los seguidores de Confucio y para los humanistas.

 

Es, por supuesto, la Regla de Oro, la propuesta que nos invita a amarnos, a entendernos, a tratar con dignidad y respeto a todos aquellos con quienes compartimos un breve momento en esta tierra.

 

Es una regla antigua, una regla simple, pero también uno de los mayores desafíos. Porque pide de cada uno de nosotros que tomemos responsabilidad por el bienestar de gente que tal vez no conocemos ni admiramos y con quienes tal vez no coincidimos en todo.

 

A veces, nos pide que nos reconciliemos con acérrimos enemigos, o que resolvamos viejas disputas. Y eso requiere una fe activa, vital, y fervorosa. Requiere no sólo que creamos, sino que actuemos, para dar algo de nosotros para beneficio de otros y la construcción de un mundo mejor.

 

De este modo, la fe particular que nos motiva puede promover un bien mayor para todos. En lugar de separarnos, nuestras variadas creencias pueden unirnos en la intención de alimentar al hambriento y confortar al afligido; en la intención de llevar paz donde hay conflicto y reconstruir lo que ha sido roto; para levantar a aquellos que han caído en un tiempo de dificultad.

 

Esta no es sólo nuestra obligación como personas de fe, sino también como ciudadanos de América, y será el propósito de la Oficina de la Casa Blanca para Asociaciones Religiosas y Vecinales, que anunciaré más adelante en el día de hoy.

 

El objetivo de esta oficina no será otorgar beneficios a favor de un grupo religioso sobre otros, ni tampoco el beneficio de grupos religiosos sobre aquellos que no lo son. Será simplemente el de facilitar el trabajo de aquellas organizaciones que trabajan para el beneficio de nuestras comunidades, y hacer eso sin borrar la línea que nuestros fundadores sabiamente trazaron entre iglesia y estado.

 

Este trabajo es importante, porque ya se trate de un grupo que asesora a familias amenazadas por el desalojo, o de grupos de fe que proveen capacitación laboral a quienes están desempleados, pocos se encuentran tan cerca de lo que ocurre en las calles y vecindarios que estas organizaciones. La gente confía en ellas. Las comunidades creen en ellas. Y nosotros las vamos a ayudar.

 

Trataremos también de alcanzar a líderes y estudiantes en todo el mundo para cultivar un diálogo pacífico y productivo en torno al tema de la fe. No espero que las diferencias desaparezcan de la noche a la mañana, ni tampoco creo que las antiguas perspectivas y los conflictos vayan a evaporarse repentinamente. Pero sí creo que si podemos hablar con el otro abierta y honestamente, tal vez las viejas grietas comenzarán a ser reparadas, y nuevas sociedades comenzarán a emerger.

 

En un mundo que se hace más pequeño cada día, tal vez podamos ir dejando afuera a las destructivas fuerzas del fanatismo, haciendo lugar para el sano poder del mutuo entendimiento.

 

Esta es mi esperanza. Esta es mi plegaria.

 

Creo que este beneficio es posible porque mi fe me dice que todo es posible, pero también creo en base a lo que he visto y he vivido.

 

No me crié en una casa particularmente religiosa. Tuve un padre que nació musulmán pero se volvió ateo, abuelos metodistas y bautistas no practicantes, y una madre que no creía en la religión organizada, a pesar de ser la más bondadosa y espiritual persona que jamás he conocido. De niño ella me enseño a amar y a comprender, y a tratar a otros como quisiera que me trataran a mí.

 

No me convertí en cristiano sino muchos años después, cuando me trasladé a la Zona Sur de Chicago luego de la secundaria. No fue por adoctrinamiento ni por una súbita revelación, sino porque pasé mes tras mes trabajando con gente de la iglesia que simplemente quería ayudar a los vecinos que estaban pasando por un mal momento, sin tomar en cuenta qué aspecto tenían, o de dónde venían, o a quién dirigían sus oraciones.

 

Fue en esas calles, en esos vecindarios, donde por primera vez sentí el espíritu de Dios llamándome. Fue allí donde me sentí llamado para un propósito superior, Su propósito.

 

En diferentes caminos y de diferentes formas, es ese espíritu y esa sensación de propósito lo que guió a los amigos y vecinos de aquel primer desayuno de oración en Seattle, hace tanto tiempo, en otro período de prueba para nuestra nación. Es lo que guía a amigos y vecinos de tantas naciones y confesiones hacia aquí el día de hoy.

 

Venimos a compartir el pan y a dar gracias y a buscar orientación, pero también a fortalecer nuestra dedicación a la misión de amor y servicio que yace en el corazón de toda la humanidad. Como San Agustín dijo una vez: "Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti".

 

Así que recemos juntos esta mañana de febrero, pero trabajemos juntos también todos los días y meses que tenemos por delante. Porque es sólo a través de la lucha y el esfuerzo común como hermanas y hermanos, que cumpliremos nuestros mayores destinos como criaturas amadas de Dios. Les pido que se unan a mi en ese esfuerzo, y también les pido que recen por mi, por mi familia, y por la continua perfección de nuestra unión. Gracia

 

 

País Vasco y reinos de taifas

Para los que os interesan los avatares de España, os envío la Tercera de hoy, del periódico ABC, firmada por José María Carrascal.

 

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País Vasco y reinos de taifas

JOSÉ MARÍA CARRASCAL - Jueves, 19-03-09 ABC.es - Opinión - La Tercera

 

Lo importante no es que cambie el gobierno en el País Vasco, con serlo mucho. Lo importante es que cambie aquella política. De poco serviría que Patxi López ocupara la «lehendakaritza», si siguiese haciendo la misma política que la del anterior lendakari. Es lo que pretende el PNV al proponer al PSOE la alianza. Pienso incluso que sería peor, pues habría comprometido a un partido constitucional a hacer política antinaconstitucional. Para eso, seguir como estamos, que es ya bastante malo.

Se trata de dar un giro a la política seguida en el País Vasco durante los últimos 30 años, consistente en ir achicando el papel del Estado español en aquella comunidad y aumentando el del gobierno autonómico, hasta convertirlo en gobierno soberano, con capacidad de dialogar de tú a tú con el central, que es la esencia del Plan Ibarretxe, asumido por todo aquel nacionalismo y por todos los demás nacionalismos del Estado. Algo que no puede continuar, que tiene que detenerse, retroceder incluso, como ya ha empezado a ocurrir en Galicia. No nos llega, por tanto, un lendakari socialista si no es también español. Es la estrella polar que debe guiar las negociaciones entre los dos grandes partidos constitucionalistas y sentar las bases de su acuerdo. No se trata de cargos, sino de cargas, no se canjean competencias, sino compromisos, no se reparten ventajas, sino responsabilidades. Estamos ante una negociación tan trascendente como delicada, en la que no valen tapujos, que se descubrirían muy pronto, y que nos dará la talla de los envueltos. Pueden resultar unos políticos del montón, atentos sólo a la ganancia inmediata, o puede descubrirnos auténticos estadistas, capaces de convertir lo que parecía imposible en posible, como ha ocurrido en los momentos cruciales de la historia.

Allí se está jugando el destino de nuestro Estado de las Autonomías, nacido entre ilusiones que, se han ido apagando poco a poco, hasta quedar convertido últimamente en un guiñapo a merced de los jerarcas regionales, que asumen todo tipo de competencias sin mayor oposición del poder central. Por ese camino, pronto estaremos en un «Estado de las Soberanías», y ya me dirán ustedes qué Estado es ése.

Para reconducir ese proceso de «taifacización», sin embargo, no basta que se frene en una comunidad. Es necesario que ocurra en todo el territorio del Estado, algo que sólo puede ocurrir si cambia la política del Gobierno. Teóricamente, no debería de ser difícil, dado el rotundo fracaso de José Luis Rodríguez Zapatero en su primer mandato y primer año del segundo. Ni sus mayores defensores pueden sostener que sus iniciativas hayan tenido éxito, grande o pequeño. Fracasó su «plan de paz» en el País Vasco, basado en la falsa asunción de que ETA estaba dispuesta a dejar las armas. ETA ha vuelto a matar y, encima, se la permitió entrar en los ayuntamientos vascos y navarros, de donde cuesta Dios y ayuda desalojarla. Algo parecido ocurrió con su «reestructuración territorial» de España a través de los nuevos estatutos, que deberían traer más flexibilidad al Estado y mejor entendimiento entre sus comunidades. Lo que han traído es más enfrentamiento entre ellas y más caos en la administración general del Estado, sin que el Tribunal Constitucional dé abasto para dilucidar qué es legítimo y qué no es. ¿Existe mayor despropósito que una «deuda histórica» de un Estado con parte de sí mismo, como la que acaba de saldarse con Andalucía?

Por si todo ello fuera poco, la política económica del gobierno ha sido un auténtico desastre. No por lo que hizo, sino por lo que dejó de hacer. Es verdad que la crisis económica tiene un origen exterior. Pero Zapatero, ya por falta de visión, ya por conveniencias electorales, de entrada, no la vio o quiso verla. Luego, pensó que se trataba de una crisis pasajera. Y cuando no tuvo más remedio que admitirla, era demasiado tarde y las medidas tomadas, demasiado débiles. A estas alturas, el Gobierno lo único que sabe hacer es lo que los barcos en pleno huracán: «correr el temporal», dar la popa a las olas y dejarse llevar por ellas, hasta que el temporal amaine. El problema está en que no sabemos cuándo amainará y que puede llevarnos a los acantilados. El del paro ya está cerca, el de la recesión, encima, el de la depresión, en el horizonte. Pocas veces se habrá visto un fracaso tan total y estrepitoso de la política de un gobierno. Y esto no se va a reparar con un cambio en el País Vasco. Zapatero tiene que cambiar su entera política, lo que requiere un cambio de su idea de España. Algo nada fácil cuando se han pasado los cuarenta años. Nuestro actual presidente parece pensar que el principal problema español no es el terrorismo, ni el independentismo, ni siquiera el paro y la crisis económica. Para él, nuestro principal problema es «la derecha», representada en estos momentos por el PP. Ella es la causante de todos nuestros males, desde el subdesarrollo a la ignorancia, pasando por la desigualdad, la falta de libertades y el cainismo. Desde este planteamiento, la solución no podía ser otra que impedir que la derecha volviera a gobernar, cercarla por un cordón sanitario que la convirtiera en paria de la vida política y excluyese de todas las decisiones importantes. Para ello, necesitaba unir al resto de las fuerzas políticas en su torno, incluidos los nacionalismos radicales, que se prestaron encantados, pues servía sus propios intereses. Fue lo que ha hecho, con tanto entusiasmo como aplicación durante su primer mandato, obteniendo éxitos notables, como el de su reelección, aunque sin duda la debilidad del PP le ayudó.

Había, sin embargo, una contradicción básica en esa política, que tarde o temprano tenía que emerger y convertirse en amenaza para su creador: no puede tomarse como aliados a aquellos que buscan destruir la base en que te asientas, España en este caso. Son los nacionalistas los primeros en reconocer que no se sienten españoles, que niegan la naturaleza de España como nación y que sólo aceptan un Estado español donde ellos dispongan de plena soberanía. ¿Qué clase de Estado puede establecerse con ellos? Como les decía antes, ni siquiera el nombre de Estado merecería. Pero era hacia donde íbamos, sin que nadie moviera un dedo por impedirlo. El Gobierno porque no quería. La oposición, porque no podía, y el público general, porque vivía demasiado bien para ocuparse de esas cosas.

Hasta que llegó la crisis, poniendo fin a la juerga. Lo primero que ha traído es una escasez general de dinero. Nadie tiene un euro, empezando por los bancos, y todo el mundo está entrampado. El Estado, ese Estado despreciado, acusado, denigrado, combatido por todas partes, se convierte en tabla de salvación incluso para los que no creían en él. Todos le piden, le exigen, ayuda. Lo malo es que el Estado no tiene tantos recursos como para ayudar a todos, porque tampoco el Gobierno ha hecho sus deberes.

En estas estamos. La cuestión, por tanto, no es si Patxi López va a ser el próximo lendakari o incluso si va a hacer una política distinta a la de Ibarretxe. La cuestión es si José Luis Rodríguez Zapatero va a hacer una política distinta a la que hasta ahora ha hecho para España o trata de nuevo de engañarnos, con un cambio más o menos cosmético en aquella esquina norte, mientras pasa el temporal. Si pasa.

 

martes, 17 de marzo de 2009

La argentinización de España

¿La argentinización de España?

JOSÉ MARÍA CARRASCAL - Lunes, 16-03-09 - ABC.es - Opinión - Firmas

HE oído la palabreja varias veces en los últimos días. La primera vez, me hizo gracia. La segunda, me intrigó. La tercera, me alarmó. Y cuando me puse a reflexionar sobre ella, me di cuenta de que, en efecto, España corre el riesgo de argentinizarse.

¿Qué significa eso? Pues significa el desfondamiento de todas las instituciones -gobierno, oposición, partidos, sindicatos, empresas, educación, justicia- y el imponerse entre los ciudadanos el tristemente célebre «sálvese quien pueda», al no fiarse nadie de nadie. Una quiebra, en fin, del moderno Estado de Derecho, con el gobierno el primero en incumplir las normas. Es lo que viene rigiendo en aquel país austral desde hace décadas, impidiéndole avanzar e incluso mantenerse en el nivel que le corresponde por su tamaño y recursos.

No voy a decir que España esté en esa situación. Pero que va por ese camino lo ve cualquiera que tenga ojos en la cara y un mínimo de frialdad para analizar lo que ocurre a su alrededor, con políticos agarrando el dinero que está a su alcance, sindicalistas burocratizados, empresarios paralizados, educadores que han tirado la toalla y jueces en la política o mediatizados por ella. Así ya no extraña tanto que la ciudadanía empiece a no creer en nada y a pensar que todo está permitido.

Y, encima, la crisis, que no es sólo económica, sino también, o principalmente, de valores, de principios, de modelo y, en último término, de Estado, sin que nadie sepa cómo reaccionar. ¿Vamos a necesitar a alguien de fuera que nos diga cómo estamos, qué nos falta, qué necesitamos para salir del pozo? Parece que sí. Panjaj Ghemawat, doctor por Harvard que enseña en Barcelona, declara sin miramientos: «La economía española necesita resetearse, replantearse». ¿No será España entera la que necesita replantearse?, nos preguntamos nosotros. Porque, según Ghemawat, nuestro modelo económico «se parece al de los reinos de taifas, que comerciaban entre sí, mientras sus autoridades primaban su relación con el califato», representado en nuestros días por Bruselas. Sin ir más lejos, Cataluña exporta a Aragón tanto como exporta a toda Francia. Sin embargo, las relaciones de la Generalitat con el Gobierno aragonés son mínimas y, a menudo, enfrentadas, como con el resto de los gobiernos autonómicos, ya que su interés se cifra en disputarles los recursos internos y en obtener la mayor proyección posible hacia el exterior. Mucha política y poca economía, en suma. Díganme ustedes cómo se sale así de la enorme crisis económica que tenemos encima.

Por cierto, esa es también la fórmula infalible para argentinizarse: esperarlo todo del Estado, al tiempo que se le destruye. Nosotros hemos empezado destruyendo la nación. Pero no se preocupen, todo se andará si seguimos por el mismo camino.

 

miércoles, 11 de marzo de 2009

Un balance de fiesta, El bombero indolente

 

España, está cayendo en una espiral de destrucción económica que, los únicos que no ven, son los "bomberos indolentes" del "gobierno"...

 

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Un balance de fiesta

HERMANN TERTSCH - ABC.es - Opinión - martes 10 de marzo de 2009

 

NO debiera extrañar a nadie que el Gobierno de España, el Partido Socialista y todo el movimiento de la Zeja haya decidido no montar grandes celebraciones con motivo de cumplir el primer año de legislatura, el VI Año Triunfal. Las alharacas desplegadas en los anteriores aniversarios de la llegada de la era Z fueron, lo digo sin ironía, grandes eventos perfectamente organizados y de la mayor repercusión. Ahora cada día hay menos margen para la broma. Gracietas, las mínimas. Lo intuirán probablemente hasta los más entusiastas de la tropa militante, pero lo saben con certeza matemática los profesionales de la difusión del mensaje. Si este pasado fin de semana al Partido Socialista se le hubiera ocurrido montar una gran fiesta de cumpleaños feliz podría haber pasado cualquier cosa. Por supuesto que han aprovechado la ocasión para mover la matraca. Pero poquito. La vicepresidenta y la vicesecretaria general, Vega y Pajín, nos han dicho por todas las teles que consideran que el año ha sido fructífero. «Positifo», como decía aquel entrenador holandés tan pelmazo que veía siempre algo bueno en las derrotas de su equipo, que era el Barcelona. Lo hacen con unas ganas de decir la verdad, sólo comparables a las que tenía aquel entrenador por aprender el español.

Sin embargo, por fin parece haber llegado el momento en que los terribles problemas de los españoles, que ha multiplicado con denuedo desde hace años, comienzan a afectarle al Gran Timonel y a su tripulación. Aquí se dijo hace mucho tiempo -y nadie nos tome por Merlín porque había sinfín de indicios para temerlo- que el paso de Zapatero por la historia de España crearía un precedente sobre la capacidad de destrucción en tiempos de paz. El deterioro en la economía ha alcanzado ya una velocidad de vértigo. De sus consecuencias sobre el bienestar, pero también sobre la seguridad de los españoles, tardaremos muchos años en recuperarnos. Zapatero estará jubilado del baloncesto y de todo. Nosotros habremos olvidado de los rasgos de la sonrisa del talante devenida ya en rictus amenazante. Y seguiremos pagando por el hecho de que una mayoría de los españoles se dejara embaucar dos veces por él, su equipo de mercadotecnia y el cutrerío ideológico que disemina. ¿Cómo ha podido suceder? ¿Por qué cuando los españoles estábamos a punto de encontrar nuestro sitio como sociedad moderna entre las demás, pudo producirse este disparate histórico que nos deja inermes como nadie ante la crisis general? Habrá muy sesudos estudios al respecto en el futuro. En todo caso, nuestro presente es cada día peor y nuestro futuro y el de nuestros hijos cada vez más incierto. Hay que irse lejos de la Europa democrática para encontrar instituciones en fragmentación, postración y confusión semejantes. Las conspiraciones y peleas políticas son anécdota. Categoría es la dura senda por la que caminaremos con pesar muchos años.

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El bombero indolente

IGNACIO CAMACHO - ABC.es - Opinión  - martes 10 de marzo de 2009

 

EN una carrera de ineptos, este Gobierno quedaría segundo porque su ineptitud le impediría ganar. En un año ha quedado hecho trizas, sobrepasado por los acontecimientos, náufrago de una asombrosa incompetencia; el país se le ha ido de las manos, la crisis provoca destrozos descomunales y en medio del desplome social se ve pasar al presidente preso del desconcierto, como un bombero indolente que llega tarde al incendio equivocado.

Esta recesión vertiginosa habría tumbado a cualquier Gobierno que le intentase hacer frente, atrapándolo en la impopularidad de unas medidas de choque, pero al de Zapatero lo ha arrollado por incomparecencia. Bien porque no detectase los síntomas o porque se empeñase en despreciarlos, perdió toda capacidad de reacción al desperdiciar unos meses cruciales. Ahora está hecho cenizas, envuelto en un bloqueo catastrófico, abrasado con sólo nueve meses reales de existencia funcional.

Quizá el presidente llegó a creerse de veras que no era para tanto, y diseñó un equipo liviano para llevar a cabo sus políticas retóricas y gestuales. La crisis ha puesto en evidencia la falta de solidez del gabinete, desleído en la insustancialidad. Faltan puntos de referencia, pesos pesados. De la Vega ha perdido pulso, Solbes ha tirado la toalla y Rubalcaba se ha enrocado. Todos parecen sugerir que no tienen papel en una función supeditada al protagonismo iluminado de Zapatero, que sigue creyendo en la eficacia de una resistencia pasiva. No emprende reformas porque le preocupa el coste político, confiado en que la solución sólo es cuestión de tiempo. Las únicas ideas que se le ocurren son paliativos sociales, a cuenta de un déficit a mansalva que dificultará la recuperación si alguna vez escampa la tormenta. Pero las elecciones parciales del día 1 han marcado un punto de inflexión; se está extendiendo la desconfianza ante un Gobierno cruzado de brazos que ha pasado de la negación de la evidencia al colapso catatónico. Y la oposición ha comenzado a levantarse del desmayo que le provocó la derrota del 2008.

El aniversario electoral no se ha celebrado porque no hay nada que celebrar: sólo un generalizado desánimo nacional, un desempleo rampante y un revolcón en Galicia que puede marcar el punto de inflexión en un electorado en estado de alarma. El presidente está aislado, su equipo es un montón de pavesas y todos los sectores sociales claman por un golpe de timón, aunque no se pongan de acuerdo hacia dónde. Lo próximo serán movilizaciones sociales, más desgaste político y cuatro millones de parados. El argumento de echarle la culpa a los americanos y a la banca ya no funciona, y no quedan más chivos expiatorios. El problema ya no es la falta de crédito, ni de ahorro, ni de recursos; estamos ante una crisis de ideas que está a punto de provocar el síncope de la esperanza.

 

 

 

 

 

lunes, 9 de marzo de 2009

Y... dijimos que estaba bien

Queridos amigos:

 

El equipo de "desgobierno" de España, está emperrado en ampliar las tonterías que dice que están bien...

Os adjunto un artículo de ayer, sobre la nueva ley del aborto que se quiere aprobar...

 

Recibid un fuerte abrazo

Que paséis un buen día

Have a nice day

Enrique Gutiérrez y Simón

 

Si no queréis seguir recibiendo mis correos, enviadme un mensaje con el asunto "REMOVE", y vuestro nombre será borrado de mi lista.

 

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