martes, 30 de septiembre de 2008

Garzón


No creo que debas preocuparte por las miles de familias que perdieron a sus ascendientes. Lo normal, en este gobierno y en Garzón, es que, después del escándalo de sus anuncios, no pase nada.

El proceso de ir desenterrando fosas comunes y hacer el análisis de ADN de los cientos de miles de muertos sin identificar que siembran el suelo de España, es tan laborioso, lento y costoso, que no hay dinero con qué financiarlo, ni de lejos.

Desafortunadamente, creo que García Lorca no se va a librar, porque esa escena de cavar y encontrar huesos, con Garzón presente, con un muerto tan atractivo publicitariamente, no se lo va a perder, aunque ya le han dicho en todos los tonos que, él no tiene vela en ese entierro…

Lo normal, en estos "giliprogres" que nos gobiernan es, que una vez se haya pasado el boom mediático de este asunto y haya otros temas con qué distraernos, se vaya olvidando todo, sin hacer nada más.

Lo malo es, que nos quedan por lo menos tres años más de soportar a estos inútiles, y, quien sabe si seremos capaces de cambiarlos, porque son habilísimos "vendiendo la burra", y como el sistema que prevalece es: "Un hombre, un voto", siempre sale lo que quieren los tontos que se dejan embaucar, ya que, la suma de los tontos en cuelquier país y lugar, es siempre inmensamente mayor que la de los normales… Y aquí, viene a cuento mi frase patentada: "La Humanidad, es químicamente imbécil"…

Decían los clásicos: "La opinión de cien cretinos, no puede contrarrestar la de un hombre prudente", pero, desafortunadamente, en lo que llamamos "democracia", SÍ…


lunes, 29 de septiembre de 2008

RV: Respuesta a: La Danza de la Muerte


Gracias, querido Enrique. Ahora por lo menos sé a quien atribuir esas escenas que sucederán en ¿cuantas familias? cuando les entreguen otra vez su dolor. Son 70 años y les tocará a los nietos, a los bisnietos, hacerse cargo de visiones como las que surgieron de los pinceles del mexicano José Guadalupe Salcedo, fantasmas amadísimos, que merecen un mejor homenaje que el que se les quiere deparar. De nuevo te abraza tu amiga MARUJA VIEIRA



Mi amiga Maruja Vieira, me envía desde Colombia el mensaje que os adjunto, al cual en realidad no sé qué contestar.

"Querido Enrique Gutiérrez Simón:
¿Cómo es posible esta nueva Danza de la Muerte? ¿Esta Sinfonía Fantástica? ¿a quién le puedo escribir diciéndole que dejen tranquilo a mi amado Federico? ¿y a Miguel Hernández? Menos mal que Antonio Machado no va a participar. Ya vi. que Laura García Lorca accedió, pero no, no puede ser! esta locura no puede ser...Recibe un conmovido abrazo de tu amiga Maruja Vieira."

Lo único que se me ocurre es, que España está gobernada por un descerebrado, que nombra ministros inferiores a él, para que no le hagan sombra…

El juez Garzón, tiene muy mala fama en todos los ambientes jurídicos y periodísticos, porque la mayoría de los casos que instruye, luego no llegan a nada por falta de pruebas y hay infinidad de etarras libres gracias a él, pero como Rodriguez Zapatero, es muy hábil haciendo golpes de efecto mediáticos para acaparar las portadas de los periódicos y los noticieros de TV. Incluso, en Iberoamérica se le invita a dar conferencias, donde posa de sabio, como si allí no hubiera juristas de verdad…

Se le ha dicho en todos los tonos, que su pretensión no tiene ninguna base jurídica penal, (que es su trabajo), y que si esa investigación debe hacerse, serán otras instancias y otras personas quienes deban hacerlo, pero él insiste, y aquí no pasa nada ni hay ningúna autoridad que le llame al orden.

Hace ya años, que Garzón está dando vueltas a ver si consigue un cargo más alto o un ministerio, por lo que se plegó a todo lo que le pedía el gobierno socialista anterior, pero cuando nombraron a otro como ministro de justuicia y de otro ministerio al mismo tiempo, se sintió despechado y empezó una verdadera caza contra Felipe González, llegando a meter a varios ministros en la cárcel. Ahora, vuelve a las mismas, colaborando con el gobierno para que hablemos de eso y no de la crisis económica que, según Rodriguez Zapatero no existe, como dijo la semana pasada en la ONU, produciendo una carcajada mundial que todaváia resuena, pero la última noticia es, que el actual ministro de justicia, ha dado orden a los 30.000 juzgados civiles de España, de que colaboren con Garzón en su "investigación"… Puede que esté cercana su recompensa…

En fin, os adjunto dos artículos sobre el tema, aparecidos estos días…



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LOS ENREDOS DE GARZÓN

Editorial, ABC, domingo 28 de septiembre de 2008

HACE tiempo que el juez Baltasar Garzón confunde la función jurisdiccional con un escaparate mediático. El intento de abrir una «causa general» sobre los desaparecidos en la Guerra Civil y en el franquismo es insostenible en términos jurídicos, puesto que se trata de cuestiones ya resueltas por vía legislativa y jurisprudencial. Sin embargo, el prototipo de los «jueces estrella» no conoce límites a su ambición y utiliza el Derecho al que debe servir en beneficio de sus intereses particulares. Esta vez ha logrado incluso indignar a todos, puesto que también los colectivos republicanos muestran su irritación ante el giro que toma la causa. Aplastado por el peso de dos millones de documentos, Garzón demuestra en su última providencia un desconcertante desconocimiento acerca de algunos hechos históricos y de los archivos documentales de la Guerra. La prudencia, una cualidad que Garzón parece seguir empeñado en no cultivar en esta «causa general», es imprescindible para alguien que aspira a metas muy altas en el escalafón judicial.

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Religión, cultura y muerte

POR TOMÁS CUESTA - ABC, Opinión, 27 de septiembre de 2008

ROGER Scruton es uno de esos tipos que los tiene bien puestos. Un pensador que va por libre -incluso por libérrimo- y que se cuela de rondón en los salones de la izquierda igual que William Munny entraba en las tabernas y convidaba a plomo a los clientes. Sin circunloquios ni aspavientos; duro y a la cabeza. (Willian Munny, seguro que se acuerdan, era aquel antihéroe que aparecía en «Sin perdón», un carácter tallado con el cincel de Shakespeare). «Los que quieran vivir, que salgan», escupía Clint Eastwood por el colmillo diestro mientras amartillaba la escopeta. El arriscado profesor británico, que dispara con postas si se mete en polémicas, podría utilizar el mismo santo y seña. «Mister» Scruton, a fuer de temerario, es odiado y temido al mismo tiempo. Los sacerdotes de la vulgaridad «prêt-à-penser»; los fabricantes de condones para las ideas; los que etiquetan las papillas del relativismo necio; la «intelligentzia», en fin, como se la denominaba en otros tiempos, considera que Scruton es una anomalía atrabiliaria y sus cogitaciones el no va más de lo perverso. Así que, cual es costumbre, no ahorran en lindezas: reaccionario, oscurantista, demagogo, crispante, facineroso, pendenciero... Con semejantes referencias, la verdad, es casi imposible resistirse a leerlo.

En uno de sus textos esenciales, «Cultura para personas inteligentes», Roger Scruton pretende demostrar -y lo demuestra- que todos los grandes logros del espíritu están ligados a la experiencia religiosa, al predominio de la fe en lo sobrenatural sobre la parva fugacidad terrena. Frente a la amalgama de la cultura del común (en la que se atrincheran los particularismos excluyentes) y el batiburrillo de la cultura popular (en la que cualquier banalidad encuentra asiento), la alta cultura pretende rescatarnos de los grilletes de la contingencia. Es el rito de paso a un mundo superior en el que la belleza es el producto de una visión moral y de un compromiso ético. Es un terreno donde no arraiga lo esquemático, lo insustancial, lo feble, lo que se puede adquirir en cualquier tienda. El fracaso de la Ilustración -viene a decir Scruton- es que, al tiempo que «liberaba al hombre de la minoría de edad que se había autoimpuesto» (la célebre definición de Kant aún sigue vigente), engendró dos religiones seculares cuyos altares todavía humean: la revolución escatológica que profetizara Marx y el nacionalismo reaccionario que apuntalaron Fitche y Gierke.

A lo largo de ese viaje fascinante que nos conduce de Éfeso al «hip-hop», de Homero a Kurt Cobain, de la liturgia al desenfreno, Scruton larga el ancla en el fondeadero de la muerte. La cultura es, entonces, el pasaporte a lo sagrado, el código de acceso a lo que nos supera, el hachón que desaloja las tinieblas. Es lo que nos permite que, pese a dejar de ser, sigamos siendo. Porque, tras la agonía, aguardan los ancestros, el vínculo de pertenencia no se quiebra, la comunión con los vivos se mantiene. «De ahí -escribe Scruton- que profanar las sepulturas sea una forma capital de sacrilegio. Y todas las variantes que adopta la impiedad proceden de esa venganza obscena...». El filósofo, luego, abrochará el pasaje con una admonición tan oportuna que parece mentira que fuera formulada hace más de una década: «En una época impía (pongamos que la nuestra) la desconsideración por los antepasados es un filón sombrío y recurrente que, en el contexto de las guerras culturales, se emplea por sistema».

Si Baltasar Garzón tuviera una noción aproximada de lo que significan la cultura, la impiedad y el sacrilegio, quizá desistiera de su empeño de jugar a la taba con los esqueletos. No caerá esa breva. Vale que no conozca a Scruton, tampoco es un «best seller». Lo que tiene delito, señor juez, es obligar a los difuntos -fieles, agnósticos o ateos- a sacudirse el polvo y despabilar sus osamentas cuando a su señoría le conviene. Vaya con tiento, no hay ningún indicio de que el Apocalipsis esté en puertas. Ni Zapatero alcanza a ser el Anticristo, ni las comparecencias de Magdalena Álvarez son un remedo del Día de la Bestia. Y aún puede dar gracias a que, con el desplome del ladrillo, el Valle de Josafat no ha sido pasto de El Pocero.


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jueves, 18 de septiembre de 2008

El poder y la gloria


Parece que a los españoles, sólo nos queda pasar todo el día envidiando a otros países. Si ayer teníamos que envidiar a Australia porque su primer ministros habla claro, ahora nos toca envidiar a Francia, cuyo presidente es capaz de hablar con el Papa, con inteligencia y respeto, sin enfrentamientos ni miedos.

Hace apenas unos años, teníamos un presidente que, puso a España en una era de progreso y respeto internacional, y hasta los periódicos franceses, ingleses y alemanes, les decían a su dirigentes que tomaran ejemplo de España, pero en sólo cinco años, hemos elegido a una panda de incapaces, que han conseguido que estemos a los niveles de los países menos prósperos, y en muchos aspectos, por detrás de Chile o Méjico, por ejemplo…

Os adjunto el artículo de Ignacio Camacho, publicado en ABC el pasado martes, sobre la visita del Papa a Francia…


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El poder y la gloria

IGNACIO CAMACHO ABC.esOpinión (martes 16 de septiembre de 2008)

PARÍS, doce de septiembre, Palacio del Elíseo. La escena suscita una envidia sana: el presidente de la república más laica de Europa, dos veces divorciado y casado por lo civil, dialoga con el Papa en la sede de su poder ejecutivo, discurso por discurso, sobre el sentido de las relaciones entre la religión y el Estado. Sarkozy y Benedicto XVI, frente a frente, abiertos, desde la distancia y el respeto, a la comprensión mutua y a la búsqueda de espacios de entendimiento. Sin desafíos, sin sermones, sin cuentas pendientes, sin espíritu de confrontación.

Resulta especialmente interesante la posición del gobernante francés; el Papa habló en su papel de líder espiritual y hombre de fe. El teólogo Ratzinger sabe que, ante la crecida teocrática de los fundamentalismos, sólo cabe en Europa aproximarse al diálogo con la laicidad para salvaguardar la referencia intelectual del pensamiento cristiano. Pero Sarkozy es un político, un hombre de poder, y representa a un Estado que hace del laicismo una orgullosa seña de identidad. Laicismo positivo, dice, repitiendo el concepto lanzado meses atrás en la basílica romana de San Giovanni Luterano; laicismo abierto a las reflexión sobre el patrimonio común de la espiritualidad y la cultura.

Propone el jefe del Estado francés -duramente zarandeado por los laicards radicales de la izquierda- un territorio moral de encuentro y tolerancia que admita y reconozca el papel de las creencias en la configuración de una sociedad moderna, diversa y libre. Sin confesionalismos ni injerencias de los preceptos religiosos en la acción política -esferas que Francia separó de manera tajante hace dos siglos- pero sin hostilidades que desperdicien la tradición de una profunda herencia cultural. Un consenso ético recíproco que sólo puede darse en un clima social y político de libertad. Y en este punto Sarko apostilla sobre las evidencias prácticas al sugerir que esa reciprocidad encuentra serias dificultades en los ámbitos donde la religión se erige en norma excluyente de las relaciones de la convivencia. El mundo musulmán, tan a menudo impermeable al laicismo, a la autonomía moral, a la distinción de esferas públicas y privadas, al desarrollo de la individualidad heterogénea de cada ser humano.

Hablan los dos hombres con serenidad y afecto. Cada uno en su sitio; el Papa en busca de una oportunidad pastoral en una sociedad crecientemente secular, el gobernante en su representación institucional de un Estado abierto bajo cuyo manto de neutralidad activa conviven multitud de confesiones. Es un diálogo sin reproches, un acercamiento intelectual, una reflexión a dos voces en el marco de un ilustrado encuentro histórico.

Madrid, quince de septiembre. El presidente del Gobierno español, adalid del laicismo combativo, renuente a los funerales religiosos y a participar en actos litúrgicos de la mayoría católica, parte hacia Turquía para celebrar con su primer ministro islamista la cena del Iftar o ruptura del ayuno del Ramadán.

Envidia, sana envidia...

martes, 16 de septiembre de 2008

La escuela vacía


Para los que estéis interesados, en la dramática situación de la educación en España, os envío un artículo de Ignacio Camacho, publicado ayer en ABC.


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La escuela vacía

IGNACIO CAMACHO ABC.- Opinión (lunes 15 de septiembre de 2008)

LA mayor parte de los alumnos que han comenzado el nuevo curso tendrán que terminar mal que bien sus estudios por

LA mayor parte de los alumnos que han comenzado el nuevo curso tendrán que terminar mal que bien sus estudios por falta de ofertas de trabajo para abandonarlos. La crisis aliviará las mortecinas estadísticas del Ministerio de Educación al tiempo que ensombrece las de Economía, Industria o Trabajo; en esto debe consistir el efecto taumatúrgico de la recesión según Solbes, que ve en el frenazo socioeconómico propiedades depurativas. Algo así como el pragmático y despiadado «no hay mal que por bien no venga» pronunciado por Franco tras el asesinato de Carrero. Los escolares que años atrás abandonaron la enseñanza por empleos de coyuntura son hoy parados sin cualificación para buscar desempeños de mejor fortuna, carne de la tropa forestal de jardineros con que el Gobierno pretende disfrazar el subsidio. El desistimiento del aprendizaje deja una juventud vulnerable, sin capacidad para competir; los que piensan que la formación es cara deberían analizar los costes de la ignorancia.

Con la crisis, España va a ampliar, al menos numéricamente, su base educativa, severamente zarandeada por los exámenes de la OCDE. Mientras no haya dónde colocar a los jóvenes, la escuela los estabulará a la espera de que se despeje el horizonte. Otra cosa es si lo que aprendan allí vale para algo; los informes PISA siguen revelando graves carencias en matemáticas y comprensión escrita y oral del lenguaje. Lástima que esos modelos comparativos no midan en sus estándares de calidad materias como la geografía autonómica o la historia (tergiversada) de las aldeas y tribus, en las que nuestra chavalería es susceptible de sacar medias matrícula de honor.

El verdadero problema de la educación española no está tanto en sus índices estadísticos como en el aspecto cualitativo, cuya exigencia se ha rebajado hasta los límites de un cierto analfabetismo funcional pero, eso sí, políticamente hipercorrecto. La polémica sobre la asignatura de Ciudadanía desenfoca la cuestión de fondo al centrar la discusión en el dogmatismo de una materia que nunca dejará de ser una «maría». Lo que los padres tendrían que objetar no es el adoctrinamiento cívico con que la progresía en el poder trata de sustituir la influencia de la religión, sino la ausencia de contenidos solventes en los programas y de un clima de seriedad en los métodos; eso es lo que realmente importa para la formación de una cultura competitiva. La manipulación de las humanidades (mucho mayor y más peligrosa que la de Ciudadanía, porque está camuflada), la falta de rigor en la ciencia y la disipación de los valores del esfuerzo y el estudio han convertido la enseñanza en un sistema hueco donde da igual que haya muchas escuelas y muchos títulos, porque unas y otros están vacíos del espíritu de superación intelectual que debe caracterizar una instrucción pública. Devolver la dignidad a los profesores y la calidad a los estudios exigiría una prioridad política de primer nivel, pero para la enseñanza no hay pactos de Estado; nuestros partidos sólo se pondrían de acuerdo al respecto si pudiesen repartirse el profesorado como se reparten la judicatura.

¡Envidia! de Australia


Acabo de recibir este mensaje que os reenvío, con una gran envidia de los australianos, que tienen un dirigente que habla claro.

Nosotros en España, tenemos un "presidente" que, dice que hay que quitar los crucifijos de todo ámbito público y suprimir la religión de las escuelas, pero que hay que enseñar el Corán, y pagar con el dinero de todos, profesores de islamismo. Que hay que multar a los comercios cuyos rótulos no estén en catalán. Que tolera que a una niña disminuida mental, en Baleares, no le permitan ir al baño en el colegio, porque lo pidió en castellano. Que hay que tolerar las costumbres de los inmigrantes musulmanes y permitir que organicen "mezquitas" en los garajes, sin importar lo que se diga o haga allí, donde se reúnen periódicamente individuos que, ni siquiera están legalmente en España, ni se sabe quienes son ni cómo se llaman, y un largo etcétera que es mejor no recordar, para no ponerse a llorar…

Todos los humanos, debiéramos ser tolerantes, solidarios y comprensivos, pero todas estas actitudes deben ser de dos vías. No tiene sentido que se nos pida tolerancia a los españoles para acoger a los que vienen, y se permita a éstos ser intolerantes con nosotros y imponernos sus creencias y costumbres a la fuerza…

Nuestro ex simio presidente y su partido, han organizado una gran polémica, porque se hizo un funeral en la Catedral de la Almudena, con asistencia de los Reyes, por las víctimas del avión de Spanair en Barajas, pero ese mismo "tolerante estadista", va a asistir en Estambul, a la cena de celebración del final de Ramadán…

Y, lógicamente, él puede hacer lo que le dé la gana, pero no tiene sentido que nos quiera imponer a todos los españoles, su "tolerancia"…


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El primer ministro australiano, John Howard, dijo el miércoles a los musulmanes que quieran vivir bajo la Sharia islámica que se marchen de Australia; en unos momentos en que el gobierno se encuentra aislando a posibles grupos radicales que podrían en un futuro lanzar ataques terroristas contra el pueblo de esa isla-continente.

Asimismo, Howard despertó la furia de algunos musulmanes australianos cuando dijo que ha dado todo su apoyo a las agencias de contrainteligencia australianas para que espíen en las mezquitas que hay en la nación.

'Los que tienen que adaptarse al llegar a un nuevo país son los inmigrantes, no los australianos', expresó con firmeza el mandatario. 'Y si no les gusta, que se vayan. Estoy harto de que esta nación siempre se esté preocupando de no ofender a otras culturas o a otros individuos. Desde el ataque terrorista en Bali, hemos experimentado un incremento de patriotismo entre los australianos'.

'Nuestra cultura se ha desarrollado sobre siglos de luchas, pruebas y victorias de millones de hombres y mujeres que vinieron aquí en busca de libertad', agregó Howard.

'Aquí hablamos inglés fundamentalmente', dijo el primer ministro en un momento de su enérgico discurso. 'No hablamos árabe, chino, español, ruso, japonés ni ninguna otra lengua. Por lo tanto, si los inmigrantes quieren convertirse en parte de esta sociedad, ¡que aprendan nuestro idioma!'

El mandatario continuó diciendo que la mayoría de los australianos son cristianos. 'Esto no es un ala política ni un juego político. Se trata de una realidad. Se trata de hombres y mujeres de ascendencia cristiana que fundaron esta nación basándose en principios cristianos, lo cual está bien documentado en todos nuestros libros. Por lo tanto, es completamente adecuado demostrar nuestra creencia en las paredes de nuestras escuelas. Si Cristo les ofende, entonces les sugiero que busquen otra parte del mundo para vivir, porque Dios y Jesucristo son parte de nuestra cultura'.

'Toleraremos vuestras creencias, pero tenéis que aceptar las nuestras para poder vivir en armonía y paz junto a nosotros', advirtió Howard. 'Este es nuestro país, nuestra patria, y estas son nuestras costumbres y estilo de vida. Permitiremos a todos que disfrutéis de lo nuestro, pero cuando dejéis de quejaros, de lloriquear y de protestar contra nuestra bandera, nuestra lengua, nuestro compromiso nacionalista, nuestras creencias cristianas o nuestro modo de vida. Os recomiendo encarecidamente que aprovechéis la gran oportunidad de libertad que tenéis en Australia. ¡Aquí tenéis el derecho de iros a donde más os convenga!'

'A quienes no les guste cómo vivimos los australianos', prosiguió Howard. 'Tienen la libertad de marcharse. Nosotros no los obligamos a venir. Ustedes pidieron emigrar aquí, así que ya es hora de que acepten al país que los acogió'.

Si estás de acuerdo con el primer ministro australiano, hazlo circular por el mundo. Las ideas de los grandes hombres deben divulgarse.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Maldita desobediencia y Che

Os envío dos interesantes artículos, aparecidos en ABC el sábado y domingo pasados…


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MALDITA DESOBEDIENCIA

POR HERMANN TERTSCH – ABC, Opinión - Sábado, 13-09-08

El muy piadoso régimen de Fidel Castro acaba de anunciar que los siete cubanos muertos durante el paso del Ike por la isla no son víctimas de este huracán. Lo son de su propio carácter. Han fallecido por «la falta de observancia de las medidas del sistema de la Defensa Civil», nos ilustra La Habana. Han muerto por desobedientes. En la dictadura más coqueta, la desobediencia tiene efectos nocivos que van desde la molestia a la defunción. Cincuenta años de experiencia lo avalan. Si en la Cuba buena de Fidel y Raúl a alguien le pasa algo malo, se lo merecía. Quién cumple las consignas del régimen, en pensamiento, palabra y obra, está a salvo de todo mal, incluido ese huracán mariconsón con apodo de presidente norteamericano. Es el poder volcado en proteger a la ciudadanía.

Da gusto saber que en Cuba como en España el poder es infalible. La propaganda allí como aquí nos sabe transmitir que la discrepancia conlleva pecado y penitencia. Allí -todos caribeños y rumbosos- los métodos de extirpación de tumores intelectuales son más teatrales. Te meten en la cárcel. Aquí, que somos leoneses y sobrios, nos apañamos con la faena administrativa, el insulto y, para los peores, la muerte civil. Aunque nuestros santos laicos compartan la condición de asesinos en serie -el Ché Guevara y Santiago Carrillo-, el clima marca aun la diferencia. Eso sí, somos hermanos. Las miserias nos las impone el cruel imperialismo americano. Ante tamaña vileza, los obedientes saben que hay que comer patriotismo. Nuestro vicepresidente Solbes, todo un valiente, ha descubierto en la ancianidad del funcionario, el mensaje juvenil de Pol Pot. Antes negaba una crisis. Hoy recomienda una recesión para «limpiar» la economía. Quien proteste o muera en el experimento, mal hecho. «Habrá desobedecido las órdenes del sistema de Defensa Civil».

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CHE

POR JON JUARISTI – ABC, Opinión - Domingo, 14-09-08

A mí, Ernesto Guevara de la Serna, el Che, nunca me cayó ni medio bien, lo que era raro en la izquierda antifranquista. Se explica, porque los castristas habían encarcelado a mi tío favorito y cura en el año sesenta, antes de expulsarlo rumbo a Miami, o sea, que no les tuve demasiada simpatía. El Che, en particular, me parecía un payaso con cierto aire a Cantinflas, pero Mario Moreno era infinitamente más entrañable, incluso cuando se ponía antigringo, como en aquella secuencia de Por mis pistolas, en la que un ranger de Arizona me lo paraba en medio del desierto y le hacía el cuestionario de rigor antes de pasar la frontera, preguntándole, entre otras cosas, si tenía intención de derrocar al gobierno de los Estados Unidos. La respuesta de Cantinflas incluía un colofón para inscribirse en mármol: «Pero, hombre, si lo derroco, ¿quién nos va prestar la lana?».

Ahora vuelve el Che, vía Hollywood, interpretado por Benicio del Toro, que también se le parece, aunque menos. The Argentine hará taquilla frondosa y lo verá mucha más gente, supongo, de la que supo en su día del extraordinario documental de Luis Guardia, Guevara, anatomía de un mito, con impresionantes testimonios de antiguos compañeros de armas del Che -los comandantes de la revolución Huber Matos y Daniel Calderón, Benigno-, además de otros de familiares de sus víctimas. De ellos se desprende que el Che era un tipo sádico y vengativo, y un incompetente como planificador económico y estratega. De no ser por los rusos, habría dejado la isla -que fue una sentina de corrupción bajo Batista, pero, a pesar de ello, próspera- en los niveles de Haití. Cuando Castro se lo quitó de encima, mandándolo al Congo, se las arregló para pringarla, aunque no tanto como un par de años después en Bolivia. Además de ciento cincuenta y seis asesinatos en directo, bien atestiguados, entre fusilamientos de los que se encargó directamente y tiros en la cabeza a prisioneros desarmados, están sus venganzas contra los jefes castristas del Escambrai, que no le dejaron meter baza en su territorio. En fin. No he visto todavía Che, el Argentino. Ya se conoce bastante del personaje como para evitar los deslices épicos. Porque Hollywood lanzó hace unos años, en Evita, un Guevara medio peronista, cabreado y musical en figura de Antonio Banderas, que lo hacía muy bien, pero el personaje era un disparate.

Entre las biografías de Guevara, la más seria que conozco es Compañero, de mi compañero de departamento en New York University, Jorge Castañeda, que fue después Canciller de México en el gobierno de Fox. Quizá su despacho de entonces, o el mío, en el campanile de Washington Square, esté ocupado hoy por Tony Judt, del que acaba de aparecer en España un conjunto de ensayos sobre El olvidado siglo XX (Taurus). No habla en ellos del Che (que, por cierto, no fue en su origen un apelativo cariñoso: se lo pusieron, con sentido despectivo, los negros del Movimiento 16 de Julio, hartos de sufrirle lindezas racistas). Pero Judt se pregunta por el futuro del comunismo en Latinoamérica, y le augura todavía alguno, por la acción combinada de los diversos populismos y, según él, por la ineficacia y torpeza de las iniciativas liberales (que los populistas ya se encargan de sabotear, y si no, que se lo pregunten al presidente Uribe). Quien más hace por convertirse en otro Guevara es, por supuesto, ese hijo de Bolívar y de Tupac Amaru -así se define él mismo- que se conchababa hace unos meses con las FARC y amenaza hoy a la oposición boliviana y a la propia con mandar los tanques. Lo de «creemos dos, tres, muchos Vietnam» es lo que faltaba por oírle, y ya lo ha dicho esta semana, aprovechando el estreno de la película. Chávez calienta el ambiente para las elecciones de noviembre, con la inflación en el treinta, mayor pobreza que nunca, pese al petróleo, y la malandra desatada, asesinando a mansalva. El jueves último, a un empresario español.

martes, 9 de septiembre de 2008

¿Adónde vas, socialismo?


Os envío un artículo de José María Carrascal, publicado ayer en ABC.

Es interesante que, todavía haya ilusos en España y en muchos países de Iberoamérica, que siguen aferrados a las ideologías de hace 100 años, a pesar de haber demostrado su inoperancia en muchos países, como la URSS, China, y en América, el caso más sangrante: Cuba…

Muy esclarecedora la frase de Carrascal: "la izquierda no crea riqueza. En el mejor de los casos, la reparte. En el peor, la derrocha"…

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¿Adónde vas, socialismo?

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC, Opinión, lunes 8 de septiembre de 2008

LA renovación de la cúpula del socialismo madrileño, en busca de una victoria que viene escapándosele desde hace mucho tiempo, es una buena oportunidad para inquirir sobre el estado de la izquierda española y europea.

Que no anda bien lo demuestran las derrotas que viene sufriendo en todos los países menos el nuestro -seguimos siendo diferentes- y la confusión ideológica en que ha caído tras el desplome del «socialismo real» o comunismo, que la ha dejado sin retaguardia. Por si ello fuera poco, los enormes cambios sociales ocurridos -primero, la conversión de la clase trabajadora en media; luego, la globalización y la inmigración que amenazan a los recién ascendidos- está dejando a la izquierda europea sin su granero tradicional de votos, los trabajadores, cada vez más conservadores.

Pero su principal problema es genético: la izquierda no crea riqueza. En el mejor de los casos, la reparte. En el peor, la derrocha. Esto sirve en tiempos de bonanza, con las arcas llenas gracias a la gestión de un partido conservador -la CDU en Alemania, el Tory en el Reino Unido, el PP en España-, pero no en los de crisis, con las arcas vacías. ¿Qué hace entonces la izquierda? Pues buscarse aliados donde los haya, los verdes, los ex comunistas, los nacionalistas, para poder gobernar. Es como el PSOE gobierna en distintas comunidades, pero no en Madrid, donde no hay nacionalistas.

Lo malo, sin embargo, es que para lograr ese poder necesita vender su alma. Pues sus aliados no buscan el bien general, buscan el suyo particular en detrimento del colectivo. Es como el socialismo español está perdiendo sus rasgos más preciosos: la igualdad, la solidaridad. «Ya no somos ni socialdemócratas», decía hace poco Rubert de Ventós.

¿Qué son entonces? Pues una simple máquina para alcanzar el poder y conservarlo a cualquier precio. Así se ha venido manteniendo el socialismo de Zapatero. Pero hoy, sin dinero para repartir, sin capacidad para crearlo y sin nuevos partidos políticos como socios de gobierno, no le queda otro remedio que buscarse aliados hasta debajo de las piedras. Los encuentra en los grupos más desesperados de la sociedad: los familiares de las víctimas del franquismo, las mujeres que desean abortar, los enfermos terminales que quieren morir. Gentes en situaciones límite, conflictivas, dramáticas muchas veces, pero también muy específicas, que no representan la demanda de la generalidad de la ciudadanía. Y, menos aún, que nada tienen que ver con la crisis económica. Mientras en los países serios ésta se afronta con medidas probadas -recorte del gasto, reparto de cargas, unificación de esfuerzos-, el socialismo de Zapatero atiende las más excepcionales demandas particulares, en una ingeniería social que crea confrontación e ignora por completo la economía. En otras palabras: en vez de puestos de trabajo y desarrollo, nos da huesos, fetos y suicidas asistidos. Muerte en vez de vida. Triste destino de un partido que presumía representar el futuro y el progreso.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Suspenso en futuro


Os envío. un artículo de José María Carrascal publicado hoy en ABC.

Como sabréis, España tiene el peor gobierno de la democracia, que ha conseguido eliminar el país del ámbito internacional y llevarlo por un tobogán de despropósitos hacia su propia destrucción. La economía está en crisis, pero se considera que todavía empeorará en los próximos meses o años. La justicia, no es que sea un chachondeo, como dijo alguien, sino que es un desastre y motivo de chistes y desesperación de los ciudadanos, pero todo esto pasará y se arreglará de alguna manera, tarde o temprano, en cuanto llegue un gobierno responsable. Lo peor de todo es la educación, de donde se ha eliminado todo espíritu de superación y búsqueda de la excelencia o mérito, para nivelarla por lo bajo, para que los menos aptos, no se sientan "discriminados"… Y se ha llegado al despropósito de que, se pueda pasar de curso con tres materias suspendidas, aparte de que, por sistema, no se supende a nadie, porque de lo contrario, el padre de la "criaturita", denuncia al profesor por "acoso"…

Alguna vez, coincidí en un aeropuerto con la que era Ministra de Educación de Colombia, Dra. Doris Eder de Zambrano, quien me distinguía con su amistad, y le dije: "En sus manos está el futuro de Colombia, porque todos los problemas del país, (y de cualquier otro, añado ahora), se resuelven con una sola palabra: "Educación".

Si la educación en España, está a los niveles que nos muestra este artículo, no es que estemos mal por la economía o la justicia hoy, es que estamos destrozando el futuro y eliminando cualquier esperanza de solución de sus problemas…

Recibid un fuerte abrazo

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SUSPENSO EN FUTURO

JOSÉ MARÍA CARRASCAL ABC – Opinión - Lunes, 01-09-08

DENTRO de la cascada de malas noticias que recibimos, una de las peores es el suspenso general que los bachilleres madrileños han recibido en matemáticas. Se consuelan los regidores con el aprobado alto en lengua, pero voy a los detalles y compruebo una raquítica realidad. Que sólo el 64 por ciento de los alumnos consiga cometer menos de 5 faltas de ortografía en un texto de 225 palabras no demasiado difícil no es para echar las campanas al vuelo. Hubo tiempos en que una sola falta ortográfica significaba el suspenso. Por no hablar de que menos de la mitad no supieron explicar el significado de la palabra «remoto» o conocer el presente de indicativo del verbo «coger».

Pero donde se notó más que los últimos planes educativos se han cargado prácticamente el bachillerato, dejando a los alumnos a un nivel de enseñanza primaria, es en matemáticas. Siete de cada diez las suspendieron, siendo incapaces de calcular un simple porcentaje o de averiguar el ángulo de un triángulo conociendo los otros dos. Por no hablar de raíces cuadradas o ecuaciones, que la inmensa mayoría ni las olieron. Como si con las calculadoras, los jóvenes no se hubieran preocupado de aprender las cuatro reglas.

Lo malo es que las calculadoras sólo pueden construirlas quienes sepan calcular mejor que ellas. El mundo del conocimiento se basa en las matemáticas, sin las que no se va ya a ninguna parte. Del Instituto Tecnológico de Massachussets han salido 4.000 empresas punta con 1.200.000 empleados, que juntas constituirían la 24 economía mundial. Mientras los niños de la India, una de las potencias emergentes, son capaces de multiplicar mentalmente con cifras de dos dígitos. Temo que los españoles, ni siquiera, con una. Pero, amigo, las matemáticas exigen dedicación, motivación, esfuerzo, una cultura que se va perdiendo entre nosotros. Un maestro que sometiese a sus alumnos a media hora de cálculo mental, como se hacía antes, sería denunciado por crueldad psicológica. Preferimos la «enseñanza creativa», que no es creadora sino camelística. La máxima creación se da en las matemáticas, un lenguaje para describir la realidad con cifras, siempre más exactas de las palabras, fáciles de manipular, pero que se nos dan bastante mejor. ¿Es que no oyen a nuestros políticos ocultar las cifras tras palabras, con la anuencia del personal? Los problemas exigen pensar, averiguar las causas, buscar las soluciones. Pero esta España que celebra como hazañas los éxitos de los equipos locales repletos de jugadores extranjeros, prefiere olvidar los problemas, y lo único que inventa son pasados legendarios, afrentas gratuitas y complacencias aldeanas. El resto, que lo inventen los demás.

Ahora que ya me dirán ustedes cómo se afronta el futuro sin saber lo que significa una inflación del 4 por ciento, como ha ocurrido con el 90 por ciento de los bachilleres madrileños. Aunque explica que hayamos reelegido al gobierno que la ha causado.