Santos y las FARC
Se publicó en
Libertad Digital un artículo de Eduardo Mackenzie con el mismo título.
Mi opinión personal,
coincide en líneas generales con el autor, y añadiría una serie de
observaciones que no son producto de ninguna sabiduría por mi parte, sino de
los muchos años que acumulo ya en mi espalda: Se están deslizando ahora en
Colombia, unas muletillas de confrontación, que son viejas como el mundo. En la
España de Franco, a los que no éramos “adictos al Régimen” se nos calificaba de
“rojos”, y ahora, los que presumen de antifranquistas, descalifican a
cualquiera con a simple palabra “facha”. Además de la supina estupidez de
hablar de “derechas e izquierdas”. En Colombia, se está queriendo dividir a la
gente entre “guerristas” y “pacifistas”, lo cual es posible que funcione en esa
inmensa “masa”, (que decía Ortega y Gasset), desinformada y perezosa mental,
pero los que tenemos ese peligroso vicio de pensar, lo vemos un poco diferente…
Todos los humanos
somos por definición “pacifistas”, excluyendo naturalmente a los discapacitados
mentales. El problema está en averiguar, hasta dónde estamos dispuestos a
sacrificar o aguantar para conseguir o conservar la paz. Los que pudiéramos
llamar “guerristas”, son siempre los que mandan a la guerra a los otros,
mientras ellos se quedan cómodamente en su sillón. Y puedo asegurar por
experiencia propia, que los menos guerristas que he conocido en mi vida, son
los militares de carrera.
Supongo yo, porque no
me consta, que los que estarán negociando en nombre de las FARC, serán esos
señores que viven como reyes en Europa, entre lujo, putas y trago, con el
inmenso dinero que les produce el tráfico de drogas, mientras mandan a “luchar
por la Patria”, a esos colombianos, muchas veces niños, que se ven arrastrados
por la vorágine de la violencia y que al cabo del tiempo, ni siquiera podrán
explicar claramente por qué están donde están.
Se han hecho
infinidad de “Tratados de Paz” en la historia, que generalmente no han
funcionado, a menos que una de las partes siga teniendo la fuerza y la otra la
haya perdido, como es el caso de las dos guerras mundiales que hizo Europa,
(Para demostrar nuestra civilización occidental), Pero, tanto en las promesas
de Hitler a Chamberlain, o el tratado que hicieron los dos mentirosos, Hitler y
Stalin, duraron lo que un dulce a la puerta de un colegio.
En España se hizo una
amnistía con ETA, los hermanos gemelos y compinches de las FARC, y al poco
tiempo aparecieron otros grupos de terroristas que se adjudicaron el nombre de
ETA, y los que habían firmado los acuerdos, dijeron que eran “incontrolados”.
El antiguo Presidente del Gobierno español, hizo un grandilocuente discurso,
orgullosísimo de los acuerdos de pazzzz alcanzados y en ese mismo momento,
estaban los terroristas etarras poniendo una fuerte carga explosiva en el
aeropuerto de Barajas, que explotó a las pocas horas, matando a dos personas. Y
destruyendo totalmente uno de los aparcamientos.
Después, tenemos el
problema añadido de la perversión del idioma, en la que ETA, las FARC y todas
los demás “bacrim” son especialistas, entusiásticamente seguidos por una panda
de periodistas internacionales semi analfabetos de todo lo que no sea su propia
parroquia, como: Llamar “guerrilleros” a los asesino terroristas. Conflicto a
la violencia criminal. Separatistas vascos a los asesinos etarras y un largo
etcétera, que por largo no vamos a tratar aquí.
En fin, qué voy a
decir yo que no sea conocido… Ojalá los esfuerzos que se están haciendo en
Colombia funcionen, pero lo dudo mucho y me parece que el remedio puede ser
peor que la enfermedad… (Hubo una “zona de distensión”, más grande que muchos
países europeos, ¿Y?...)
Hoy me envían los
amigos de Diario Primicia, la frase que copio a continuación… ¿Alguien cree de
verdad que se puede encontrar algo de esto en las FARC?
"LA PAZ EXIGE CUATRO CONDICIONES ESENCIALES: VERDAD,
JUSTICIA, AMOR Y LIBERTAD"