domingo, 6 de diciembre de 2009

Un gobierno insostenible

Dos artículos de la prensa de hoy domingo 6 de diciembre

 

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El naufragio del Gobierno

GERMÁN YANKE - ABC.es - Opinión - Firmas – Domingo 6 diciembre 2009

 

Zapatero ha perdido la capacidad, indudable en su primera legislatura, de colocarse sobre la ola o incluso delante y sortear con habilidad las dificultades. Incluso negando la crisis económica en contra de toda evidencia salió bien parado hasta que se fue viniendo abajo el castillo de naipes sin que se pudieran sostener en pie ni las cartas de menos importancia.

Si antes, para distraer a la opinión pública, hacía de prestidigitador y colocaba el debate en otro lugar, ahora los remedios se le convierten en problemas, incluso mal planteados, como el acuerdo parlamentario para suprimir los crucifijos de los centros escolares que el propio presidente tiene que decir después que no está en su agenda. Si a lo largo de años ha sabido granjearse el apoyo de sectores influyentes para compensar la pérdida de aliento en otros más amplios, ahora se vuelven estas operaciones en su contra: lo que tenía que ser un empeño por proteger la propiedad intelectual se convierte, lamentablemente planteado por la ministra de Cultura, en una rebelión de usuarios de internet. El presidente, entre agotado y desconcertado, tiene que volver a hacer de bombero prometiendo vagamente aclarar lo que haya que aclarar.

Los fuegos artificiales son ya causa de incendios colaterales. La debilidad del Gobierno se nota asimismo en la frecuencia con que deja de lado el papel del lehendakari López en el País Vasco, tan esforzado como importante, por mantener acuerdos con los que ganar un poco de tiempo. El fondo de las desgracias es la economía pero no puede olvidarse el funcionamiento de las instituciones, cuestión en la que es especialmente grave el Tribunal Constitucional y las posibles reacciones políticas a su sentencia sobre el Estatuto de Cataluña por parte de algunos de los socios del Gobierno, incluidos los socialistas catalanes. Frente a la crisis, ni se contiene la sangría del desempleo ni se vislumbra un cambio de tendencia -mucho menos una modificación del sistema productivo porque lo diga el BOE- para cuando, por fin, como si fuese un consuelo, se toque fondo. La vicepresidenta económica, contagiada del optimismo antropológico o de la retórica imperante, dice confiar en que los efectos de la Ley de Economía Sostenible reduzcan el nivel de crecimiento necesario para crear empleo. Suena a explicación tan forzada que, más que tranquilizar, aumenta el pavor.

El desastre y sus riesgos consecuentes pueden verse desde la oposición de dos maneras. Una de ellas, que responde a intereses electorales estratégicos, parece hacerse un lugar en algunos dirigentes del PP como si observaran el descalabro con una sonrisa. Un Gobierno a la deriva y un PSOE incapaz de crítica constructiva o apoyo sólido ante la opinión pública hace que, por primera vez en mucho tiempo, el PP esté no sólo por delante en los sondeos, sino como estimación directa de voto y como preferencia de los votantes más jóvenes. Se diría que basta con ponerse de perfil, subrayar los fallos, y esperar las próximas elecciones para conseguir lo que hace tan poco parecía imposible. Pero hay otra perspectiva, que es la de los ciudadanos, según la cual la gravedad de lo que ocurre exige soluciones alternativas o negociadas que las encuestas no satisfacen. El PP, además, no es sólo una parte de la oposición, una opción minoritaria. Es la única alternancia posible y su responsabilidad incluso, a la postre, la verdadera causa de su éxito electoral es ofrecer soluciones concretas y planes alternativos que generen certidumbre.

 

 

 

 

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Un Gobierno insostenible

JOSÉ MARÍA CARRASCAL - Domingo , 06-12-09 - ABC.es - Opinión - Firmas

 

EL último número de la ministra de Cultura, el presidente y la vicepresidenta primera bate todos los records de descoordinación, improvisación, frivolidad, incapacidad, inestabilidad, cobardía y cinismo, los siete pecados capitales de un Gobierno que ni siquiera acierta ya cuando se equivoca. Que la ministra diga por la mañana que se cerrarán todas las webs que se dedican a descargas ilegales de internet, que por la tarde el presidente, ante la algarabía de los internautas, asegure que no se cerrará ninguna web, y que al día siguiente la vicepresidenta afirme que el presidente no ha desautorizado a la ministra, merece ir al Guinness de desgobierno. ¿A quién le daba razón doña María Teresa, a José Luis o a Ángeles? ¿O se la quitaba a los dos? Vaya usted a saber, como cuando lo del «Alakrana». Cuanta más impresión de coordinación quieren dar, más desbarajuste muestran; cuanta más firmeza aparentan, más clara es su debilidad; cuanto más presumen de eficacia, más meten la pata. Hace un año, el PP estaba solo en el Congreso. Hoy, quien está solo es el Gobierno, con todos los grupos criticándole, aunque alguno le venda sus votos a buen precio para no ser derrotado. Lo que deja aún más evidente su debilidad. Tenemos un Gobierno chantajeable, desde dentro y desde fuera. Ahora sabemos por qué lo primero que hizo la vicepresidenta fue hacer posar a las ministras para Vogue: todo iba a ser apariencia, nada, sustancia.

Nos queda el consuelo de que, esta vez, el gatillazo no se ha quedado en nuevo ridículo, sino que ha tenido una consecuencia positiva: dejar en evidencia esa Ley de Economía Sostenible, que no es economía ni es sostenible, sino decorado, ni siquiera de cartón, sino de papel, que se rompe al primer envite, como acabamos de ver.

¿Qué hacen las descargas de internet en esa nueva ley? Pues lo que el resto de sus componentes: bulto y humo para llenar el globo. El entero mandato de Zapatero ha sido un continuo lanzamiento de globos de colores, que acaban por desinflarse y caen a tierra, con daños más o menos graves: la negociación con ETA, el estatuto catalán, la crisis económica, los secuestros de los piratas, por no hablar de la Alianza de Civilizaciones, que no es un globo, es un dirigible a la deriva. Y cuantos más globos se le vienen abajo, más arrecia su sectarismo. Ya que no puede hacer una política verdaderamente social, demostrar al menos que a progresista no le gana nadie: matrimonios homosexuales, aborto, crucifijos, ¿será el puente de la Inmaculada Constitución el próximo en caer, por incluir a la Virgen? No creo, pues con las fiestas, como con los internautas, no se juega. Los parados pueden esperar, el progresismo, no. Lo malo es que el progresismo no da de comer. Yo diría que el verdadero progresismo es el que quita el hambre. Pero es que yo soy un reaccionario.

 

 

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