Ha muerto Juan Pablo Ortega Mateos
Esto, se dice muy fácil, pero otra cosa es vivirlo.
Dice la canción: “Algo se muere en el alma, cuando un amigo
se va”… Y si ese “se va”, es definitivo, no es sólo que algo se muera en el
alma, sino que se queda uno como atontado, sin saber dónde está, ni qué día es,
ni siquiera quién es uno mismo. Como supongo que les pasa a los boxeadores,
cuando los dejan KO, de un puñetazo.
Jun Pablo, era mi amigo. Pero no un amigo del montón, sino
alguien muy cercano, con el que he compartido entrañables horas, de
colaboración literaria. Él como gran escritor, y yo, como un amanuense, que le
colaboraba en editar sus artículos o libros, en el ordenador, para enviarlos a
un periódico o editorial que se los habían solicitado.
Juan Pablo Ortega Materos en su casa de Madrid, con el suscrito |
Era un hombre de amplia experiencia de la vida que,
transcurrió en la España pobrísima de la postguerra, donde se desempeñaba como
profesor de varias academias, que le pagaban su trabajo por horas, pero que
estaba organizado en forma que, le obligaba a correr de una zona a otra de
aquel Madrid, destrozado y con unos medios de transporte absolutamente
primitivos.
Por sus profundos conocimientos de nuestro idioma, fue
nombrado “Lector de Español” en una universidad francesa, donde estuvo varios
años, pero fue reclamado por Inglaterra, para que se trasladara allí. Siempre
dedicado a difundir el idioma español. Después a Estados Unidos, y finalmente
volvió a España, donde a la hora de jubilarse, le negaban o discutían su
derecho a recibir una pensión modesta. Nada que ver con esos privilegios que
tienen nuestros “politiquillos”, sólo con que hayan figurado en nómina unos
pocos años.
A pesar de que su padre, fue encañonado con un fusil, por
parte de un miliciano de la República, que a punto estuvo de matarlo, por el
terrible delito de haber salido al balcón, vestido con un pijama, al oír el
tumulto que estaban armando abajo. El miliciano dedujo que si dormía con
pijama, es porque era un burgués ricachón, al que había que eliminar. Cosa que
no ocurrió al final, por la oportuna intervención de un oficial del Ejército. Aun
así, Juan Pablo siempre estuvo militando activamente en el Partido Socialista,
donde llegó a ser candidato en alguna de las elecciones.
Como yo soy mucho más escéptico, pragmático y un tanto coñón,
me entretenía en hacerle ver, las barbaridades que decían algunos de su
partido, que él comparaba con las otras barbaridades que decían algunos de los
otros, lo que al final, terminaba en una especie de juego verbal, con
permanentes carcajadas.
Pero, todo esto, es mi experiencia personal, que no tiene
ninguna importancia. Lo importante de Juan Pablo, era su talento de escritor,
reflejado en una buena colección de libros e infinidad de artículos de prensa,
donde trataba temas muy serios, que además, sin que él se lo propusiera, según
me decía firmemente, se traslucía un humor o ironía elegante, de ideas
sugeridas que incitaban a la sonrisa permanente, como suelen hacer los
escritores británicos, en lo que creo, son insuperables. O como hace nuestro
insuperable Cervantes, a todo lo largo de El Quijote.
Su libro estrella, a nivel del público es, el titulado “Las
dos muertes de un tirano”, porque obtuvo el Premio Planeta, de interés
cinematográfico, y fue traducido y publicado en francés. Pero tiene una amplia
bibliografía, como: “Los americanos en América”, “Olimpo siglo XX”, “El hombre
que no oyó las campanas”, “Los Marrajos”, “El año en que vino Eva Perón”, etc.
Y para mí, uno que destaca sobre los otros, porque dice Juan Pablo que, lo
encontró escrito en el cajón de la mesilla de noche de un hotel. Como hace
Cervantes en uno de los capítulos del Quijote, que dice que lo escribió un moro
y se lo dio a él.
El libro, se titula “Los Terrícolas” y es un supuesto
informe, que le encargaron a un extraterrestre, que hiciera en un viaje a la
Tierra. Es para desternillarse de risa, el ver cómo nos vería alguien, que no
tuviera nuestros prejuicios, y todas esas cosas que damos por tan “naturales”…
En fin. Aparte recordar al amigo, no me creo capaz de
expresar con palabras lo que siento en estos momentos. Así que, voy a robarme
lo que escribió mi hija Emmanuelle hoy en su blog. Para que si alguno de
vosotros tenéis interés en leerlo, podáis acceder en el siguiente enlace:
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