jueves, 6 de febrero de 2014



Ayuda el tercer mundo
Os sugiero leer con cuidado y despacio esta frase: “La ayuda a países en desarrollo es, que los pobres de los países ricos, hagamos más ricos a los ricos de los países pobres”…
Cuando hay un terremoto u otra catástrofe natural, se hacen urgentes campañas de ayuda a los damnificados y se envían millones y millones en dinero, alimentos y otros enseres que, nunca llegan a los verdaderos damnificados. Si acaso, en cantidades ínfimas. Ya que se van quedando por el camino, en manos de dirigentes corruptos y ya ricos, que se apropian del dinero y venden el resto a quien se lo pueda comprar, mientras que los pobres siguen igual, o más pobres. (El último: Haití)
Sin catástrofes naturales, mantenemos un entramado de ayudas a los países “pobres”, con ONGs que nos muestran niños desnutridos, lugares sucios y viviendas infrahumanas, a donde nunca llega nuestra ayuda, o llega muy mermada.
Se les hacen préstamos a esos países, de los que se apropian sus ya ricos dirigentes, pero luego, cuando hay que devolverlos, se les cargan a sus siempre pobres habitantes…
¿Por qué seguimos haciendo esto indefinidamente? ¡Nos debiera avergonzar, tranquilizar nuestras conciencias, pero sin ver lo que está pasando!... Y sin que nadie tenga el verdadero propósito de contribuir a erradicar la pobreza y pedir cuentas a los insultantemente ricos, para que expliquen públicamente de dónde salió su fortuna. Si fuera producto de su trabajo o negocios normales, nadie debería tener inconveniente en explicar detalladamente sus ingresos… ¡Como nos exigen perentoriamente a todos los demás!

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