miércoles, 19 de agosto de 2009

Chavez y Castro

Dos artículos publicados hoy en ABC, que tienen que ver con Colombia.

El primero es una editorial, sobre las últimas paridas del gorila venezolano, y su habilidad para no dar cuenta de sus actos de colaboración con los terroristas, y el segundo, una opinión razonada de Hermann Tertsch, sobre el anunciado concierto de Juanes en La Habana...

 

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Provocaciones de Chávez

ABC.es - Opinión - Editorial - Miércoles, 19-08-09

LA detención temporal de ciudadanos colombianos en Caracas, incluyendo personal diplomático, constituye un gesto extremadamente peligroso. En momentos en los que el caudillo venezolano Hugo Chávez está cultivando la escalada de la tensión entre ambos países, este tipo de acciones representan sin duda un intento de poner a prueba la sangre fría de los responsables colombianos, que afortunadamente están lejos de caer en la trampa de lo que no es más que una provocación. El temperamento antojadizo del venezolano hace que un día declare su fervorosa amistad con el presidente colombiano, Álvaro Uribe, y al siguiente ordene la retirada de su embajador en Caracas o rescinda todos los contratos comerciales con Colombia. Oficialmente, la causa de la actual crisis son las relaciones militares entre Colombia y Estados Unidos, pero en el fondo de la discusión subsiste el hecho de que Chávez no ha podido desmentir todas las evidencias que señalan su gravísima responsabilidad en el caso de los misiles que Venezuela compró a Suecia y que han aparecido en manos de la guerrilla de las FARC. Como en el caso del ecuatoriano Rafael Correa, quien puso el grito en el cielo porque las tropas colombianas se adentraron en la zona fronteriza, para que el ruido encubriese el hecho de que una organización terrorista como las FARC se hubiera cobijado en suelo ecuatoriano con todas las comodidades, ahora Chávez manipula el acuerdo de cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos -que no significa que vaya a haber bases norteamericanas en tierra colombiana- con el mismo objetivo de no dejar oír las acusaciones de que pudo haber participado en el suministro de armamento moderno a una guerrilla que está en las listas de grupos terroristas de EE.UU. y la UE.

Colombia es un país independiente y no es el papel de Chávez el de dirigir su política exterior, máxime cuando en Colombia subsiste una amenaza como la que representan las FARC. Más aún, habida cuenta de las simpatías nada disimuladas de Chávez hacia la narco guerrilla, es de suponer que todo lo que haga Colombia para eliminar esa lacra terrorista le va a disgustar a Chávez. Por otro lado, el venezolano no ha parado de aumentar su potencial militar y de multiplicar sus anuncios de nuevas adquisiciones en Rusia, así como de estrechar sus relaciones con regímenes como el iraní, lo que deja bien claro quién es el que está añadiendo factores de inestabilidad en la región.

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Juanes en La Habana

HERMANN TERTSCH - ABC.es -Opinión - Firmas - Miércoles, 19-08-09

 

Quizás llegue el día en que los colaboracionistas tengan que rendir cuentas y someterse a la censura social, como los empresarios que utilizaron mano de obra esclava en el nazismo.

 

DEBO aclarar nada más comenzar que creo que el cantante colombiano Juanes hace bien en ir a dar un concierto a Cuba. Pese a la evidente manipulación a favor de la dictadura comunista en que convertirá el régimen su actuación. Los cubanos deben disfrutar como nosotros de todos los derechos humanos, de la democracia y de la libertad. No son un pueblo condenado por siempre a suministrar camareros, portamaletas, jineteras, mucho ritmo y risas, a turistas e invitados izquierdistas de postín. Es comprensible la irritación de quienes creen que cualquier colaboración con el castrismo es aberrante. Y la decepción por que sea Juanes, un cantante defensor de las libertades, el que facilite a la dictadura esta operación de relaciones públicas. Es precisamente la decencia política de Juanes el origen de la controversia. Si fueran a cantar el 20 de septiembre Ana Belén y Víctor Manuel u otros bardos carpetovetónicos agasajados y bien pagados por la dictadura, nadie habría escrito una línea al respecto. Sería como si cantaran Moratinos, nuestro embajador en La Habana o tantos otros amigos de Zapatero que hacen carrera, negocio u ambas cosas con un régimen que mantiene en régimen de cárcel y esclavitud a toda su población. Quizás llegue el día en que los colaboracionistas tengan que rendir cuentas y someterse a la censura social, como los empresarios que utilizaron mano de obra esclava en el nazismo. Está claro que Juanes ha aceptado cantar en una tribuna decorada por las imágenes de asesinos como Castro y el Ché. Su apuesta es arriesgada. Pero el resultado de su concierto dependerá al final de él. De lo que diga y lo que calle.

 

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