viernes, 20 de junio de 2008

El ecologista renegado


Siempre me ha llamado la atención que, como decía alguien: “Cualquier destripaterrones, se pone una camiseta de ecologista, y se dedica a imponer sus creencias, aún con violencia, a todo el que se le pone por delante”…

Decía estos días un científico que: Los gases contaminantes, contribuyen efectivamente al calentamiento global, pero en un 2% aproximadamente… El verdadero calentamiento de la tierra, viene dado por las manchas solares, lugar al que, ni siquiera los más radicales ecologistas pueden acceder, y además, estas manchas cambian y producen tanto el calentamiento como el enfriamiento, así que, aparte de procurar no empeorar la situación con nuestro 2%, poco podemos hacer al respecto.

Os adjunto el artículo que publicó ayer ABC, de la catedrática vasca Edurne Uriarte, donde nos informa de que, hasta el cofundador de Greenpace, está hasta la narices del desmadre a que estamos llegando con estos salvadores del mundo…

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  • ABC. Opinión (martes 10 de junio de 2008)

El ecologista renegado

POR EDURNE URIARTE

Un renegado, es como califica la revista Newsweek a Patrick Moore. Y un personaje muy interesente, añado, porque Moore ha tenido la originalidad de renegar precisamente de aquello a lo que todo el mundo se apunta ahora, del ecologismo. Por dos males que aquejan a este movimiento.

Moore, cofundador de Greenpeace y su líder durante quince años, los denuncia. La falta de formación científica de sus líderes y su apelación a las emociones y no a los argumentos intelectuales. No es que los críticos del ecologismo tengamos más formación científica, pero al menos no tenemos la responsabilidad de imponer la religión ecologista a nuestros conciudadanos, que es en lo que está el ecologismo en los últimos años.

Ni organizamos campañas de defenestración a quienes cometen algún pecado, como la que le montaron a Rajoy cuando se le ocurrió ponerse escéptico sobre el cambio climático. Los críticos nos limitamos a pedir pruebas científicas y argumentos intelectuales. Y como mucho, nos dan vídeos publicitarios, y lo que es peor, de Al Gore.

Hasta que hemos llegado a la energía nuclear, a punto de convertirse en la gran frustración del ecologismo. No sólo Patrick Moore, sino la izquierda de medio mundo -Zapatero aún no se ha enterado- comienza a apoyarla. Otra cosa es que se deba al utópico triunfo de los argumentos intelectuales sobre las emociones. Como el sinsentido de asociarla a las armas nucleares. Se debe más bien al bolsillo, a su condición de única vía para producir la energía que necesitamos a un coste asumible, sin destruir nuestro nivel de vida. Y es que el bolsillo aclara mucho las ideas y hasta las emociones.

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