viernes, 20 de junio de 2008

Tirofijo, en la prensa española


Yo suscribo la frase de Alfonso Ussía: “Colombia tiene motivos para sonreir. Y los que amamos a Colombia para compartir la sonrisa con nuestra amada.”

Para que veáis que en España, sólo los tontos, (eso sí, hay muchísimos), comen cuento con lo de “colombianos coqueros, tranposos, etc.”, os envío dos artículos aparecidos hoy en dos periódicos diferentes de Madrid, de difusión nacional: ABC y LA RAZÓN

++++++++++

LA RAZÓN • Martes. 27 de mayo de 2008

COSAS QUE PASAN

¡Tirofijo!

Colombia tiene motivos para sonreír. Y los que amamos a Colombia para compartir la sonrisa con nuestra amada

El gran mérito del Presidente Uribe ha sido dejarse de pendejadas y luchar contra los terroristas abiertamente.

Alfonso Ussía

Ha muerto «Tirofijo» y Colombia se ha librado de un depredador. No ha muerto un guerrillero, sino un terrorista. No ha muerto un revolucionario, sino el jefe de una nu­trida banda de asesinos que controla el negocio de la cocaína y mantiene en su poder esmeralda de la selva a miles de secuestrados sometidos por la tortura. Entre los torturados, Ingrid Betancourt, candidata a la Presidencia de Colombia, que coqueteó con el pacto con las FARC, se aventuró imprudentemente en su territorio y recibió el agradecimiento de los criminales en forma de secuestro, que aún dura mientras ella se desvanece en la desesperanza y la enfermedad. Se calcula que son más de cien los seres humanos asesinados fríamente por «Tirofijo», cuarenta de ellos miembros de su propia banda, ajusticiados por su pistola por faltas menores o sospechas de debilitamiento «revolucionario».

Escribía el pasado domingo Antonio Burgos en «ABC» del patinazo semántico del ministro Rubalcaba, que habló de la captura de la «cúpula militar» de la ETA Victoria del lenguaje terrorista sobre un ministro del Interior de un Gobierno democrático. La única cúpula militar que hay en España la componen seis personas. Su Majestad El Rey, que es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas. La ministra de Defensa, que hoy canta canciones de cuna El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, y los Generales Jefes del Estado Mayor del Ejército de Tierra y del Aire. En Colom­bia, todavía hay estúpidos que llaman a sus terroristas «guerrilleros»,y en países de la América latina, como Venezuela, Ecuador, y Bolivia, los propios gobier­nos han prestado apoyos materiales y conceptuales a los asesinos bien arma­dos de las FARC. Con el negocio de la cocaína es muy fácil imponer el terror con las armas y las coacciones.

El gran mérito del Presidente Uribe ha sido dejarse de pendejadas, y luchar contra los terroristas abiertamente. Los resultados avalan su decisión. «Tirofijo» ha muerto de un infarto de miocardio, dicen. El 26 de marzo, día que habría de celebrarse en lo sucesivo por todos los colombianos amantes de la paz, que forman abrumadora mayoría. Yo me ofrezco a celebrarlo en España. Un auto-proclamado «jefe guerrillero revolucionario» que muere de un patatús vascular pierde, incluso ante los ojos de la tontería progre, el perfil de héroe. El «Che» es un mito, no por su vida, que fue una idiotez sangrada, sino por su muerte. De haber doblado la servilleta de una picadura de serpiente en la selva, el«Che»sería ahora mismo un personaje cómico. La muerte establece injustos honores. Hasta en las Artes. Ese Gaudí atropellado por un tranvía pierde un cierto respeto. Ahora lo quieren canonizar, pero el Vaticano hace muy bien en resistirse, porque los santos no pueden dejarse atropellar por tranvías, con lo fácil que resulta oírlos y superar la vía La muerte de «Tirofijo» se ha debido al alto nivel de colesterol, al exceso de grasa, al fumeque, a la ingestión desmedida de bebidas alcohólicas, y a la falta de ejercicio físico. El cabrón ya no daba un paso ni para asesinar. Ha muerto como un millonario, que lo era, porque dominaba el negocio de la coca Pero me resulta agradable saberlo bajo tierra. Colombia tiene motivos para sonreír. Y los que amamos a Colombia para compartir la sonrisa con nuestra amada

Hoy Alfonso Ussía en«Las claves de LA RAZÓN»

+++++++++++++++

Romanticismo cómplice

POR HERMANN TERTSCH

LO más sorprendente de la muerte de Tirofijo, el líder y fundador de las FARC -probablemente la mayor banda terrorista del mundo-, es que todavía no hemos tenido que desayunarnos en Europa con emocionadas elegías ni hagiografías del finado sacamantecas. No puede excluirse, por supuesto, que en los próximos días surjan lamentos desde los rincones más oscuros de la caverna izquierdista. Pero lo cierto es que el hecho ya confirmado de que el anciano asesino ha muerto en la selva, podrido por fuera y por dentro, no ha generado grandes muestras de pesar más allá de la proclama fúnebre de un secuaz, ese tal Timochenko. Su sucesor es Alfonso Cano, un antropólogo comunista sexagenario, hombre de pocas luces cuya gesta suprema fue ejecutar a cuarenta de sus hombres. Sepa Judas por qué.

Este silencio, aquí y allá de los simpatizantes del narcoterrorismo izquierdista colombiano ante la muerte de uno de sus héroes es paradójicamente una de las manifestaciones más expresivas del éxito de la política del presidente Álvaro Uribe en la lucha contra el terror. Hace sólo cinco años habríamos sido testigos de manifestaciones de luto por Tirofijo y de solidaridad con sus camaradas. Como las que se celebraban contra el presidente Uribe, el denostado demócrata «proyanqui», decidido a defender por las armas y al precio necesario, la superioridad moral de un Estado de Derecho cada vez más fuerte en su lucha contra los enemigos internos y externos. Uribe ha luchado, tantas veces sólo, frente a enemigos poderosos apoyados por países vecinos, ricos en petrodólares y narcoeuros, incomprendido por muchos e ignorado por su principal aliado, Washington, inmerso en otras batallas lejanas. Tirofijo y su dirección de intelectuales tóxicos urbanos, desalmados e ideologizados, a la cabeza de un ejército de siniestra leva de campesinos, han gozado durante décadas del aura romántica del guerrillero latinoamericano. Ese «hit» de la comercialización y propaganda lleva aún hoy a millones de jóvenes a portar camisetas o gorras con el rostro o la efigie de un fanático asesino como era el Ché Guevara. Horror les infundiría la mera sugerencia de alternar esa camiseta con alguna que mostrara el rostro de otros protagonistas del siglo XX con similares instintos redentores y asesinos. Como Heydrich o Mengele, Beria o Videla.

Menos inofensiva que la victoria comercial del Ché es la cooperación de grupos y partidos izquierdistas europeos con el narcoterrorismo. En Alemania acaban de surgir datos sobre la cooperación con Tirofijo de miembros del Partido de la Izquierda de Oskar Lafontaine, ex presidente del SPD. Aquí, la ferviente labor del Gobierno en apoyo de la dictadura cubana y su entusiasmo -ahora algo agotado- por caudillos como Chávez, Correa y Morales, nos ha erigido en solícitos cooperantes de los «padrinos» de Tirofijo. Si, como parece, estamos ante el principio del final de las FARC, algún día sabremos cuántos y quiénes ayudaron a los terroristas a mantener al Estado colombiano en jaque tanto tiempo. A más de uno se le puede poner cara de alcalde de Andoáin.

(Nota: El alcalde de Andoáin, acaba de ser detenido y está ya en la cárcel, acusado de colaboración con ETA…)

No hay comentarios: