Os adjunto un pequeño editorial del díario ABC de ayer, y un artículo de Jon Juaristi, que en cierto modo están relacionados, por referirse a Colombia.
Como sin duda sabréis, en España padecemos a un presidente del gobierno que, cuando asiste a una reunión internacional, se queda sólo, en un rincón, mientras los otros mandatarios departen o cambian impresiones sobre lo divino y humano. Él, no habla con los otros, primero porque apenas conoce el español, y con muchos defectos de dicción y ortografía y segundo, porque los problemas internacionales son chino para él, y no le interesan en lo más mínimo. Cuando hablan, él o su vicepresidenta, parecen tartamudos, probablemente, porque necesitan tiempo para pensar cada frase, una a una, y al final, no dicen nada, ya que, les ha dado por inventar nuevos significados a cada palabra y creen que, con repetirlas una y otra vez, se volverán verdad y significarán lo que ellos quieren, aunque carezcan del mínimo sentido común.
Por eso, es de admirar que los colombianos puedan presumir de un presidente que, es capaz de tomarse una reunión internacional con la suficiente seriedad, como para aprenderse los nombres y las caras, de unos señores que eran desconocidos hasta el día anterior, y de hablar durante una hora, sin leer discursos y diciendo cosas que importen a sus interlocutores, por su seriedad y sus conocimientos.
En el artículo del intelectual vasco Jon Juaristi, veréis a donde nos está llevando el aldeanismo de este gobierno que, quiere nivelar todo por lo bajo, hasta el extremo de emitir documentos oficiales y carteles en las carreteras, donde tratan al ciudadano como si fuera su compañero de copas en la taberna…
+++++++++
Uribe impresionó a telefónica
Hace unas sem
TUTEO
Jon Juaristi
LOS vascos, como es sabido, tuteamos a todo el mundo. Se cuenta en Lequeitio que, cuando la emperatriz Zita de Habsburgo, exiliada en la encantadora población vizcaína, bajó por vez primera desde el palacio de Uribarren a la playa contigua, acompañada de sus niños —todos en traje de baño—, y se quedó escudriñando recelosa aquel mar camorrista, tan distinto del Adriático de sus amores, el marinero local asignado al grupo como bañero le dijo: «Erreguiña, ¿qué miras pues? ¡Alsa la pata y chángate!». Hay varias teorías sobre el tuteo vasco. Unos sostienen que se debe al igualitarismo foral, que nos hace a todos hidalgos. Discrepo. Si nos hubiera nivelado a la baja (todos chorizos, por ejemplo), lo entendería, pero los hidalgos se trataban de vuesa merced y no se apeaban el don y la doña ni en familia. Otros arguyen que, como en éusquera no hay tratamiento de respeto, al traducirnos en castellano optamos por el registro bajo. Puede. Aunque quizá se explique simplemente por un déficit de urbanidad.
En
Lo del tuteo generalizado e interestamental no ha cundido en Iberoamérica, donde sólo se tutean o vosean entre iguales, e incluso hay una s
En España, el caos dialectológico —piénsese en el híbrido «ustedes sois» de
A mí, lo que verdaderamente me sulfura es la publicidad de Hacienda. No bastaba con el «Hacienda somos todos», aquel eslogan mendaz que se ha mantenido con inaudita y desfachatada contumacia. Ahora, han pasado al tuteo: «Marca con una x la casilla, etcétera». Pretender que el contribuyente paga sus impuestos con entusiasmo ya es absurdo, pero adoptar ese tono de confianza y buen rollito me parece un insulto, tanto a la inteligencia como al bolsillo. Y más cuando la deferencia impostada se traiciona en la sintaxis. Casi todos los verbos principales de los anuncios de
No hay comentarios:
Publicar un comentario