Yo si, había pensado muchas veces en las manos en general y había admirado el trabajo de ingeniería increíble que representa cualquier mano, capaz de acariciar suavemente, de tomar un huevo con la presión suficiente para levantarlo, sin que se rompa su cáscara, o por el contrario, capaces de golpear con fuerza y hacer los trabajos más duros, además de las infinitas posturas que pueden adoptar, para llevar varias cosas de diferentes formas a la vez, o de sujetar con fuerza objetos pesados. Cuando el hombre ha querido fabricar una mano artificial, siempre ha resultado algo tosco, burdo y casi inútil, comparada con la natural… Lo cual, a pesar de toda nuestra prepotente tecnología, nos lleva indefectiblemente a la humildad, y reconocer lo pequeñitos que somos…
jueves, 4 de diciembre de 2008
Las manos del abuelo
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