sábado, 6 de diciembre de 2008

Memoria Histórica II

 

 

Memoria Histórica II

Me ha llegado un curioso mensaje con este título que, no quiero enviaros, sin antes permitirme una pequeña introducción autobiográfica…

Mi padre, minero asturiano, tenía 17 años cuando la Revolución Soviética, luego, era inevitable que se afiliara al Partido Comunista, que luchara como voluntario defendiendo Madrid del asedio de los “Nacionales”, y que acabara en la cárcel después de la Guerra Civil, donde todas las noches realizaban “la saca”, nombrando a una serie de detenidos que se llevaban a asesinar sin fórmula de juicio y que, a mi padre, que vivió esa experiencia oyendo los nombres y esperando una y otra noche oír el suyo, al fin, no le “tocó”, debe ser, (“porque Dios es grande”) y pudo salir en libertad vigilada y perpetua, al año y medio… pero teniendo que presentarse en la comisaría, todas las semanas…

Yo, he vivido siendo muy niño, los avatares de la guerra, y el hambre, ya que mi padre, decía que él luchaba por la República y no por dinero, por lo que se negaba a cobrar el sueldo a que tenía derecho. Luego la enfermedad al borde de la muerte por la epidemia de viruela que se extendió en la posguerra, y ver a mi madre trabajando para otros para poder medio alimentarnos mientras mi padre estaba en la cárcel.

Quizá por mis lecturas, desde los tres años, pues lo que sí hubo siempre en mi casa en profusión fueron libros, yo soy quizá un tanto escéptico y contestatario, por lo que las bondades del comunismo no las he podido ver por ningún lado, pero sobre todo, se grabó a fuego en mi mente la frase de Ortega y Gasset: “No hay que tener ideologías, sino ideas”. Así que, eso de que a uno el gobierno, cualquier gobierno, le diga cómo debe hablar, o lo que está bien y lo que está mal, me da repelús. Me creo capaz de resolverlo yo solito. No obstante, quise ser periodista y fui rechazado de la Escuela Oficial, “por ser hijo de rojo”… Así que, me autoexilié a tierras donde había más libertad y donde me ofrecieron trabajo en un periódico, sin ponerme condiciones.

Posteriormente, me llevé a mis padres, para que se quitaran el sambenito de tener que presentarse semanalmente ante nadie y para que pedieran disfrutar de un país donde había elecciones periódicamente y se podía desfilar con banderas rojas o del color que a cada uno se le antojara. Mi padre murió sin volver a España y yo volví, invitado por el gobierno de entonces, diez años después de morir Franco.

Espero que esto sirva para aclarar que: A mi Franco no me inspira ningún respeto, ni me ha caído simpático jamás, pero tampoco me parezco nada a esos paniaguados que eran capaces de mostrarle una “adhesión inquebrantable”, y ahora posan de antifranquistas y demócratas de toda la vida, con tal de mostrarse “políticamente correctos”, y seguir disfrutando de prebendas y canonjías, con el gobierno que toque.

Yo creo firmemente en el dicho: “Guardar rencores, es como tomarse un veneno y esperar que el otro se muera”…

El archivo que os ajunto, tiene su toque de humor y técnicamente está muy bien hecho, además de que, tiene como fondo el himno de Cara al Sol, que dicen los expertos que musicalmente es bueno, aunque a muchos nos repela por lo que significa, y que otros que lo cantaron en su día con unción, ahora despotriquen de él.

Muchas de las cosas que se dicen aquí del gobierno de la época franquista, son verdad, pero la pregunta es: Cuanto más no habría avanzado España sin él… O, a dónde habría llegado España por el camino que llevaba la República… Me temo que, estas preguntas quedarán sin respuesta para siempre… Aunque el retardado mental que gobierna España ahora, y que en muchos aspectos hace bueno a Franco y tiene las mismas aspiraciones totalitarias, crea que sabe las respuestas…

 

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