martes, 20 de enero de 2009

Israel - Gaza

Ya sabemos que, el ex simio presidente de España y su luminoso gobierno, se especializan en meter la pata en todos los asuntos internacionales en que intervienen, (en los nacionales también), y ahora, andan haciendo y fomentando maniqueas manifestaciones de antijudaismo, que es lo que está de moda, aunque sea una posición absolutamente irracional e ilógica, pero suena muy bien, ponerse del lado de los "pobrecitos" palestinos y en contra de los "asesinos" israelitas...

 

Tengo una anécdota personal, de mi primera detención policial, cuando tenía unos siete años, que me hacen comprender perfectamente la posición de alguien a quien le dan pataditas en las espinillas todos los días, hasta que explota, pero esta es otra historia, que prometo contaros otro día.

 

Os envío dos artículos publicados ayer, de Jon Juaristi y Antonio Burgos, que reflejan perfectamente cómo estamos haciendo el ridículo internacional...

 

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¿Y la moda del pañuelo palestino?

ANTONIO BURGOS - ABC.esOpinión (domingo 18 de enero de 2009)

 

¿LOS venden en Zara o es en oportunidades del Cortinglés? ¿O son los manteros de los discos falsificados los que los venden por las esquinas? En algún sitio los tienen que vender. O quizá los regalan. Hablo de los pañuelos palestinos. De la ridícula moda de ponerse al cuello un pañuelo palestino, para ser más progre y más antisemita que la leche que mamó Yasser Arafat.

En España hay mucha libertad. Por las que hilan. Tú vas por la calle con tu pañuelo palestino, al modo de bufanda del Real Madrid pero sin dimisión de Calderón, y nadie te dice nada. Quedas como lo más progre. Como el plenario del Sindicato de la Ceja. Hay tanta libertad en España y somos todos tan progres, que las ciudades se llenan de gente con el pañuelo palestino, y en Málaga hasta se los ponen en un partido de baloncesto para protestar contra el Maccabi de Tel Aviv, que jugaba contra el Unicaja. Pero si quieren medir la libertad que de verdad hay, salgan a la calle llevando en el cogote el gorrete judío al que me parece que llaman kipá. Si se atreven. O salgan con esa especie de bufanda blanca que se ve en las bodas judías de las películas americanas. ¿Se imaginan la que pueden liarle a usted esos amantes de la libertad (tururú) que pululan por ahí con su cufiya, disfrazados de palestinos? Si le ven con un símbolo judío, de momento le llamarán asesino, después genocida y al final, ya veremos. ¿Pero no quedamos en que el genocidio era el que había perpetrado Hitler contra el pueblo judío? No, eso era antes, usted ve poco el telediario de La 1. Ahora no hay más genocidio oficial que el de la franja de Gaza.

¿Qué pensaríamos si la gente, para dárselas de progre, saliera a la calle luciendo una chapela sobre el pasamontañas de los terroristas encapuchados de la ETA? Esto de los pañuelitos dichosos es aproximadamente así. Los chavales llevan la misma prenda del uniforme oficial de los terroristas islamistas de Hamás, como solidarizándose con ellos frente a los judíos. Si les valiera, volvían a expulsar a los judíos de España. Sin caer en la cuenta de su enorme contradicción: piden lo mismo que los Reyes Católicos, pero desde su empacho de progresía. Como no pueden expulsar a todos los judíos, se conforman con pedir que echen al embajador de Israel. Se las dan de progres, pero caen en la tradición más rancia. Mucho pañuelo absurdo palestino y mucha gaita, pero vuelven a despertar el viejo antijudaísmo de la Inquisición española. Para éstos los judíos son los que entonces mataron al Señor y ahora bombardean Gaza. Si por ellos fuera, en los pasos de Semana Santa pondrían a los judíos con mayor cara de mala leche todavía que la que lucen desde tiempo inmemorial.

Y más contradicciones. Mucho pañuelito palestino, pero estos progres de mierda me recuerdan muchísimo a Franco, que le echaba la culpa de todo a la conspiración del judaísmo internacional. Paradójicamente, satanizan al sionismo justo desde el mismo bando que Franco: desde «nuestra tradicional amistad con los países árabes».

De hoz y coz, ZP ha colocado oficialmente a España frente a Israel y al lado de los terroristas palestinos. Olvidando que unos como éstos fueron los del 11-M. Para mí que la causa es que ZP, de niño, se hartó de ver judíos en los pasos de Semana Santa de su León natal. Y allí, como en Zamora o en Sevilla, los judíos de los pasos son los que tienen la cara de más mala leche del mundo. Ahora, que si en vez de judíos fueran palestinos, prontito iban a consentir que siguieran con esos caretos en los pasos.

Entre una democracia como el Estado Israel y unos terroristas zarrapastrosos, aquí nos ponemos del lado de los terroristas y además adoptamos su pañuelo como uniforme oficial del Gremio de la Progresía. No importa que ese pañuelo sea el símbolo del fundamentalismo islamista que se pasa los derechos humanos por el forro de la chilaba. Los progres lo pasean como si fuera un pañuelo de Hermés, como la última moda. Hasta los telediarios de la TV pública española están hechos con pañuelito palestino. Presentar a los terroristas como unos héroes es llevar el pañuelo dentro de las armas de destrucción masiva de la verdad, en la manipulación contra el democrático Estado de Israel.

 

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Gaza

JON JUARISTI - ABC.es - Opinión (domingo 18 de enero de 2009)

 

ES posible que, para cuando esta columna se publique, Israel haya declarado un alto el fuego unilateral en Gaza, confiando en que los Estados Unidos emprendan ciertos movimientos diplomáticos de envergadura. En cualquier caso, si existiera en este país una escurridora de discursos sociales, no sólo informativos, habría obtenido, durante las últimas semanas, cantidades ingentes de antisemitismo en estado de gran pureza, y el panorama empieza a adquirir tonalidades muy preocupantes. España se está poniendo en el grupo de cabeza de la nueva judeofobia, del bracete con ciertos países que no son, ciertamente, la compañía más recomendable para los difíciles tiempos que vivimos, y es lástima que el partido del Gobierno se haya hecho un lío, mezclando humanitarismo y atavismos delirantes en un guisote indistinguible.

Rodríguez Zapatero se ha alineado con los palestinos, e Israel ha tomado nota. Es evidente que el Estado de Israel no tiene el peso de los Estados Unidos, y que a nuestro Presidente le saldrá más barata esta operación de imagen ante sus huestes que el desaire a la bandera americana, pero eso no suprime la certeza de que Israel devolverá tarde o temprano la cortesía. De momento, está claro que España no podrá jugar papel alguno en la pacificación de la zona. Rodríguez Zapatero, como es sabido, selecciona los procesos de paz que le interesa apoyar o, incluso, poner en marcha, siguiendo unos criterios bastante curiosos, pero qué se le va a hacer. Conociendo el percal, dudo que a nadie se le haya ocurrido que pudiera haber actuado de modo diferente, no digo que apoyando a Israel o reconociéndole un mínimo derecho a defenderse, sino manteniendo una neutralidad prudente y discreta. Habría sido deseable que, al menos, hubiera aclarado un poco más su posición. O sea, que nos hubiera dicho con qué palestinos se hace solidario, con Hamas o con la Autoridad Palestina. Porque hay palestinos de vario pelaje y enfrentados entre sí. En vez de ello, se ha definido como cualquier ONG de izquierdas: a favor de todos los palestinos y contra todos los israelíes. Una finura para los matices digna de cualquier político de su talla.

Resulta muy tentador, por lo fácil y lo bien que queda uno, pretender que Hamas es el accidente y los palestinos, la esencia. Eso te permite hacer como que Hamas no existiera y sostener que ésta ha sido una guerra entre los desalmados israelíes y la indefensa población de Gaza. Será inútil recordar, supongo, que Hamas es una organización terrorista que persigue la destrucción de Israel y cuyos dirigentes han llamado al asesinato de judíos en todo el mundo, empezando por los niños, pero quizá no esté de más insistir en que la mayoría de la población de Gaza decidió entregar el gobierno de la franja a Hamas, una decisión trágica que, de entrada, desembocó en una guerra civil entre nacionalistas de la OLP e islamistas, todos ellos palestinos. En la medida en que los palestinos de Gaza secundaron a los líderes por ellos elegidos contra la Autoridad Palestina, se hicieron responsables de las consecuencias de la expulsión de esta última; es decir, del control del territorio por una organización terrorista que no ocultaba sus intenciones de utilizarlo como base para atacar a Israel.

Es muy legítimo compadecerse de la población de Gaza e instar (aunque no sólo a Israel, eso es jugar sucio) a una tregua que le ahorre sufrimientos, pero parece sencillamente estúpido concederle una inocencia que se niega, y con razón, al vecindario de cuarenta y dos municipios vascos. Los palestinos de Gaza confiaron la administración del territorio a una organización terrorista y se pusieron voluntariamente bajo la protección de unas milicias que ahora se escudan tras sus cuerpos y los de sus hijos. Ocultar estos hechos y presentar el conflicto como una agresión israelí contra pobres palestinos desarmados implica otorgar a Hamas y a sus seguidores la representación de la Humanidad y excluir de la misma a Israel (y, de rebote, a todos los judíos), lo que no es más que pura obscenidad antisemita.

 

 

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