sábado, 21 de mayo de 2016

La copa eterna



La copa eterna.

Es una copa con forma de trébol de cuatro hojas, de un finísimo cristal, con tonos irisados azules, que lleva en mi casa más de 70 años. Con ella, brindaba mi padre en las grandes ocasiones y, cuando volví de mi largo exilio voluntario allende los mares, mi hermana pequeña me la trajo de San Sebastián, donde la tenía guardada, en la caja en que siempre estuvo, entre una especie de espuma de algodón.
Ahora la uso en las fiestas señaladas, para brindar por los familiares y amigos. Una vez terminados los brindis, se lava cuidadosamente y se guarda en su caja… hasta la próxima…
¿Qué pasaría, si todos cuidáramos nuestras relaciones de pareja, de familia y sociales, con el mismo cuidado, y miedo a que se rompan? En estos 70 años, ¿Cuántos cacharros de aluminio y otros materiales habremos tirado a la basura, destrozados por el mal trato… porque ¡Como esos no se rompen!...

En fin, la foto es el trabajo de una tarde, probando con diferentes fondos, con cristal y sin cristal. Se hicieron unas cien pruebas y se seleccionó esta, con un resultado más o menos aceptable, pero que no me ha dejado totalmente satisfecho… Es posible que lo repita otro día, con alguna rosa más fresca y energías renovadas…
(Espero que apreciéis la composición en diagonal, desde abajo a la izquierda subiendo hacia la derecha…)

El montaje para realizar la foto, con las luces de bajo consumo y frías, entubadas en cartulina negra, para que no iluminen el fondo y los laterales.

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