La
fotografía y la libertad
Los que hemos vivido en dictaduras, sabemos de los férreos
controles que suelen ponerse para hacer fotografías, muchas veces en lugares
que podríamos llamar “estratégicos”, como puertos, puentes, cuarteles y un
largo etcétera, pero la mayoría de las veces, en lugares sin ninguna
relevancia; por capricho “del que manda”. De manera que sus subordinados,
policías y otros varios, vigilan e impiden hacer fotos, sin que se comprenda
muy bien por qué. Y de publicar fotos, ni hablemos, porque hay controles
absolutamente ridículos.
Pero… ¿Qué pasa en las llamadas “democracias”? Pues…
exactamente lo mismo, aunque esta afirmación parezca gratuita, pero es cierta.
El primer problema que se encuentra el ciudadano
común, suele ser en las iglesias, donde se le impide, a veces en forma
amenazante, estilo matón gansteril, hacer fotos en el bautizo, boda o cualquier
otra ceremonia de un familiar, por la sencilla razón de que el cura, creyendo
que la iglesia es de su propiedad, contrata esas exclusivas con algún
fotógrafo, que le participa con un porcentaje de lo cobrado. (El nuevo Papa,
acaba de pronunciarse contra esas prácticas, pero parece que se le obedece… a
veces sí y a veces no).
El siguiente problema es en los museos, donde
supuestamente se trata de preservar las pinturas. Pero esta falacia se viene
abajo, si lo que pretendemos fotografiar es una escultura, que no se va a
decolorar… Y por otra parte, sería más lógico impedir el uso del flash y
permitir las fotos sin flash, como ocurre en algunos de ellos, pero todo esto,
cambia de un museo a otro y de una época a otra, según cambia el jefecillo de
ese museo o de ese ministerio, que da órdenes o promueve reglamentos, sin una
razón lógica, más parecidas a los berrinches de una mala noche con su amante,
como si de un reyezuelo de opereta se tratara.
No conozco ningún estudio serio, que demuestre que
la luz de los flashes deterioren la pintura, más que la luz natural o la
iluminación de tal o cual museo. Y menos si tenemos en cuenta que un flash
dispara a una velocidad de una milésima de segundo. Lo que significaría que,
hay que disparar 1.000 flashes, para que a un cuadro le llegue la misma luz,
que un segundo de iluminación natural, o la artificial que aguanta todo el
tiempo. Pero… hay una razón lógica: El flash tiene una luz con mayor
temperatura de color que la artificial, por lo que tiene más luz en la zona del
ultravioleta, que al fin y al cabo, parece que es la zona del espectro que más
deteriora los colores. Pero entonces, ningún museo debería tener ventanas,
porque la luz solar también tiene una alta temperatura de color.
Foto tomada hace 15 años en el Museo del Prado, permitida sin flash |
Y admitiendo que el flash sea muy dañino, e incluso,
pensando que si no es dañino, sí puede ser muy molesto para el resto del
público, el estar aguantando cientos o miles de disparos de flash alrededor; al
hacer fotos sin flash, como se admitía hace un tiempo en el Museo del Prado, o
se admite en el de Sorolla o en el Reina Sofía, nadie podrá decir que las obras
expuestas sufren ningún daño, pero… entonces, nos llevamos la sorpresa de que,
cuando intentamos hacer una foto, incluso sin flash, en otros lugares, como me
ha ocurrido en El Escorial, o incluso en una simple terminal de transportes,
llegue algún vigilante muy puesto en su papel de censor, a impedirlo, y cuando
se le pregunta la razón, diga que. “Por seguridad”…
O sea, la misma razón que se aducía en la época de
Franco y hoy se vigila muy estrechamente, en lugares como Corea del Norte,
China y sus seguidores: Cuba, etc. ¿Qué seguridad se preserva al impedir hacer
una foto en una escalera de piedra de El Escorial, o en otros sitios? Donde
hace unos años, había un aparatito en la Catedral, que al introducirle una
moneda de cien pesetas, se encendían todas las luces, durante unos minutos,
para poder hacer fotos a gusto del consumidor? ¿Se desgastaron las columnas, o
se debilitó el cimborrio en aquél tiempo, y por eso se ha prohibido hacer
fotos, con y sin flash? ¿O es que ha cambiado el jefecillo responsable, y al
nuevo le ha contado un cuñado que vino de algún viaje, y le ha dicho que en tal
o cual sitio se actúa así?
Catedral de El Escorial, con las luces encendidas para la foto, hace diez años |
¿Alguien piensa que, si unos terroristas o
delincuentes de cualquier tipo, quieren hacer fotos en determinado sitio, para
preparar un delito, con los modernos sistemas digitales, van a llevar una
cámara, que el vigilante de turno impida usar? ¿De verdad cree alguien, que con
esa inútil molestia a los ciudadanos normales, se está preservando la seguridad
en alguna forma?
A los ciudadanos, se nos dan órdenes incongruentes,
y siempre por un empleado que, al fin y al cabo, sólo hace lo que le han
ordenado, pero nunca podemos tener una explicación razonada del responsable;
entre otras cosas, porque no hay ninguna razón lógica, para ordenar hoy esto y
mañana lo otro.
Es curioso recordar que, los que tenemos unos años,
siempre vimos el cuadro de El Greco, “El caballero de la mano en pecho”, todo
negro, donde sólo se distinguían: La cara, la mano derecha y la cruz de
Santiago. Pero llegó el día en que a alguien se le ocurrió que lo limpiaran, y
resultó que el cuadro no era totalmente negro, sino que El Greco había pintado
el cuerpo y el fondo en diferentes tonos oscuros, pero que se veía mucho más,
solo que con el tiempo, el cuadro se había cubierto de mugre, y al quitarla,
apareció como era en la realidad. Y pregunto: ¿Si no lo hubieran limpiado,
estaría más protegido, según la frase popular: “La cáscara guarda el palo”. Y
podríamos hacerle todas las fotos que quisiéramos, ya que la luz, nunca llegaba
a la pintura real?
Todo esto, nos lleva a la clarísima conclusión de
que, estamos en manos de unos prepotentes individuos, generalmente ignorantes,
con cientos de asesores, pero que o no saben asesorar, o no les hacen caso, por
lo que tenemos que soportar, normas absurdas, sin razón ni explicación, que nos
amargan la vida gratuitamente, porque la frase “Patrimonio Nacional” no la han
entendido nunca y la interpretan como “Patrimonio Personal”.
Museo Sorolla, permitidas las fotos sin flash |
A ver si nos enteramos, y les podemos hacer
comprender que: Los museos, monumentos, vías públicas y demás elementos del
Patrimonio común, son nuestros, de los ciudadanos, y que ellos son en realidad “servidores
públicos” a los que les pagamos para que hagan un trabajo bien hecho y para
preservar, “La vida, honra y bienes” de los ciudadanos, que se dice. Que toda
norma que se dicte, ha de ser orientada a ese fin, pero además, razonada y
explicada convincentemente, en forma de que todo el mundo la pueda entender,
para que sea cumplida con convencimiento, no con amenazas…
Y por fin, y comprendo que esto ya es mucho pedir:
Que una vez establecidas unas normas, lógicas, razonadas y explicadas. Estas
normas sean iguales para todos los lugares de nuestro Patrimonio, en toda
España y para todo el tiempo, a menos que las circunstancias cambien, en cuyo
caso y al cambiar las normas, las nuevas han de ser: lógicas, razonadas y
explicadas.
Comprendo que con el estado de las autonomías que
nos hemos inventado, cada reyezuelo de cada pueblo, quiera mandar como si de su
casa se tratara, para que quede claro lo de “¿Sabe usted quién soy yo?, pero al
fin y al cabo, aunque yo no sea sino un ciudadano de a pie… por pedir que no
quede.
Enrique Gutiérrez y Simón
Madrid, 5 de mayo de 2016
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