jueves, 5 de mayo de 2016

La fotografía y la libertad



La fotografía y la libertad
Los que hemos vivido en dictaduras, sabemos de los férreos controles que suelen ponerse para hacer fotografías, muchas veces en lugares que podríamos llamar “estratégicos”, como puertos, puentes, cuarteles y un largo etcétera, pero la mayoría de las veces, en lugares sin ninguna relevancia; por capricho “del que manda”. De manera que sus subordinados, policías y otros varios, vigilan e impiden hacer fotos, sin que se comprenda muy bien por qué. Y de publicar fotos, ni hablemos, porque hay controles absolutamente ridículos.
Pero… ¿Qué pasa en las llamadas “democracias”? Pues… exactamente lo mismo, aunque esta afirmación parezca gratuita, pero es cierta.
El primer problema que se encuentra el ciudadano común, suele ser en las iglesias, donde se le impide, a veces en forma amenazante, estilo matón gansteril, hacer fotos en el bautizo, boda o cualquier otra ceremonia de un familiar, por la sencilla razón de que el cura, creyendo que la iglesia es de su propiedad, contrata esas exclusivas con algún fotógrafo, que le participa con un porcentaje de lo cobrado. (El nuevo Papa, acaba de pronunciarse contra esas prácticas, pero parece que se le obedece… a veces sí y a veces no).
El siguiente problema es en los museos, donde supuestamente se trata de preservar las pinturas. Pero esta falacia se viene abajo, si lo que pretendemos fotografiar es una escultura, que no se va a decolorar… Y por otra parte, sería más lógico impedir el uso del flash y permitir las fotos sin flash, como ocurre en algunos de ellos, pero todo esto, cambia de un museo a otro y de una época a otra, según cambia el jefecillo de ese museo o de ese ministerio, que da órdenes o promueve reglamentos, sin una razón lógica, más parecidas a los berrinches de una mala noche con su amante, como si de un reyezuelo de opereta se tratara.
No conozco ningún estudio serio, que demuestre que la luz de los flashes deterioren la pintura, más que la luz natural o la iluminación de tal o cual museo. Y menos si tenemos en cuenta que un flash dispara a una velocidad de una milésima de segundo. Lo que significaría que, hay que disparar 1.000 flashes, para que a un cuadro le llegue la misma luz, que un segundo de iluminación natural, o la artificial que aguanta todo el tiempo. Pero… hay una razón lógica: El flash tiene una luz con mayor temperatura de color que la artificial, por lo que tiene más luz en la zona del ultravioleta, que al fin y al cabo, parece que es la zona del espectro que más deteriora los colores. Pero entonces, ningún museo debería tener ventanas, porque la luz solar también tiene una alta temperatura de color.
Foto tomada hace 15 años en el Museo del Prado, permitida sin flash
Y admitiendo que el flash sea muy dañino, e incluso, pensando que si no es dañino, sí puede ser muy molesto para el resto del público, el estar aguantando cientos o miles de disparos de flash alrededor; al hacer fotos sin flash, como se admitía hace un tiempo en el Museo del Prado, o se admite en el de Sorolla o en el Reina Sofía, nadie podrá decir que las obras expuestas sufren ningún daño, pero… entonces, nos llevamos la sorpresa de que, cuando intentamos hacer una foto, incluso sin flash, en otros lugares, como me ha ocurrido en El Escorial, o incluso en una simple terminal de transportes, llegue algún vigilante muy puesto en su papel de censor, a impedirlo, y cuando se le pregunta la razón, diga que. “Por seguridad”…
O sea, la misma razón que se aducía en la época de Franco y hoy se vigila muy estrechamente, en lugares como Corea del Norte, China y sus seguidores: Cuba, etc. ¿Qué seguridad se preserva al impedir hacer una foto en una escalera de piedra de El Escorial, o en otros sitios? Donde hace unos años, había un aparatito en la Catedral, que al introducirle una moneda de cien pesetas, se encendían todas las luces, durante unos minutos, para poder hacer fotos a gusto del consumidor? ¿Se desgastaron las columnas, o se debilitó el cimborrio en aquél tiempo, y por eso se ha prohibido hacer fotos, con y sin flash? ¿O es que ha cambiado el jefecillo responsable, y al nuevo le ha contado un cuñado que vino de algún viaje, y le ha dicho que en tal o cual sitio se actúa así?
Catedral de El Escorial, con las luces encendidas para la foto, hace diez años
¿Alguien piensa que, si unos terroristas o delincuentes de cualquier tipo, quieren hacer fotos en determinado sitio, para preparar un delito, con los modernos sistemas digitales, van a llevar una cámara, que el vigilante de turno impida usar? ¿De verdad cree alguien, que con esa inútil molestia a los ciudadanos normales, se está preservando la seguridad en alguna forma?
A los ciudadanos, se nos dan órdenes incongruentes, y siempre por un empleado que, al fin y al cabo, sólo hace lo que le han ordenado, pero nunca podemos tener una explicación razonada del responsable; entre otras cosas, porque no hay ninguna razón lógica, para ordenar hoy esto y mañana lo otro.
Es curioso recordar que, los que tenemos unos años, siempre vimos el cuadro de El Greco, “El caballero de la mano en pecho”, todo negro, donde sólo se distinguían: La cara, la mano derecha y la cruz de Santiago. Pero llegó el día en que a alguien se le ocurrió que lo limpiaran, y resultó que el cuadro no era totalmente negro, sino que El Greco había pintado el cuerpo y el fondo en diferentes tonos oscuros, pero que se veía mucho más, solo que con el tiempo, el cuadro se había cubierto de mugre, y al quitarla, apareció como era en la realidad. Y pregunto: ¿Si no lo hubieran limpiado, estaría más protegido, según la frase popular: “La cáscara guarda el palo”. Y podríamos hacerle todas las fotos que quisiéramos, ya que la luz, nunca llegaba a la pintura real?
Todo esto, nos lleva a la clarísima conclusión de que, estamos en manos de unos prepotentes individuos, generalmente ignorantes, con cientos de asesores, pero que o no saben asesorar, o no les hacen caso, por lo que tenemos que soportar, normas absurdas, sin razón ni explicación, que nos amargan la vida gratuitamente, porque la frase “Patrimonio Nacional” no la han entendido nunca y la interpretan como “Patrimonio Personal”.
Museo Sorolla, permitidas las fotos sin flash
A ver si nos enteramos, y les podemos hacer comprender que: Los museos, monumentos, vías públicas y demás elementos del Patrimonio común, son nuestros, de los ciudadanos, y que ellos son en realidad “servidores públicos” a los que les pagamos para que hagan un trabajo bien hecho y para preservar, “La vida, honra y bienes” de los ciudadanos, que se dice. Que toda norma que se dicte, ha de ser orientada a ese fin, pero además, razonada y explicada convincentemente, en forma de que todo el mundo la pueda entender, para que sea cumplida con convencimiento, no con amenazas…
Y por fin, y comprendo que esto ya es mucho pedir: Que una vez establecidas unas normas, lógicas, razonadas y explicadas. Estas normas sean iguales para todos los lugares de nuestro Patrimonio, en toda España y para todo el tiempo, a menos que las circunstancias cambien, en cuyo caso y al cambiar las normas, las nuevas han de ser: lógicas, razonadas y explicadas.
Comprendo que con el estado de las autonomías que nos hemos inventado, cada reyezuelo de cada pueblo, quiera mandar como si de su casa se tratara, para que quede claro lo de “¿Sabe usted quién soy yo?, pero al fin y al cabo, aunque yo no sea sino un ciudadano de a pie… por pedir que no quede.
Enrique Gutiérrez y Simón
Madrid, 5 de mayo de 2016

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