jueves, 20 de marzo de 2014

¿Se leen libros en España?



¿Se leen libros en España?

Quizá le hemos dado varias vueltas al tema y, aunque es complicado, se han expresado ya varias y valiosas opiniones como para completarlo. Pero cada día surgen nuevas, que aportan una nueva luz al tema.
Mi posición es de optimismo hacia el futuro, con una especie de nostalgia, sabiendo con certeza que no lo veré, porque por mucho que viva, siempre habrá más futuro, incógnito y fascinante.
Para intuir el futuro echemos un vistazo al pasado, con algunas frases incitantes, como para suscitar la polémica:
Empezando por los sabios griegos: Platón, pone en boca de su maestro Sócrates unas cuantas frases. Algunas de ellas de dudosa fidelidad, pero cuyo sentido es válido, como: "Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, se portan y visten de forma extravagante y le faltan el respeto a sus maestros". (400 años antes de Cristo)
Y hablando de nuestra época, se puede afirmar que a pesar de las guerras que no paran. El drama de los inmigrantes ilegales y todas las noticias tenebrosas que recibimos cada minuto, hay datos indiscutibles que, mirando a nivel mundial, nos pueden insuflar un aliento de esperanza.
El analfabetismo en el mundo va disminuyendo. No al ritmo ni en el sentido que sería de desear, porque a millones de personas se les enseña a leer sólo determinadas cosas y se les infecta con lecturas dogmáticas, políticas o religiosas. Prohibiéndoles incluso leer cosas distintas… Esperemos que esa facilidad para leer, dé al fin sus frutos y consigan la libertad para aplicarla a lo que quieran.
El hambre, era la tónica general en nuestra tan cacareada Europa, hasta bien entrado el siglo XIX, donde la mayoría de la población se alimentaba de gachas de harina y similares. Aunque hubiera unas castas que enfermaban de gota por exceso de carne de caza. Hay mucha tela que cortar en este tema, e incluso algunos países regresan al pasado, como Cuba, ahora Venezuela y millones de africanos u orientales, pero el dato indiscutible es, que vamos mejorando, aunque sea a trompicones.
Creo que sobre este tema se justificaría una anécdota, real e histórica: Hace como 30 años, se refugiaron en la Embajada de España en La Habana una cantidad de cubanos, pidiendo asilo político. Mientras el embajador consultaba y negociaba con los mandados de Castro, ingresaron al día siguiente otro grupo de cubanos.
Los empleados de la Embajada, por simple sentido común y a simple vista, determinaron que, el segundo grupo estaba compuesto de policías cubanos, que venían a disuadir a los refugiados, para que “volvieran al redil”, (en el sentido literal de la frase). ¿Cómo lo supieron? Fácil. Los empezaron a llamar “los fornidos”. Porque ese segundo grupo sí estaba alimentado…
Y volviendo a la lectura. No entiendo las quejas sobre las nuevas tecnologías y demás polémicas sobre si son buenas o malas. Creo que han llegado para quedarse y oponerse a ellas es: No sólo querer ponerle puertas al campo, sino ponernos a derribar un muro a cabezazos. O nos adaptamos o perecemos, pero el progreso, que siempre tiene sus lados buenos y malos, como todo, es imparable e insensible a nuestros lamentos.
Montones de profesiones han desaparecido o disminuido: Ya no se usan corsés, (Para las mujeres, porque los corsés mentales están de plena actualidad), No se usan sombreros y un sinfín de cosas que eran imprescindibles… “ayer”. Profesiones como la de linotipista en los periódicos, que sus integrantes defendían como un club cerrado, desapareció. Toda una empresa multinacional y elefantiásica como Kodak, ha desaparecido, con la película fotográfica. Las salas de cine han cerrado por cientos y un largo etc.
Y para terminar… por hoy. Me parece interesante la propuesta de Alberto y desde ya la asumo. Voy a ponerme en contacto en el enlace que nos facilitas. Te enviaré uno de mis artículos y si te parece aceptable, aquí tienes un colaborador.

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